El 4 de diciembre, escribimos en Milenio Diario que la estrategia anunciada por el nuevo presidente para Chiapas era su primer error, que lo único que lograría sería darle al zapatismo una dimensión que ya no tenía, porque el EZLN no aceptaría el tipo de salida que le ofrecía la nueva administración y su interés no estaba en firmar la paz. El zapatismo no actuado como pensaba el gobierno federal. Cuando algunos hombres del poder suponían que el subcomandante vendría a la ciudad de México a firmar la paz, se ha descubierto el rostro beligerante, duro e intolerante del zapatismo y del propio Marcos. Éste ha caído en una grave mentira que no sólo lo exhibe en el plano nacional sino también internacional.