01-12-2015 Mientras comprobamos que difícilmente los líderes mundiales harán algo para darle solución global al calentamiento del planeta; cuando las grandes potencias y sus socios no terminan de asumir que ISIS es un enemigo que requiere de una solución militar común y drástica que se ejerza al tiempo que se implementa una suerte de plan Marshall que le dé desarrollo y algo de paz a esa parte del mundo; mientras ese fascista llamado Nicolás Maduro anuncia que si pierde las elecciones del domingo en Venezuela lo que hará será conformar un gobierno cívico-militar, o sea anuncia un golpe de estado; mientras en México un líder sindical llama espurios y traidores a sus agremiados, un candidato presidencial considera que el único papel de una mujer es ser extensión de su marido y reinaguramos una línea de Metro que costó 30 mil millones de pesos y que estuvo parada casi dos años porque sencillamente fue mal construida mientras el responsable pasea en Metro… por París; mientras hay personajes que siguen manipulando a los familiares de los jóvenes que ellos mismos mandaron al matadero; hoy vamos a otra cosa. Vamos a homenajear a uno de los artistas más importantes que hemos tenido en la segunda mitad del siglo XX, de lo que va de éste y esperemos que todavía por muchos años más.
Hoy cumple 80 años Woody Allen, el cineasta, el escritor, director de teatro, guionista, el músico que toca con discreción y con su orquesta el clarinete cada lunes en el bar del hotel Carlyle, un artista que, aunque usted no sea consciente de ello, ha diseñado buena parte de nuestra forma de relacionarnos con la vida, con el sexo, con la religión, con el arte, con el cine, con la política y el poder. Desde los años 60, Woody Allen viene haciendo una película por año, no hay artista contemporáneo que no mate por estar en alguna de ellas aunque sea haciendo un papel menor y por un salario insignificante, muchas de ellas han sido verdaderas obras maestras: Annie Hall, Manhattan, Maridos y esposas, Hanna y sus Hermanas, Crímenes y pecados, Todos dicen que te amo, Match Point, Medianoche en París. No sé, todos tienen sus favoritas.
Pero quizás lo más importante es que Allen nos dio casi una filosofía de vida. Hoy vamos a dejar que hable Woody Allen. Use sus frases con cuidado, son muy poderosas.
“La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema”.
“Para ti soy ateo. Para Dios, la leal oposición”.
“El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores”.
“No le temo a la muerte, sólo que no me gustaría estar allí cuando suceda”.
“En Estados Unidos no se acuerdan de la guerra con España de 1898. Lo más viejo allí tiene diez años”.
“Hay dos tipos de personas en este mundo, las buenas y las malas. Las buenas duermen mejor, pero las malas parecen disfrutar mucho más las horas en que están despiertas”.
“No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”.
“Una relación es como un tiburón; tiene que estar continuamente avanzando o se muere. Y me parece que lo que aquí tenemos es un tiburón muerto”.
“El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida, que se necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia” .
“Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas” .
“La jubilación es para la gente que se ha pasado toda una vida odiando lo que hacía” .
“Los intelectuales son como la Mafia. Sólo se matan entre ellos”.
“Si Dios ama a los pobres, ¿cómo sería si los odiara?”.
“[…] y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina. Y el doctor responde: ¿Pues por qué no le mete en un manicomio? Y el tipo le dice: Lo haría, pero necesito los huevos. Pues eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas, son totalmente irracionales y locas y absurdas, pero supongo que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos”.
¿Quién no ha pensado lo mismo? Por cierto y hablando de relaciones, como escribe Natalio Grueso en una biografía sobre Allen que acaba de salir al mercado, no se deje usted llevar por toda la sórdida historia del Woody Allen “pedófilo” que se terminó casando con su hija adoptiva, difundido por una dolida Mia Farrow. La entonces joven Soon Yi, su mujer desde hace casi 25 años, no era menor de edad cuando se relacionó con Allen; sí era una de las más de diez hijos adoptivos de Farrow, pero no era hija de Allen ni éste, tampoco, estaba casado con Farrow, ni siquiera vivían juntos. Todo lo demás es una historia de despechos…que no impidió que el hijo biológico que tuviera Allen con Farrow todo indique que, en realidad, es hijo biológico de Frank Sinatra. Como diría Allen: “Mi ex esposa y yo nos enamoramos a primera vista. Quizá debería haberle echado otro vistazo”. Gracias Allen por estos 80 años.