La situación contra los inmigrantes mexicanos en la frontera entre Arizona y Sonora continúa deteriorándose: a la grave iniciativa de un grupo de granjeros de la zona de proponer a sus vecinos ?cazar ilegales? para frenar su entrada a Estados Unidos, se han sumado ya, como era evidente que ocurriría, una serie de organizaciones racistas y xenofóbicas, que llegan, incluso, hasta el propio Ku Klux Klan, con todas las implicaciones que ello conlleva.
La situación contra los inmigrantes mexicanos en la frontera entre Arizona y Sonora continúa deteriorándose: a la grave iniciativa de un grupo de granjeros de la zona de proponer a sus vecinos "cazar ilegales" para frenar su entrada a Estados Unidos, se han sumado ya, como era evidente que ocurriría, una serie de organizaciones racistas y xenofóbicas, que llegan, incluso, hasta el propio Ku Klux Klan, con todas las implicaciones que ello conlleva.
Por lo pronto, además de las gestiones gubernamentales en curso (gestiones que, por cierto, no parecen estar teniendo la repercusión que el caso merece) este fin de semana la Comisión Nacional de Derechos Humanos que preside José Luis Soberanes, solicitó formalmente la intervención de la alta comisionada de las naciones unidas para los derechos humanos, la irlandesa Mary Robinson, que hace unos pocos meses visitó México y conoció de primera mano la situación que se vive en las fronteras.
En el texto de la carta enviada a Naciones Unidas se registran los casos de los 450 inmigrantes que murieron desde 1994, tratando de cruzar la frontera. Se detalla, también, el trato inhumano que suelen recibir los compatriotas detenidos allende la frontera, que van desde las amenazas con armas de fuego, hasta la negación de agua y alimentos para los detenidos, hasta el momento en que son deportados.
El tema es, sin duda, complejo y grave, sobre todo ahora, cuando existe una fuerte demanda de mano de obra mexicana, legal o ilegal, en la economía estadunidense. Lo cierto es que la presencia de connacionales en Estados Unidos crece constantemente y ello genera mayor influencia pero también, simultáneamente, rechazos xenofóbicos cada vez más intensos. En este sentido, la decisión de recurrir ya no sólo a la intervención de autoridades estadunidenses, sino de la propia comisionada de la ONU, la señora Robinson, es una idea justa e inteligente. Habrá que estar muy atento para ver cómo actúa ese organismo que tan diligente ha sido en la atención de conflictos internos en México.
Ahora bien, como sostiene la misiva que le envió la CNDH a la señora Robinson, ella misma, cuando estuvo de visita en México, en noviembre pasado, en una reunión realizada en Tijuana, pudo recibir información pormenorizada sobre la situación que privaba en la frontera, tanto la norte como la sur, con los inmigrantes indocumentados. Es verdad, pero la CNDH, para que luego después nadie se llame a sorpresa, tendría que recordar e incluso quizás informarle a la señora Robinson (para que comprendiera la magnitud de la problemática que involucra la situación de los migrantes, incluyendo el tráfico de humanos) que el hombre que hizo la presentación oficial sobre la situación en las fronteras y las tareas que se pueden implementar para la defensa de los migrantes, fue asesinado cuatro días después de haber hablado con ella.
En efecto, quien presentó la situación ante la señora Robinson fue el responsable de los grupos Beta en Tenosique, en la frontera entre Tabasco y Guatemala, José Ángel Martínez. La reunión con la señora Robinson se realizó en Tijuana el 25 de noviembre pasado. Terminando esa reunión y cuando regresaba a México, como dimos a conocer en su oportunidad, José Ángel habló, desde el aeropuerto del DF a mi oficina, dijo que estaba muy preocupado por su seguridad personal y me hizo llegar un documento que él mismo había elaborado en el que se abordaba el tema del tráfico de humanos en la frontera sur y la relación de distintos funcionarios y ex funcionarios públicos con el mismo, al igual que la vinculación del tráfico de gente con el de drogas, sobre todo en el corredor de la selva, en el que trabajaba desde hacia años. Eso fue el viernes: recibí el documento (otra copia la recibió el reportero de Proceso Enrique Meza) y quedamos con José Ángel en vernos el martes 30, cuando vendría a la ciudad de México a una reunión con funcionarios del Instituto Nacional de Migración, del que dependen los grupos Beta.
José Ángel Martínez nunca llegó a esa cita porque un día antes, otro miembro del grupo Beta de Tenosique, Anarcarsis Peralta Moo, lo asesinó de un disparo en el pecho en un oscuro paraje selvático sin ninguna razón aparente. La investigación estuvo primero en manos de la procuraduría tabasqueña, lo tomó luego la PGR, se supone que el INM también realizó la suya, pero lo cierto, fuera de innumerables versiones, algunas creíbles, otras absolutamente descabelladas, es que aún no hay conclusiones respecto a porqué fue asesinado José Ángel Martínez. Desde el punto de vista periodístico, es imposible desligar la propia investigación que él mismo había realizado sobre las ligas del tráfico de humanos con el de drogas y las complicidades de algunos funcionarios y ex funcionarios, como divulgamos en su oportunidad, así como la llamada que nos hizo expresando los temores por su seguridad después de su participación en la reunión de Tijuana con la señora Robinson, del asesinato del que fue objeto horas después, José Ángel Martínez.
No se trata de un tema menor, porque ésta es una parte del tráfico de indocumentados que no se puede ignorar al abordar los brotes xenofóbicos y racistas que se están viviendo en la frontera norte en estos días. Por supuesto que una cosa no justifica la otra. Pero también lo es que la situación debe ser analiza en forma global: si se parte exclusivamente de lo que sucede del otro lado de la frontera, a todas luces condenable, se llegará a conclusiones erróneas o incompletas.
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Porfirio Muñoz Ledo, para bien o para mal, tiene agarrado al PARM. Por más que este partido en el fin de semana coqueteó con la posibilidad de lanzar nada menos que a Irma Serrano a la presidencia y que finalmente decidió optar por su dirigente nacional, Carlos Pérez Guzmán para reemplazar a Muñoz Ledo, lo cierto es que esa no es más que una declaración de prensa, que en nada podrá influir para quitarle a Muñoz Ledo esa candidatura. Según la legislación vigente, una vez registrado un candidato por un partido político la única forma de reemplazarlo es por fallecimiento, porque se compruebe que esté alterado de sus facultades mentales, porque esté físicamente incapacitado o por renuncia explícita del candidato. En otras palabras, la candidatura es del candidato no del partido que lo postuló. Con un agregado, si cualquiera de esas opciones se da después del primero de junio, el partido en cuestión no podrá reemplazar a su candidato: quedará vacante esa posición. Y Porfirio no tiene interés alguno es dejarle abierta al PARM la opción de reemplazarlo como candidato presidencial.
¿Qué es lo que hará? Esperará al 2 de junio, para, alrededor de esa fecha, declinar a favor de Vicente Fox y dejar sin alternativa al PARM para postular un nuevo candidato. Incluso si por alguna extraña razón hubiera un debate entre los seis candidatos, el próximo 23 de mayo, Porfirio tendría derecho a estar en él. Es más, aunque se dé esa declinación a favor de Fox o por alguna razón el PARM pudiera tener un nuevo candidato, en las boletas electorales el nombre que aparecerá será el de Muñoz Ledo. Para el PARM es una pésima noticia. Quién sabe si para Porfirio todo este sainete será, finalmente, benéfico. A quien ayuda, sin duda, es a Fox, ¿quién recuerda hoy el efímeramente famoso decálogo?.