El secuestro, más desestabilizador que Michoacán
Columna JFM

El secuestro, más desestabilizador que Michoacán

Lo platicaba, off the record, un alto funcionario de seguridad federal en días pasados, hablando de la inseguridad y los secuestros. Contaba su experiencia en un estado azotado por ese delito: llegó a la unidad antisecuestros local y se encontró con que toda persona que llegaba ahí era fotografiada, interrogada, se registraban en la entrada todos sus datos y se le preguntaba qué quería denunciar. Luego se le canalizaba a una oficina donde volvía a ser interrogada. Si llegaba a esa unidad a hacer una denuncia o a testificar contra algún delincuente, era, además, videograbada. Cualquiera diría que se extremaban las medidas de seguridad pero, en realidad, esa unidad antisecuestros era el centro operativo y de información de las principales bandas de secuestradores: de allí recibían la información sobre quién los denunciaba, quién testificaba en su contra, cómo evolucionaban las investigaciones. Hoy, desde hace apenas unos días, esa unidad ha sido desarticulada y todos sus integrantes están siendo “evaluados”. Pero las bandas ahí siguen operando.

 

Ese será el mayor desafío que se encontrará Renato Sales Heredia, flamante jefe de la Coordinación Nacional Antisecuestros del gobierno federal. Como dijo María Elena MoreraRenato Sales es el hombre adecuado para esa difícil, casi poco humana misión. Es un funcionario joven, muy bien preparado y con gran experiencia, que conoce lo que es operar en el gobierno federal, pero también en las procuradurías locales, y que, vaya cualidad en estos tiempos, es un hombre honesto. Y sabe del tema.

Como parte de los acuerdos, también se creará el Comité Especial de Seguimiento y Evaluación, que revisará las acciones implementadas por la Coordinación Nacional. Allí participarán funcionarios de distintas dependencias, representantes de la Conago y cuatro personajes clave en el combate a este delito: Alejandro MartíMaría Elena MoreraIsabelMiranda y Josefina Nava. La política antisecuestros se focalizará en las diez entidades que concentran 78% de secuestros en el país.

Según Isabel Miranda y su organización Alto al Secuestro, entre el primero de diciembre del 2012 y el 31 de diciembre del 2013 hubo dos mil 754 secuestros, de los cuales 423 no fueron denunciados; los que sí llegaron a averiguación previa son dos mil 326. Estamos hablando de entre siete y ocho secuestros diarios, de los mismos, la mayoría se han cometido en el Estado de México (590 secuestros), en Morelos (240) y en el Distrito Federal (202). Se redujeron en Tamaulipas, donde el gobernadorEgidio Torre está trabajando a marchas forzadas para la construcción de una unidad antisecuestros confiable, pero la cifra sigue siendo alta, 200 secuestros. Veracruz tuvo 164, Michoacán 138 y Guerrero 132, según cifras de Alto al Secuestro.

Pero la encomienda, con todo, va más allá: el desafío es desarticular bandas que se dedican al secuestro, pero también a muchos otros delitos, conexos o no; es limpiar procuradurías locales y unidades antisecuestros que, en la mayoría de los estados, simplemente no cumplen con su función o están coludidas con los criminales que se supone deben perseguir. Si bien el coordinador nacional, Renato Sales, tendrá amplias facultades para tomar decisiones y coordinarse con autoridades federales y locales, el verdadero reto estará en que esa coordinación pueda tener mando, instrumentos y personal operativo confiable, porque los esfuerzos locales son disparejos, los elementos y recursos involucrados también y la trama que se debe desarticular en demasiadas ocasiones está relacionada con factores muy importantes de poder que, necesariamente, tendrán que ser afectados.

Todo esfuerzo es poco porque sin reducir drásticamente el número de secuestros (y la extorsión), la ciudadanía no percibirá, aunque se avance en otros ámbitos, mejora alguna en su seguridad y tranquilidad. Nada es más desestabilizador que el secuestro y la extorsión.

Claroscuros federales

Un acierto: la estrategia antisecuestros y, como dijimos, el nuevo coordinador, Renato Sales. Otro: los acuerdos con las autodefensasmichoacanas (hay que recordar que las de Guerrero no son lo mismo, aunque parezcan similares) y la detención de Dionisio Loya Plancarte.

El error: se comprende que se vaya a Cuba a una reunión internacional, pero qué necesidad de publicar un artículo en el único periódico cubano, el oficial, en un país sin la más mínima libertad de prensa, alabando el “liderazgo” de Cuba en el mundo; por qué exaltar los logros, cada día menos evidentes, en “educación, salud y deporte” del régimen y no decir una palabra de la catastrófica situación económica que vive su gente, de la ausencia absoluta de democracia o de la persecución a todo tipo de oposición. Dirían los clásicos, ¿qué necesidad?

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