13-10-2015 Los martes 13 tienen mala fama: desde los romanos el día nunca gustó y menos aún cuando Constantinopla cayó un martes. El número 13 fue considerado como de mal augurio, ya que en la última cena de Jesucristo había 12 apóstoles y Judas, el traidor, era el número 13. La Cábala enumera a 13 espíritus malignos, al igual que las leyendas nórdicas; en el Apocalipsis el capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. Una leyenda escandinava dice que en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el invitado número 13. En el Tarot, el 13 hace referencia a la muerte y a la desgracia eterna.
Y quizás por casualidad son 13 los precandidatos al 2018 que han destapado, directa o indirectamente, sus aspiraciones presidenciales. Y todos ellos enfrentan problemas, y sus deseos dependen de sus aciertos y, también, de ese imponderable llamado destino. Para el 2018 falta mucho, pero salvo alguna sorpresa mayúscula, sus 13 potenciales actores ya están aquí.
Entre los priistas, Miguel Ángel Osorio Chong, tiene una agenda cargadísima. El muy poderoso secretario de Gobernación debe cargar con la gobernabilidad del país, pero, también, con la seguridad, el caso Iguala y la fuga de El Chapo. Sus posibilidades son tan amplias como su agenda, pero, también, de ese tamaño son los riesgos.
El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, parece tener una ventaja porque parte sin desgaste, pero enfrente tiene una Reforma Educativa que tiene opositores manifiestos y ocultos. Esta misma semana, debe asumir su primera confrontación directa con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y es evidente que sus opositores lo están calando. Es joven, pero no es débil.
Luis Videgaray, secretario de Hacienda, enfrenta una situación económica global que no ayuda, aunado a una Reforma Fiscal que, no podía ser de otro modo, minó su popularidad. Pero dicen que las crisis son oportunidades y comparando los resultados de nuestra economía con países como Brasil o Argentina, ahí reside su posibilidad.
José Antonio Meade no es militante del Partido Revolucionario Institucional y eso es una ventaja y una dificultad. Ha dado muy buenas cuentas en su paso por distintas secretarías, en el pasado sexenio y en éste, pero ahora se enfrenta a un desafío muy diferente: la política social del país, su carga de pobreza y, sobre todo, desigualdad. Desde allí tendrá que construir, pero, sin duda, es mucho más agradable dar recursos que pedirlos.
Manlio Fabio Beltrones es, casi sin duda, el político priista más completo al día de hoy. Por sí mismo y desde fuera del peñismo, se ganó la presidencia del Partido Revolucionario Institucional. Pero ahora lo tendrán que avalar los resultados del 16, donde su mayor preocupación (que no está en sus manos resolver) se llama Veracruz.
El gobernador Eruviel Ávila quiere, pero todavía le falta para ser una figura nacional, mientras que otros piensan que el Estado de México no puede repetir en Los Pinos. Con todo, su trabajo de imagen y los ajustes en su equipo, aunado a sus ganas, obligan a colocarlo en la lista.
No sé si Manuel Velasco quiere ser candidato presidencial como algunos auguran, aunque quizás sí precandidato por el Verde, y no me quedan dudas que, por lo menos, quiere ser factor en el 18, además de senador. Estos últimos son objetivos muy alcanzables. La grande es mucho más difícil.
Miguel Ángel Mancera continúa con su paso y con su estrategia: una candidatura independiente de centro izquierda, con apoyo del Partido de la Revolución Democrática, pero, también, de otras fuerzas y personalidades. Mancera no debe ser subestimado. Su estilo puede ser para algunos blando, pero no lo es y consigue lo que se propone.
En el Partido de la Revolución Democrática, el gobernador Graco Ramírez, ha decidido buscar la candidatura presidencial. A diferencia de Miguel Ángel Mancera, él apuesta por el apoyo de su militancia. Su mayor desafío es ser conocido en el resto del país y fortalecerse en su propio estado como para tenerlo de plataforma.
Rafael Moreno Valle tiene experiencia, la estructura del Partido Acción Nacional, un equipo muy poderoso detrás y una ruta para llegar a su objetivo. Sin embargo, para él ese destino pasa por los comicios estatales del año próximo en Puebla. Está obligado a ganar para poder continuar.
Margarita Zavala no tiene estructura, o la que tiene es pequeña, pero sigue siendo la figura más reconocida del panismo, es mujer y es querida. Ella también tiene que ver qué pasará en Puebla y a partir de ello decidir los márgenes de independencia con la dirigencia de su propio partido.
El único que, salvo imponderables, está seguro que estará en la boleta del 18 esAndrés Manuel López Obrador, él es su partido y su partido es él. Su mayor enemigo sigue siendo, también, él mismo.
Y asoma, para cerrar la lista, Jaime Rodríguez El Bronco. Habrá que ver sus resultados para saber qué posibilidades tiene. Por lo pronto, en su equipo hay buenos, pero también más malos y feos de lo que se esperaba.
Dicen que un día 13, y martes, fue cuando se produjo, entre los hombres que la construían, la confusión de lenguas en la Torre de Babel. Desde entonces no podemos entendernos.