04-02-2016 Ya están prácticamente todos los candidatos que participarán en los comicios estatales del 5 de junio, aunque se esperan aún algunas definiciones importantes, sobre todo en los frentes PAN-PRD. En el PRI falta sólo Quintana Roo, que dicen que se aguantará hasta que concluya la visita del papa Francisco, pero ya hay apuntes muy interesantes que hacer al respecto.
Vamos recorriendo algunos estados. En Veracruz, van Héctor Yunes Landa, por el PRI-Verde, contra su primo hermano Miguel Ángel Yunes, por el PAN-PRD. Me llama la atención una cosa: el discurso de Héctor y su equipo, incluyendo al nuevo presidente del PRI estatal, Amadeo Flores, quien ha dicho que con él al frente, “el PRI no tendrá sombras ni dudas y trabajarán con la verdad como bandera”, implica que en el pasado inmediato ha habido sombras, dudas y faltas a la verdad, por lo menos (lo que resulta paradójico en quien fue, hasta hace unos pocos meses, fiscal general del estado en la administración de Duarte).
No es ninguna novedad que Héctor Yunes y Javier Duarte han tenido profundas diferencias desde hace años, pero los políticos ya tendrían que haber aprendido que hacer campañas de oposición desde el oficialismo lo único que logra es que la gente vote por la verdadera oposición, en este caso por el otro Yunes, Miguel Ángel. Los ejemplos son innumerables, el más reciente, Nuevo León, donde la campaña priista de Ivonne Álvarez quiso distanciarse tanto del gobernador Rodrigo Medina que terminó alimentando la candidatura de Jaime Rodríguez El Bronco. Quizá por eso ayer Manlio Fabio Beltrones se reunió con toda la dirigencia veracruzana.
En Hidalgo, ayer el PRI designó a Omar Fayad como su candidato. Tiene una larga carrera, es un político con peso y no era la primera vez que competía por la candidatura estatal. Muchos han dicho que ya la merecía, pero creo que David Penchyna venía mereciendo esa oportunidad desde mucho tiempo atrás. El trabajo legislativo y político de Penchyna, sobre todo, pero no únicamente, en el debate sobre la Reforma Energética fue clave para que la misma saliera adelante. Fayad no es un mal candidato, pero creo que Penchyna podría dar mucho más a la hora electoral.
En Oaxaca, registrado ya Alejandro Murat, sólo queda esperar que José Antonio Estefan se convierta en el candidato de la alianza PAN-PRD. Su candidatura tiene mucho de simbólico también. Hace 18 años, Estefan era entonces un político muy joven, hubiera sido, sin duda, la opción que hubiera llevado el entonces gobernador Diódoro Carrasco para sucederlo. En Los Pinos, aún preocupados por la renuncia de Ricardo Monreal al PRI y su conversión en candidato del PRD (era la primera vez que ocurría) se doblegaron ante la presión de José Murat que amenazaba con seguir los pasos de Monreal. Murat fue el candidato para que no hubiera ruptura y José Antonio se fue al IMSS, estuvo en distintas posiciones de gobierno y terminó siendo candidato del PRD a diputado en Ixtepec, la tierra de Murat padre, en las pasadas elecciones y ganó.
Es el indicado para la alianza, es conocido en el perredismo nacional y ganó en la tierra de su rival; tiene buenas relaciones con el PAN (el blanquiazul podría aceptar a Benjamín Robles, pero no votaría por él) e incluso con sectores priistas que quedaron insatisfechos con la designación de Alejandro, los cercanos a Gutiérrez Candiani. Los oaxaqueños junto con los de Veracruz serán los dos comicios más disputados, incluso, por la historia de sus candidatos, que tendremos en junio.
Mientras tanto en Sinaloa, la alianza PAN-PRD no gana para sustos. Al caso de la diputada Lucero Sánchez, de la que ahora nadie quiere acordarse quién la postuló en esa misma alianza, se suma el que no encuentran un candidato idóneo. Ya Manuel Clouthier rechazó la oferta, lo mismo que el exsecretario de desarrollo social, Heriberto Félix. Cualquiera de los dos hubiera podido ganarle al sorpresivo aspirante priista, el empresario Quirino Ordaz. Si la alianza no encuentra candidato, podrían recurrir a un aliado local Melesio Cuén, líder del partido PAS y exrector de la universidad, pero no tiene el mismo peso que el hijo de Maquío o de Heriberto.
Regresando a Quintana Roo, sólo quedan dos aspirantes: José Luis Toledo, el popular diputado federal apodado Chanito, y el presidente municipal de Solidaridad, donde se encuentra Playa del Carmen y buena parte de la Riviera Maya, Mauricio Góngora, ambos del equipo del gobernador Roberto Borge. Carlos Joaquín nunca estuvo entre los punteros y sus devaneos con la alianza PAN-PRD terminó de alejarlo en sus posibilidades: la fórmula se ha utilizado muchas veces, pero pasada la sorpresa sólo funciona cuando se tienen, además, los mayores índices de reconocimiento político local. Y no es el caso.