¿Por qué Meade?
Columna JFM

¿Por qué Meade?

29-11-2017 No se trata de lo que los partidos ofrecen sino de lo que los electores demandan. Una de las empresas de estudios electorales más respetadas en el gobierno federal y en la iniciativa privada es América México. La dirige Gabriel González-Molina que escribió un libro clave para comprender el proceso electoral del 2018: Switchers S1 y S2, electores para ganar en 2018.

 

Dice González-Molina que “algunos piensan que la clave para ganar en el 2018 está en fragmentar el voto popular, otros apuestan a formar alianzas que lo aglutinen; y todo esto porque asumen una óptica reduccionista del mercado, dominada por la oferta. Debería ser exactamente al revés, dice el autor, plantear el 2018 con base en lo que los electores valoran, necesitan y exigen”.

Según González Molina “las campañas no cautivan al electorado debido a que no articulan sus necesidades y aspiraciones. Por otro lado, los investigadores quedan atrapados en descifrar a los “indecisos”. Sin saber por qué votar, una proporción elevada de electores queda sujeta a todo tipo de incentivos (especialmente monetarios) que corrompen la esencia misma  de las elecciones”.

            El analista, uno de los más consultados en Los Pinos, dice que en los procesos electorales actuales hay tres tipos de electores claves: los leales, los anti y los switchers. Los leales son los que ya definieron con seguridad su voto. Las campañas sólo refuerzan esa convicción. Los Anti son los que han definido también con toda seguridad porqué partido o candidato no votarán. También en ellos las campañas sirven sólo para reforzar su convicción antagónica. Los switchers son los que no han decidido su voto, que miran hacia dos o más opciones electorales que son las que mejor satisfacen sus necesidades y aspiraciones, orientándose en término de ventajas y desventajas. Sobre todo en torno de un liderazgo, de candidatos en particular. No son indecisos porque sus intereses están marcados y por ellos gravitan en torno a dos o más opciones electorales.

            Ahora bien, los switchers deben ser leídos como dos grupos definidos: los que son prosistema y los que son antisistema, que el autor califica como S1 y S2. En México aproximadamente el 35 por cinto de los electores son switchers, un 15 por ciento aproximadamente son prosistema y un 20 por ciento antisistema. Las elecciones del 2018 las ganará quien convierta a más switchers en votantes leales.

            José Antonio Meade será el candidato del PRI porque es el que garantiza mantener el voto de los suyos, de los leales. El que menos votos antiPRI concentra y el que más switchers puede volcar a su favor. Pero además porque es el que mejor, dentro del PRI, engarza con los intereses de los electores switchers prosistema, que pasan por el mejoramiento de la economía familiar, por una agenda social y por mayor participación ciudadana, además de que cuenta con un alto concepto de honestidad personal.

            Por supuesto que los estudios que presenta González-Molina en su libro son mucho más amplios y detallados, pero, con base en ellos, el secreto de porqué llegó Meade a la candidatura priista se encuentra en esa capacidad de nuclear en torno suyo ese voto que será decisivo para el 2018 y que es el que la mayoría de los encuestadores no han logrado descubrir en los últimos procesos electorales. No lo han hecho porque no es un tema de encuestas, se trata de ver qué quiere y demanda el mercado electoral y cómo presentar una oferta política acorde al mismo.

Los del otro Frente

Miguel Mancera exige su participación en la elección del candidato frentista con un argumento irrebatible: nadie antes que él planteó con tanta claridad la posibilidad del frente desde lo que en su momento llamó el Cuarto Polo. Pero ese frente que propuso originalmente Mancera no está muerto y si no hay acuerdos con el PAN el jefe de gobierno capitalino lo revivirá.

Con un dato adicional: uno de los personajes centrales en esa propuesta de Mancera es Enrique Alfaro, el alcalde de Guadalajara que será candidato en Jalisco por Movimiento Ciudadano y que ya ha dicho que no competirá por el Frente. Alfaro es, con mucho, el mayor aporte electoral de MC. Y Alfaro y Mancera tienen un proyecto político y personal con intereses comunes. Y ninguno de los dos se sienten cercano a las posiciones de la dirigencia panista.

Seguridad interior

Este jueves, si no hay señales en contrario se discutirá en comisiones de la cámara de diputados la propuesta de ley de seguridad interior que tiene amplio consenso y que sólo Morena y sectores del PRD ven como una “amenaza represiva”. Sería muy interesante saber cuál es la verdadera propuesta de esos grupos al respecto porque hasta ahora, desde López Obrador, en su tercera campaña presidencial nunca se ha dignado presentar una propuesta de seguridad seria y durante su gobierno en la ciudad de México la gestión en términos de seguridad fue desastrosa, y nunca se tuvo índices delincuenciales tan altos como entonces.

            La ley de seguridad interior, por lo menos lo que conocemos hasta ahora, no tiene ninguna intención represiva. Al contrario permite que todos los ámbitos de la seguridad, no sólo los militares se encuadren en un marco legal específico.

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