Los hechos ocurridos en la normal rural de El Mexe, en el municipio Francisco I. Madero, en el estado de Hidalgo, son a todas luces bochornosos. En sectores oficiales se ha dicho que los mismos han sido magnificados por los medios, pero no era para menos: varias decenas de policías atados, desnudos, detenidos por una población que amenazaba con quemarlos vivos por haber desalojado y cerrado una escuela, no es algo que se ve todos los días.
Los hechos ocurridos en la normal rural de El Mexe, en el municipio Francisco I. Madero, en el estado de Hidalgo, son a todas luces bochornosos. En sectores oficiales se ha dicho que los mismos han sido magnificados por los medios, pero no era para menos: varias decenas de policías atados, desnudos, detenidos por una población que amenazaba con quemarlos vivos por haber desalojado y cerrado una escuela, no es algo que se ve todos los días.
Pero lo ocurrido en El Mexe nos permite realizar varias lecturas que muestran lo frágil que es la estabilidad política en estos momentos, la cantidad de factores que pueden coadyuvar a romperla y que no están (ni pueden estarlo plenamente) bajo control de las autoridades y los partidos.
La historia ya lo conocemos, la pregunta es porqué ocurrió. La primera respuesta es casi obvia: el operativo para desalojar la escuela fue planeado y realizado a la antigüita, en la oscuridad, dejando en el lugar un contingente que no sabía cómo reaccionar ante lo sucedido y cuya detención terminó transformando un conflicto local en una noticia internacional. No es políticamente correcto hacer la comparación, pero lo sucedido en El Mexe revalora el operativo de Ciudad Universitaria, se esté o no de acuerdo con esa intervención policial. Cuestiona también, algo que ayer me decía el obispo Onésimo Cepeda y que debe ser motivo de reflexión: nadie, literalmente nadie, reclamó por la integridad y los derechos humanos de esas decenas de policías atados y tirados en la calle, amenazados con ser quemados. Puede haber indignación social por lo sucedido en la escuela, pero ello no puede hacernos perder de vista los derechos básicos de cualquier persona.
Pero ello no se explicaría sin otro elemento: la extrema pobreza de la región. El valle del Mezquital, es una de las zonas más pobres de uno de los cuatro estados más pobres del país. Se ha dicho en la ciudad de México, que el levantamiento de la gente de Francisco I. Madero se dio para defender la educación pública. En algunos casos puede ser así, pero la verdad es que detrás del levantamietno popular hay algo mucho más concreto: en la escuela vivían unos 800 estudiantes becados y el pueblo, a su vez, vive de la escuela: cerrándola, se estaba condenando económicamente a muchas familias. Puede ser verdad, como se ha dicho, que muchas de estas normales rurales, que surgieron en la época de Cárdenas (y que han sido cerradas en los últimos años) son muy caras, no son productivas, han sido utilizadas como un centro de reclutamiento por sectores muy radicales y funcionan más como sus escuelas de cuadros que como centros pedagógicos. Todo eso es, en parte, verdad, pero también lo es que a los pueblos como éste de Hidalgo que dependen de esas escuelas o de instituciones similares, no se les ofrece alternativa alguna.
De la mano con ello, en la zona hay una indiscutible presencia de organizaciones como el Procup, convertido ahora en el EPR. Fuentes oficiales aseguran, sin embargo, que el EPR no intervino en este conflicto, que el levantamiento fue impulsado por el PRD, que también tiene presencia en la zona y controla la presidencia municipal donde se preparó el levantamiento, y por la Coordinadora de Trabajadores de la Educación, la CNTE, que tiene el control de la escuela normal. Al respecto, habría que recordar que en más de una oportunidad, en circunstancias similares, el EPR ha logrado infiltrarse en esos organismos, como ha ocurrido en ocasiones con el PRD en Guerrero y la CNTE en Oaxaca, en la sección 22 del sindicato de maestros.
En beneficio del PRD hay que decir que la dirección nacional del partido del sol azteca, intervino directamente el domingo ante las autoridades municipales para bajar presión en el conflicto y lograr la liberación de los policías detenidos por la gente. Para los dirigentes perredistas era claro que avanzar un paso más allá, hubiera sido trágico para todos los actores.
Pero al analizar lo sucedido en Hidalgo no podemos olvidar un factor que está presente una y otra vez en la vida interna en ese estado: los enfrentamientos internos en el priísmo, entre el ex gobernador Jesús Murillo Karam, actual subsecretario de gobierno de la SG, y José Guadarrama, que ha sido designado secretario de operación política del CEN priísta. Es un enfrentamiento interno que se inició desde que Murillo fue gobernador, siguió cuando en el proceso interno Guadarrama fue desplazado por el actual gobernador Manuel Ángel Nuñez Soto (un hombre muy cercano a Murillo) y, desde entonces, la gente de Guadarrama ha boicoteado constantemente al gobierno de Nuñez, mientras que éste ha subestimado la operación política interna. Hay sectores internos empeñados en lograr que Nuñez no termine su mandato y si el gobernador no asume esa realidad seguirá teniendo sorpresas como las de El Mexe, o antes, como la de las elecciones municipales, cuando sorprendentemente, el PRD y el PAN crecieron en todo el estado, ganaron los principales municipios y el gobierno estatal se encontró con un intento de fraude electoral en Pachuca, en el que aparentemente no participó pero que lo golpeó, sin duda, en su legitimidad.
Lo cierto es que allí se combinaron varios factores que están presentes en muchos puntos del país: una profunda división interna en el aparato político oficial; una oposición fuerte y radicalizada; un contexto de pobreza extrema; falta de sensibilidad y de alternativas en el poder a la hora de tomar decisiones, y la presencia de grupos de perfil guerrillero resulta siempre en un cóctel explosivo. En esta ocasión se presentaron en una suerte de microcosmos, en un municipio, en un estado: pero el fantasma de la desestabilización ahí está y se alimenta de estos factores. Esa misma conjunción que se dio este fin de semana golpeó hace seis años a todo el país. Y todavía pagamos las consecuencias.
Archivos recuperados
Diego Fernández de Cevallos sigue diciendo que él no busca ningún puesto de elección popular en su partido y no tenemos porqué no creerle. Pero lo cierto es que este sábado 26 a las 12 de la noche se cierra el plazo en el comité regional del PAN en el DF, para la inscripción de candidatos a la senaduría por la capital del país. Y ya hay dos comités impulsando sendas candidaturas: la de Julio Faesler, quien sí ha aceptado públicamente que quiere, y la del propio Diego, a pesar de la negativa de éste. Para registrar un candidato se requiere un mínimo de 200 firmas. Los seguidores de Diego esperan recolectar para antes del sábado unas 800. Si Fernández de Cevallos finalmente se registra, debería hacerlo el mismo sábado. La elección interna, por convención de consejeros, será el 16 de marzo próximo.
Se fue don Fernando Benítez y con él una parte más del México del siglo XX. Muy pocas cosas en nuestro periodismo, en la cultura, en el debate intelectual del México de hoy, serían concebibles, sin el trabajo tesonero de Fernando Benítez durante los últimos 70 años. Para su familia, para sus amigos, para Humberto Batis, del que tanto hemos aprendido y que ha sido, en muchos sentidos, su más inteligente continuador, un abrazo.