03-05-2018 Ayer, durante el regreso del puente de miles de familias desde Acapulco, los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), después de irrumpir en el Congreso local, vandalizando y destrozando sus instalaciones, bloquearon durante cuatro horas la Autopista del Sol. Reclamaban acabar con la reforma educativa y recuperar los privilegios de los que gozó ese mismo grupo hasta que se instauró la reforma.
El único candidato que ha dicho que tirará la reforma educativa y que regresará a la Coordinadora sus prerrogativas y atribuciones, incluido el manejo de la educación en los estados donde la controlaba, como en Oaxaca, en parte de Michoacán, Chiapas y Guerrero, ha sido Andrés Manuel López Obrador, en unos de los compromisos más desafortunados que ha exhibido en esta campaña electoral.
Esta misma semana, después de que la organización Mexicanos Primero sacó un muy bien realizado spot pidiendo a los candidatos de todos los partidos que apoyaran y respaldaran la reforma de la educación, los representantes de Morena en el INE reclamaron que se prohibiera dicho anuncio porque consideraban que era publicidad en contra de su candidato. El INE sostuvo que era legal y que se podía seguir trasmitiendo.
Tanto lo dicho por Andrés Manuel muchas veces como la reacción del partido al anuncio, confirma que la posición de Morena coincide con la de Coordinadora. No es, como dicen algunos de sus voceros, que se tomarán algunos aspectos de la reforma y se desecharán otros: no, se quiere tirar abajo la reforma y volver a darle protagonismo en el manejo de la educación a los viejos aliados de López Obrador en la CNTE, y a los nuevos, con Elba Esther Gordillo respaldando la candidatura de Morena.
Luego de las agresiones de la CNTE el primero de mayo, no hubo una sola voz de condena o deslinde de Morena con sus aliados, no hubo ni siquiera una disculpa a las familias que se quedaron varadas durante horas en la autopista porque la Coordinadora la cerró. No la ha habido tampoco con los cotidianos hechos similares que la Coordinadora realiza sobre todo en Oaxaca, pero también en otros puntos del país, incluyendo la ciudad de México. Lo que sí ha habido, en forma pública, fue el compromiso de regresar prerrogativas a esos grupos.
Se puede entender esa posición en un candidato marginal pero no en uno que tiene altas posibilidades de ser el próximo presidente de la república. Con la educación (como con el petróleo, la infraestructura, las libertades) no se puede jugar a las escondidas políticas. La reforma educativa fue una reforma constitucional con un amplísimo respaldo de partidos y ciudadanos. En el propio equipo de Andrés Manuel hay integrantes que en múltiples ocasiones se expresaron a favor de la reforma y en contra del accionar de la Coordinadora, como Esteban Moctezuma o Olga Sánchez Cordero, y ahora resulta que se propone acabar con ella de un plumazo para regresarle posiciones y recursos a estos grupos y personajes. ¿Quién quiere que uno de estos maestros de la Coordinadora esté frente al salón de sus hijos? ¿Quién puede querer que los recursos de la educación queden en manos de vándalos, de grupos políticos ultras o simplemente de personajes corruptos?
Es verdad, es inocultable, que los adversarios de Morena están implementando una política de sembrar miedo en torno a un hipotético triunfo de López Obrador. Pero también es verdad que ese miedo se sustenta en los propios dichos y hechos de Andrés Manuel y de muchos de sus más cercanos colaboradores. Cuando Paco Ignacio Taibo II pontifica diciendo que si llegan al gobierno tienen que imponer sus políticas bajo presión de masas y expropiando empresas, no se puede decir, como ha hecho Andrés Manuel,que en Morena hay diferentes expresiones y todas son aceptables; se trata de condenar esas posturas o por lo menos explicar si son o no las del candidato.
El mayor reclamo que ha tenido López Obrador en los últimos tiempos es que no contesta nada: dice, se desdice, sus voceros aseguran cada uno algo diferente y no se explica nada. Simplemente que le den a Andrés Manuel la presidencia y todo se arreglara, desde la corrupción hasta la educación, pasando por la seguridad, sin explicarnos nunca, ni él ni sus voceros cómo, cuándo y porqué. Y lo de la Coordinadora y la educación es, simplemente, un ejemplo más de una lógica electoral que toma a los ciudadanos como menores de edad.
A ver cómo le va, por cierto, en la reunión de la CIRT. Su postura ante el documental de Populismo o el spot de Mexicanos Primeros, parece confirmar también que la censura previa es mucho más valorada que la libertad de expresión.
Cárdenas
El primero de mayo cumplió 84 años Cuauhtémoc Cárdenas. Un político que, a diferencia de Andrés Manuel, es un paradigma de congruencia con sus ideas, sus proyectos y sus principios. Pero, además, Cuauhtémoc es, en el mejor sentido de la palabra, un hombre de Estado, quizás porque nació en Los Pinos, esa sede del gobierno que instauró su padre, Lázaro Cárdenas, al que le parecía inadmisible que un presidente democrático quisiera vivir en un Palacio, fuera el de Chapultepec o el Nacional. Hasta en eso son diferentes.