Hoy en el noticiario televisivo de Joaquín López Dóriga continuará el enfrentamiento, que no debate, entre Diego Fernández de Cevallos y Andrés Manuel López Obrador. Se trata de un enfrentamiento desigual, en el cual López Obrador tiene poco que perder, mientras que Diego tiene bastante poco que ganar, aunque gane. Pero lo más notable de todo el asunto es cómo el perredismo capitalino supo reconocer con rapidez el peligro que le representa la decisión de Diego de lanzarse como candidato plurinominal al senado por el blanquiazul. En los hechos, esa participación de Diego rompe el equilibrio actual entre los candidatos y le otorga a Santiago Creel un espacio que, originalmente, el candidato del PAN no tenía pero, que ha crecido por los muchos errores que sus adversarios del PRI y del PRD, Jesús Silva Herzog y el propio López Obrador, han cometido en sus respectivas campañas.
Hoy en el noticiario televisivo de Joaquín López Dóriga continuará el enfrentamiento, que no debate, entre Diego Fernández de Cevallos y Andrés Manuel López Obrador. Se trata de un enfrentamiento desigual, en el cual López Obrador tiene poco que perder, mientras que Diego tiene bastante poco que ganar, aunque gane. Pero lo más notable de todo el asunto es cómo el perredismo capitalino supo reconocer con rapidez el peligro que le representa la decisión de Diego de lanzarse como candidato plurinominal al senado por el blanquiazul. En los hechos, esa participación de Diego rompe el equilibrio actual entre los candidatos y le otorga a Santiago Creel un espacio que, originalmente, el candidato del PAN no tenía pero, que ha crecido por los muchos errores que sus adversarios del PRI y del PRD, Jesús Silva Herzog y el propio López Obrador, han cometido en sus respectivas campañas.
El tabasqueño reaccionó rápido y buscó acorralar antes incluso de su nominación a Diego. Andrés Manuel sabe que tiene poco que perder al respecto, que el electorado que le es fiel al PRD no lo será con Diego, pero que éste le puede robar al perredismo muchos de los votos opositores "útiles" que no estén definidos con el PRD. La dirección del ataque de Andrés Manuel sobre Fernández de Cevallos es bastante clara: su relación con la anterior administración cuando le tocó jugar el papel de negociador del PAN con Carlos Salinas de Gortari; en ese contexto la incineración de los paquetes electorales del 88 y el supuesto retiro de Diego en la elección del 94, después del debate.
La verdad es que todo ello es endeble: el papel que jugó Fernández de Cevallos el sexenio pasado fue clave para el fortalecimiento de su partido: con concertaciones o no, con acuerdos o sin ellos, transformado en el jefe Diego (como verdadero líder de la cámara de diputados) o no, lo cierto es que el dirigente del PAN logró no sólo importantes posiciones de poder para su partido, sino también una serie de reformas constitucionales que formaban parte del proyecto histórico del PAN, como la reforma al campo o el restablecimiento de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Podrán gustar o no esas decisiones desde el terreno del centroizquierda, pero lo cierto es que para el PAN, Diego se convirtió casi en un ídolo y no bajaron sus bonos, al contrario cuando en el debate del 94 literalmente vapuleó, sobre todo, a Cárdenas más que a Zedillo. En el ánimo histórico del panismo fue una suerte de reivindicación luego de varios años de críticas del perredismo, que terminaron de convertir a Diego en una figura muy popular.
Es verdad que no queda claro porqué se dieron los vacíos en la campaña de Diego después del debate. El queretano lo ha adjudicado a dos cosas: por una parte, a un problema de salud, y por la otra a la cerrazón de los medios masivos de comunicación. Ambos aspectos no son convincentes, más aún cuando Vicente Fox se hizo eco en su libro de memorias de las versiones de que Diego había concertacesionado ese relativo retiro. Pero Vicente tampoco aporta nada en concreto para acusar a su compañero de partido y, por el contrario, con ello se ganó una animadversión que será muy difícil que con el paso del tiempo finalmente termine superándose.
La acusación sobre los paquetes del 88 es menos sólida aún: en realidad, por ley, esos paquetes tenían que destruirse y nadie, incluyendo quienes estaban en el servicio electoral del PRD en 1988 (uno de ellos era el actual presidente del IFE, José Woldenberg) pensaba que de allí podría salir información alguna que cambiara el sentido de la votación. Si hubo manipulación de votos en el 88 se dio antes del cierre de los paquetes electorales, no después, ya que para entonces había demasiado control para cometer fraude después del cierre de las urnas y la elaboración de actas.
En síntesis, López Obrador está acusando a Diego de haber actuado en beneficio de su propio partido y eso, sin duda, no le quitará votos al panista, como tampoco se lo quitará el crudo enfrentamiento que el propio Fernández de Cevallos ha mantenido, a lo largo de este sexenio, con el presidente Zedillo.
¿Cómo contestará Diego?. Con tres puntos: primero que sus reuniones con Salinas fueron públicas, mientras que las que sostuvo Cuauhtémoc Cárdenas con el ex presidente se mantuvieron en secreto hasta hace unos pocos meses. Cuando López Obrador lo impugne por los terrenos de Punta Diamante, Diego explicará como se hizo de los mismos, mientras que impugnará a Cárdenas por haberle adjudicado, cuando fue gobernador de Michoacán, a su madre, doña Amalia, amplios terrenos en playa Eréndira, en ese estado.
Con todo, la situación difícil, compleja, porque no es un debate entre iguales, se le presentará a Diego que incluso ganando, ganará relativamente poco y puede perder mucho. Pero quizás lo más importante en todo esto es que la sola nominación de Diego, como habíamos adelanto hace ya varias semanas, ha puesto a la defensiva al perredismo y ha puesto en el debate contra Diego al propio candidato del partido del sol azteca. Eso le otorga a Creel no sólo mucho oxígeno político, sino que lo deja con manos libres para manejar una campaña más propositiva y, además, lo coloca en una situación muy peculiar: poder convertirse en el puente, en el reconciliador de Fox y Diego. En el panismo, el poder jugar ese papel, aunque esa reconciliación muy probablemente jamás será completa, le dará a Creel un peso que hoy, todavía, no tiene.
Archivos recuperados
En los próximos días tendrán que comenzar a darse a conocer las listas del priísmo para contender en los distintos estados por el senado. Aún faltan muchos nombres y han surgido muchas listas evidentemente falsas (por ejemplo, Jesús Murillo Karam no dejará de la subsecretaría de gobierno de la SG para buscar la senaduría de Hidalgo) pero algunos nombres ya estarían decididos. Entre ellos estarían el Nezahualcóyotl de la Vega por Guerrero; el ex gobernador Eliseo Mendoza Berrueto (otro rescate de la época de De la Madrid) en Coahuila; por Quintana Roo, el ex gobernador y actual delegado en Tabasco, donde las cosas se le han complicado mucho, Pedro Joaquín Coldwell; por Chiapas se manejan varios nombres, pero eso dependerá de los equilibrios internos: allí están desde César Augusto Santiago, hasta el controvertido José Antonio Aguilar Bodegas y el que estaría seguro sería Juan Carlos Gómez Aranda. En Sonora, el coordinador de finanzas de Labastida, Eduardo Bours tendría más que asegurada su posición, lo mismo que el padre de Luis Donaldo Colosio, don Luis Colosio Fernández, con la única duda de si don Luis iría en la fórmula de mayoría o en la lista plurinominal. Por Nuevo León, donde también se están agudizando los problemas del PRI por la revelación del ex presidente estatal del partido, Horacio Del Bosque, de que él recibía recursos públicos durante la gestión de Javier Doria en la secretaría de Hacienda en ese estado, el que está ya amarrado es Ricardo Canavatti. En San Luis Potosí, los priístas enviarán a buscar la mayoría en el senado a Carlos Jiménez Macías y a Antonio Speer. En Oaxaca, estaría José Antonio Estefan y quedaría pendiente, amarrado sin duda a una negociación global que involucra a lo que vaya a suceder con el candidato a gobernador para Tabasco, el ex coordinador de la campaña de Roberto Madrazo, Ulises Ruiz. Otro que está pendiente, para ver si entra en la lista de fórmulas de mayoría o si participa en la de plurinominales, es don Fernando Gutiérrez Barrios. En esa lista de pluris, ya estarían Dulce María Sauri, Emilio Gamboa, Manuel Bartlett (cuyo corazón aún late por la embajada de París) y Humberto Roque Villanueva.