Cuando el pasado 30 de diciembre la nunciatura apostólica anunció que Raúl Vera López, hasta entonces obispo coadjutor de San Cristóbal, sería el nuevo obispo de Saltillo, lo que lo dejaba fuera de la posibilidad de ser el sucesor del obispo Simule Ruiz García, no sólo se estaba planteando un desafío a la corriente que encabeza desde hace 40 años don Simule, sino también el Vaticano, como señalamos en este espacio, respondía al desafío que, a su vez, y desde octubre pasado, le había planteado la propia diócesis de chiapaneca. Era un capítulo más de una lucha que no ha concluido.
Cuando el pasado 30 de diciembre la nunciatura apostólica anunció que Raúl Vera López, hasta entonces obispo coadjutor de San Cristóbal, sería el nuevo obispo de Saltillo, lo que lo dejaba fuera de la posibilidad de ser el sucesor del obispo Simule Ruiz García, no sólo se estaba planteando un desafío a la corriente que encabeza desde hace 40 años don Simule, sino también el Vaticano, como señalamos en este espacio, respondía al desafío que, a su vez, y desde octubre pasado, le había planteado la propia diócesis de chiapaneca. Era un capítulo más de una lucha que no ha concluido.
El mismo día 30 de diciembre, Samuel Ruiz dio a conocer un comunicado en el cual “acataba” la decisión adoptada por el Vaticano, pero ello no implicó, en los hechos, una aceptación real de la medida. Evidentemente, es demasiado lo que está en juego para que, luego de cuatro décadas, don Samuel acepte, sin más, cancelar un proyecto de vida. Evidentemente, quienes reemplacen poco después del 25 de enero a Samuel Ruiz en San Cristóbal no serán obispos como Onésimo Cepeda o Luis Reynoso de los que mucho se ha hablado en estos días: ninguno de ellos será el sucesor.
Muy probablemente estaremos viendo cómo llega a esa posición alguien mucho más cercano a la problemática de la región, como Felipe Arismendi, obispo de Tapachula, e incluso, no descarte usted al coadjutor de Arturo Lona, el obispo de Tehuantepec, Raúl Padilla, aunque éste es, también, un sucesor muy viable para el propio Lona, quien en agosto cumplirá los 75 años y, también deberá retirarse.
Pero salvo que llegue a la diócesis de San Cristóbal algún personaje muy cercano a Samuel Ruiz, lo que es francamente difícil, habrá (ya las hay) resistencias muy fuertes de la diócesis. Por lo pronto, quien llegue se deberá enfrentar a un equipo muy poderoso, que ha conformado Samuel Ruiz a lo largo de 40 años y que no se irá con él: sus principales colaboradores son Gonzalo Ituarte, vicario de Justicia y paz de la diócesis y el principal operador en el terreno político de don Samuel; Óscar Salinas Nájera, vicario de pastoral social y Felipe de Jesús Toussaint Loera, vicario general. Participan de ese equipo, Javier Ruiz Velazco, párroco de San Agustín en Teopisca; Alberto Velázquez, vicario de San Jerónimo en Chilón; Joel Padrón, párroco de Simojovel, Heriberto Cruz Vera, párroco de Tila y Eugenio Alvarez Figueroa párroco en Comitán. Todos ellos profundamente comprometidos con el proyecto de la iglesia autóctona que ha planteado don Samuel, que en términos estrictos va más allá de la teología de la liberación,.
Por lo pronto, la gente del obispo Ruiz ya ha comenzado acciones de presión en las comunidades de Plan de Ayala (donde hubo diez muertos por un enfrentamiento religioso apenas la semana pasada) y Santa Rita Sonora, en el municipio de Las Margaritas. También en Chenalhó, en la localidad de Tzanembolom (particularmente por la detención de tres zapatistas acusados de haber instigados los enfrentamientos que concluyeron con la masacre de Acteal); en la cabecera municipal de Altamirano, en la de Tenajapa y en San Juan Chamula, donde los enfrentamientos religiosos se han recrudecido.
En el ámbito internacional, ya han comenzado una serie de movilizaciones de la extensa red de organizaciones no gubernametales que respaldan el trabajo de la diócesis: en los últimos días ya ha habido manifestaciones de Caritas, Pan para el Mundo y Médico Internacional en Alemania. En España, ha habido manifestaciones públicas del Comité de Solidaridad Óscar Romero; De Cultura, Paz y Solidaridad (con sede en Madrid) y de Fundación Paz e Solidaridad, en Santiago de Compostela. En el país Vasco hay varios grupos de solidaridad movilizados, entre ellos la Plataforma Donostia. En Italia, las manifestaciones son de Hipo Alpe Adria Bank, de Cassa di Risparmio y de Montelupo Fiorentino. Además de las manifestaciones públicas y de desplegados, esta red ha lanzado una amplia campaña por Internet de defensa de la diócesis y reclamando al Vaticano la designación de un obispo afín a la causa de Samuel Ruiz.
Esa campaña ha ido de la mano de una intensa gestión ante organismos del Vaticano cercanos al propio Samuel Ruiz. Particularmente importante ha sido la gestión que se realiza ante la iglesia alemana, que casualmente filtró en días pasados que el papa Juan Pablo II podría adelantar su retiro por razones de enfermedad. Hombres de Samuel Ruiz se han reunido en los últimos días con la Conferencia Episcopal Alemana y ésta recibió, oficialmente, a Raúl Vera, luego de la visita que le concediera el Papa al nuevo obispo de Saltillo. Otro factor de presión importante en este sentido, es Pablo Romo Cedano, un antiguo y cercano colaborador de Samuel Ruiz que preside en Roma la Comisión de Justicia y Paz de los Dominicos en el Mundo: Pablo Romo es clave para definir si esa orden le brindará pleno y real apoyo a las demandas de Samuel Ruiz o dejará que sea el Vaticano quien decida con libertad en una diócesis que tradicionalmente ha sido controlada por los dominicos.
Como parte de esa campaña de presión al Vaticano en el terreno internacional, se inscribe la gira que realizará don Samuel inmediatamente después del 25 de enero por Francia, Suiza, Escocia, Canadá, Estados Unidos, Bolivia y España: una gira que comenzará en los primeros días de febrero y concluirá en octubre. Sin duda, si el Vaticano no designa un sucesor rápidamente, el efecto multiplicador de las presiones crecerá geométricamente durante esos meses.
En este sentido, se da una situación paradójica en las presiones sobre el Papa, que reflejó perfectamente el biógrafo de Juan Pablo II, Marco Tossatti, hace unos días en una entrevista en el periódico La Stampa. Dice Tossatti que se está produciendo en este sentido “un fenómeno curioso: hasta hace poco cuando el Parkinson estaba apenas en sus inicios, asistíamos a una especie de campaña de izquierda para dar la imagen de un Papa anciano, enfermo, reducido a una silla de ruedas y que no quería dimitir. Ahora, dice Tossatti, ciertos ambientes tradicionalistas no soportan lo que consideran una actitud desastrosa para la Iglesia e incluso una actitud blasfema: la política de pedir perdón, la petición continua de perdonar a sus predecesores. La derecha y la izquierda aparecen paradójicamente unidas en querer un cambio. Se está creando y lo digo con preocupación, concluye Tossatti, un círculo de fuego en torno al Papa”.
Parece tener toda la razón el historiador italiano. Y todo indica que la sucesión en San Cristóbal de las Casas, es parte de la gasolina que aviva esas llamas.