Si las listas del PRI a senadores por representación uninominal, o sea los correspondientes a cada estado, fueron decepcionantes, las de plurinominales o de representación proporcional, que han dado a conocer el PRD y el PAN no se quedan atrás. En el partido del sol azteca, las reuniones de sábado y domingo fueron realmente difíciles y confirmaron que la división y lo que muchos perciben como la lucha por la sucesión en el partido, ya están más que presentes.
Si las listas del PRI a senadores por representación uninominal, o sea los correspondientes a cada estado, fueron decepcionantes, las de plurinominales o de representación proporcional, que han dado a conocer el PRD y el PAN no se quedan atrás. En el partido del sol azteca, las reuniones de sábado y domingo fueron realmente difíciles y confirmaron que la división y lo que muchos perciben como la lucha por la sucesión en el partido, ya están más que presentes.
En el caso del PAN, la disputa, como siempre sucede en el blanquiazul, fue más sorda, pero no menos dura. Lo notable, fue la oposición que existió en el seno del CEN para la candidatura de Diego Fernández de Cevallos, quien, como adelantamos aquí hace ya varias semanas y a pesar de los desmentidos del propio Diego, es finalmente quien encabezará la lista de plurinominales del PAN para el senado y se ha convertido, en forma casi automática, en el principal prospecto, gane o pierda Vicente Fox el 2 de julio, para ser el próximo jefe de la bancada panista en la cámara alta en la siguiente legislatura.
Pero las divergencias entre Diego y Vicente Fox están lejos de haberse superado. Y por eso, en la reunión del viernes Fernández de Cevallos ganó la votación por apenas dos votos, por 19 contra 17. Votaron en su contra los foxistas, y los dirigentes identificados con las fracciones de Desarrollo Humano Integral y de sectores empresariales, tipo Coparmex. Llamó la atención que, además, en segundo lugar haya quedado Juan José Rodríguez Pratts, el ex priísta tabasqueño que rompió con el tricolor cuando el beneficiario de la candidatura por el PRI en ese estado favoreció en 1994 a Roberto Madrazo. Rodríguez Pratts es un político reconocido, pero no es una figura con demasiada presencia en el PAN. Sin embargo, servía a los intereses tanto del panismo histórico (o doctrinario como ellos gustan llamarse) pero también de los foxistas.
Estos trataron hasta último momento de aupar hasta la cima de la lista al actual coordinador de los diputados, Carlos Medina Plascencia, pero el ex gobernador se tuvo que quedar en el tercer lugar, con el colchón, entre él y Diego, del tabasqueño. El cuarto lugar en la lista (algo que muchos panistas han considerado un exceso) fue para el Verde Ecologista, mientras que en quinta posición quedó la hermana de Felipe Calderón, Luisa María. Lo paradójico del caso fue que en su estado natal, Michoacán, Luis María había perdido la candidatura en la elección interna. Sin embargo, el peso de Felipe y de los grupos que aún lo respaldan, le permitieron colocarse en esa privilegiada posición.
Otro dieguista, Fauzi Hamdam, quedó sexto, pero en el séptimo lugar, los foxistas volvieron a colocar alguien suyo: Cecilia Romero. Como contrapeso, en la posición siguiente quedó la tamaulipeca, Lidia Madero, que siempre ha jugado a favor de Diego Fernández de Cevallos. La novena posición fue para Federico Ling Altamirano, un hombre cercano a los grupos de Carlos Castillo Peraza, que siguen teniendo presencia en el PAN. Los demás, en forma casi automática, salvo que se espere una victoria realmente arrolladora de Vicente Fox, han quedado fuera.
Ello porque en el esquema de negociación, las posiciones diez, once y doce de la lista (que implicarían, para poder entrar al senado, que el PAN obtuviera por lo menos un 39 por ciento de los votos válidos) son para sus aliados del Verde Ecologista, que aún no han escogido a sus candidatos.
Por eso hay que prestarle atención a los que quedaron en las siguientes posiciones de la lista de senadores plurinominales pero qué, desde ahora, saben que no llegarán, para comprender cómo estuvo la lucha interna. Llama la atención en este sentido, en primer lugar que la posición trece le corresponda a César Jauregui Robles, un hombre muy cercano al presidente nacional del partido, Luis Felipe Bravo Mena: si nos vamos a las adscripciones previas de los que lo preceden en esta lista, nos encontraremos que ésta es la primera pieza, realmente suya, que pudo colocar el presidente del partido y quedará, casi con seguridad, fuera.
Inmediatamente después, quedó otro hombre importante del panismo histórico, Fernando Estrada Sámano, especialmente castigado por los foxistas, porque fue quien propuso, en la reunión, la candidatura de Diego. Detrás quedó otro vetado, pero éste por los dieguistas, el ex dirigente empresarial poblano Jorge Ocejo Moreno, a quien le cobraron los ataques de enero contra Francisco José Paoli Bolio. La debilidad estructural del panismo del DF se demostró con la posición en la que quedó Julio Faesler, la 16, a pesar de ser el propuesto por la convención de ese partido en la capital. Otro castigado es el actual diputado regiomontano, Rogelio Sada Zambrano, que quedó, pese a su amistad con Felipe Calderón, hasta la posición 17, sin posibilidades reales de entrar a la cámara alta. Le ocurrió lo mismo a otro destacado diputado, pero eterno adversario interno de Fox, el también guanajuatense Juan Miguel Alcántara, ubicado en el lugar 18. Dicen los foxistas que así le cobraron el haberse ido a Lake Taho durante las vacaciones de fin de año y, por ello, no haber estado en la votación del presupuesto.
Y otro dieguista castigado, quizás en una de las decisiones más controvertidas de esta selección interna del PAN, fue José Luis Durán Reveles, alcalde de Naucalpan y que estuvo muy cerca, el año pasado de ganar las elecciones del estado de México: llama la atención porque Durán es una de las figuras emergentes del panismo nacional, porque si bien es un decidido partidario de Diego, su relación con Fox no es mala y porque siendo el estado de México uno de los principales centros electorales del país, al principal dirigente estatal, que obtuvo más del 30 por ciento de los votos en las pasadas elecciones se lo deja afuera por la lucha entre las fracciones internas. Es más, ningún panista del estado de México, está por encima de Duran, en esta lista, lo que implica que, en buena medida, el PAN podría estar resignando esta plaza para evitar darle demasiado peso a la corriente que el 3 de julio, gane o pierda Fox, lanzará Fernández de Cevallos apoyado por Durán Reveles. En los hechos, al igual que en el PRD, allí, pese a las reales expectativas de triunfo (o quizás por ello) ya también está planteada la lucha por el día después.
¿Por qué? Por razones sencillas: si gana Fox, Diego Fernández de Cevallos y las corrientes que a él responden o que están aliadas al mismo, como la de Felipe Calderón o incluso las que estuvieron en el pasado muy cerca de Castillo Peraza, buscarán ser el contrapeso de un gobierno que perciben, desde ahora, con demasiada distancia del panismo histórico. Si Fox pierde el 2 de julio, esta corriente, desde el senado buscaría encabezar la reconstrucción del partido. En los dos casos, se debe tomar en cuenta que es mucho lo que está en juego.