Nuestros fundamentalistas internos están tratando de aprovechar los atentados terroristas en Nueva York y Washington para dar un completo y absoluto giro a la política interna y externa de México. En lugar de analizar con seriedad la transformación que han sufrido las relaciones internacionales a partir de lo ocurrido el martes negro; de comprender qué lugar ocupa hoy México en el mundo, nos encontramos qué en estos días se ha hablado de retirar la candidatura al consejo de seguridad de la ONU, de cerrar fronteras y de poner distancia con lo que estén planeando los estadounidenses y sus aliados.