El domingo pasado, un hecho que paso desapercibido en la información diaria es el asesinato de dos magistrados federales en Mazatlán, uno de los desafíos más graves que ha sufrido la impartición y procuración de justicia en México. Los dos magistrados federales, Jesús Ayala Montenegro y Benito Andrade, acompañados por sus esposas se dirigían a la casa de un tercer magistrado, Manuel del Alba para ir juntos al beisbol. Cuando un sicario muy joven que iba en un automóvil Chevy, se bajó con una ametralladora Ak-47 y disparo contra la camioneta, muriendo en el acto los dos magistrados y la esposa de uno de ellos.