Alguien en el PAN tiene que comprender que el blanquiazul ya no es un partido más, que los tiempos en que las cosas se arreglaban en las comidas de las familias de San Ángel Inn que eran la élite del panismo ya han quedado atrás, que es un partido que detenta espacios de poder muy importantes y que no puede dejar librado a la buena o mala voluntad de sus militantes y dirigentes la marcha de su vida interna.
Alguien en el PAN tiene que comprender que el blanquiazul ya no es un partido más, que los tiempos en que las cosas se arreglaban en las comidas de las familias de San Ángel Inn que eran la élite del panismo ya han quedado atrás, que es un partido que detenta espacios de poder muy importantes y que no puede dejar librado a la buena o mala voluntad de sus militantes y dirigentes la marcha de su vida interna.
Los tiempos en que en el PAN se pedía como un favor especialísimo el ser candidato a algo, ya han pasado, más aún cuando se trata, como en Guanajuato, de un estado donde a todas luces el PAN es desde hace una década, el verdadero oficialismo y cuando el gobernador ha dejado esa posición para convertirse en candidato presidencial. Pedir un poco de aseo y de operación política es esas circunstancias es lo menos que deberían exigir los panistas.
Y sin embargo, el desaseo con la que se aprobó la candidatura de Juan Carlos Romero Hicks, hermano de José Luis Romero, secretario de finanzas de Vicente Fox durante su gestión, posición que mantuvo, en principio, con el gobernador sustituto Ramón Martín Huerta, fue notable, más aún cuando se trató de una elección por delegados, mediante una convención, donde se podría haber realizado un trabajo político mucho más decoroso para evitar las confrontaciones. Lo cierto es que Romero Hicks ganó por una diferencia de apenas cuatro puntos al precandidato "opositor", el empresario Eliseo Mendoza y ambos dejaron fuera al panista histórico Alfredo Ling Altamirano. Pero lo grave es que el triunfo fue muy cuestionado, que la mitad del panismo guanajuatense reclamó que hubo fraude y cargada oficial para sacar la candidatura de Romero Hicks, que el gobierno estatal y Fox intervinieron en esa operación y que todos han pagado un costo demasiado alto en este proceso. El desaseo, decimos, fue tan completo que incluso, el domingo, se expuso a Fox a un auditorio partidario de Eliseo Martínez, en un acto que se suponía de unidad donde, el que no fue, resultó ser precisamente Romero Hicks: en otras palabras, se prefirió preservar del desgaste al candidato a gobernador mientras que el que asumió ese costo fue el candidato presidencial.
Esta ha sido para el panismo una costosa ronda de equívocos, porque muy probablemente Romero Hicks es el mejor candidato para enfrentar a un priísta que, como Torres Landa, saldrá electo candidato de unidad por el tricolor, mediante una operación en la cual todos los aspirantes declinaron a favor del empresario y ex presidente de ese partido en la entidad. ¿Por qué es mejor? Porque Romero es un hombre con horizontes más amplios, es indudablemente cercano a Fox, proviene del PRI y sabe, como su hermano José Luis, manejar la administración pública (un ejercicio en el cual, por ejemplo, los hombres que acompañaron a Carlos Medina Plascencia fallaron en demasiadas oportunidades más por ignorancia que por mala fe), tiene un perfil político que le evitará entrar en polarizaciones y buscar el centro.
Sus problemas devienen de sus cualidades. Romero Hicks lleva apenas ocho meses de afiliado al PAN (en realidad, comenzó a hacer su precampaña antes de afiliarse), viene del PRI, su hermano continúa en el tricolor y su amistad con Fox, paradójicamente, operó en su contra. Pero Romero Hicks es una carta clave para Fox: el 2 de julio, Fox necesita ganar su estado y tener allí alguien de su confianza, pero eso no lo ha entendido el panismo guanajuatense que prefirió, en un cincuenta por ciento, apostar a otra carta e incluso amenazar con una escisión. Y es que tanto Fox como el gobernador interino, Ramón Martín Huerta, parecen haber subestimado a las fuerzas locales y terminaron haciendo verdaderos desfiguros para sacar la candidatura adelante.
Eliseo Mendoza, que no ha reconocido el triunfo de Romero, era el candidato de Medina Plascencia y estaba apoyado por los poderosos sectores industriales de León, de donde ya había sido presidente municipal. El hecho no es anecdótico porque demuestra que la tendencia a la implosión en el PAN sigue presente, a pesar de las instrucciones que ha girado su dirección nacional para evitar que se muestre públicamente cualquier síntoma de divergencias internas, y confirma la reacciones que al interior del PAN sigue generando un hombre con tanta autodeterminación como Fox.
Primero, fue el enfrentamiento con Carlos Castillo Peraza, luego con Felipe Calderón, más tarde con Diego Fernández de Cevallos, en las últimas semanas con Francisco José Paoli Bolio. Ahora esta elección interna demuestra que la relación entre Fox y Medina Plascencia, que nada hizo por calmar a los partidarios de Martínez, también es difícil. Algunos argumentarán que el escándalo lo magnificó la gente de Medina para garantizarle a éste la cabeza del senado en la próxima legislatura. Puede ser, pero olvidan que, por una parte, esto terminará teniendo un costo para ambos, para Fox y para Medina Plascencia, y segundo que, si lo que se ha publicado, de que Diego buscará una senaduría el 2 de julio es verdad, va a ser prácticamente imposible que Medina pueda desplazarlo de esa posición, ¿o a poco se imagina usted a Diego recibiendo órdenes, en el senado, de Medina Plascencia, el hombre que él colocó como gobernador de Guanajuato en 1991?.
Y cuando no terminan de salir de ésta ya tienen otra en puerta. Mañana, viernes, se debe reunir el Comité Ejecutivo Nacional para analizar, entre otras cosas, la renuncia que presentó Paoli Bolio después del "severo extrañamiento" que se le aplicó por no haber votado en contra de la propuesta oficial sobre el IPAB. La gente de Diego y el panismo histórico podrían estar dispuestos a defender a Paoli, aunque el alejamiento de éste parece irreversible. Paradójicamente, quienes más lo han atacado son los partidarios de Medina Plascencia y algunos foxistas, como el presidente del partido en Guanajuato, Gerardo de los Cobos, enfrentados ahora entre sí por la elección de Romero. ¿cómo se alinearán ahora?. Lo cierto, lo urgente, es que está faltando en el PAN es "política, mucha política". Y una operación cicatriz que aplaque, aunque sea hasta el 2 de julio, los ánimos y las ambiciones.
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¿Qué más se puede decir de lo que sucede en la UNAM?. Lo ocurrido en la prepa 3 en la tarde del martes tiene antecedentes en lo sucedido el día anterior en CU, en los destrozos inconcebibles en las instalaciones de la Escuela Nacional Preparatoria, en la violencia de algunos duros que están apostando por la represión como reacción refleja de la intolerancia de los grupos ultras que también tienen a la represión como única salida y justificación social. No hay nada nuevo, salvo el comprobar cómo se profundiza el deterioro y cómo aquellos que pensamos que la violencia se debe erradicar de la lista de soluciones quizás somos ingenuos, pero decididamente, parecer ser que somos cada vez menos.