El viernes 31 de marzo, a las 14.22 horas, la agencia oficial, Notimex, envió un despacho de agencia en el cual se anunciaba que Gustavo Carvajal Moreno había renunciado al cargo de director general de Caminos y Puentes Federales y que ese mismo día había sido reemplazado por el ex regente capitalino Ramón Aguirre Velázquez. En el despacho se insertaba, incluso, parte del discurso de toma de posesión de Aguirre: la nota fue distribuida a varios medios y se divulgó ampliamente en los electrónicos y al día siguiente fue retomada por la prensa escrita.
El viernes 31 de marzo, a las 14.22 horas, la agencia oficial, Notimex, envió un despacho de agencia en el cual se anunciaba que Gustavo Carvajal Moreno había renunciado al cargo de director general de Caminos y Puentes Federales y que ese mismo día había sido reemplazado por el ex regente capitalino Ramón Aguirre Velázquez. En el despacho se insertaba, incluso, parte del discurso de toma de posesión de Aguirre: la nota fue distribuida a varios medios y se divulgó ampliamente en los electrónicos y al día siguiente fue retomada por la prensa escrita.
Es hasta el día siguiente, sábado a las 15.44 horas, que la secretaría de Comunicaciones y Transportes se entera de lo sucedido y envía, a su vez, un fax a la agencia Notimex en la que establece que "hasta la fecha no ha sido designado nuevo director de ese organismo". Una hora después, hasta las 17 horas, Notimex envía otro despacho en el que reconoce que se equivocó porque "recibió la información de su corresponsal vía fax, que es el medio por el que él, de manera cotidiana, envía las notas a la agencia. El texto enviado por el corresponsal contaba con declaraciones entrecomilladas del supuesto acto en el que había tomado posesión (Ramón Aguirre)". Hasta la noche de ayer, efectivamente, no se había designado aún a nadie como director de Capufe.
Esta que parece una crónica del absurdo, demuestra cómo en ciertos ámbitos de la comunicación oficial hay literales agujeros negros donde datos duros, tan contundentes como la designación o no de un funcionario público, pueden perderse o reinventarse sin que las instancias correspondientes, lo rectifique o tarden horas e incluso días en hacerlo. Y esta vez no se trató del ataque de un hacker, como se dijo cuando el nombramiento de Carlos Reta había sido introducido en la página de la presidencia de la república como reemplazante de Fernando Lerdo de Tejada, sino de toda una maniobra política de alcances difíciles de establecer.
La historia que hemos podido reconstruir indica que el viernes temprano, el jefe de prensa de Capufe, Segundo González, filtró la información (la renuncia de Carvajal Moreno y la toma de posesión de Ramón Aguirre) al corresponsal de Televisa en el estado, Juan Antonio Ayala. Este, sin darla a conocer públicamente, se comunicó para confirmar la información con el corresponsal de Notimex en el estado, Carlos Morales, quien se encontraba en Tepoztlán, supuestamente cubriendo la información sobre un incendio forestal. Este dictó la nota por teléfono a su asistente, Dulce Maya, quien a su vez, para ampliar la información, volvió a comunicarse con las oficinas centrales de Capufe, en Cuernavaca, con Segundo González.
De la oficina del jefe de prensa de Capufe enviaron a la asistente del corresponsal de Notimex, con Gloria Calzada o Quezada. Esta funcionaria del área de prensa no sólo confirmó la noticia sino que incluso dio la versión de las palabras que había pronunciado Aguirre Velázquez al tomar posesión del cargo. Incluso, para recoger información adicional sobre el nombramiento, en la oficina de prensa de Capufe la asistente del corresponsal fue enlazada otro funcionario, Walter Hernández o Ramírez, quien habría ampliado la información sobre el discurso de Aguirre. Lo mismo parece haber sucedido con otros medios. Lo cierto es que con base en esa información y sin confirmarlo ni en ese momento ni en todo el día siguiente con ninguna de las áreas oficiales involucradas en el nombramiento, desde la presidencia de la república hasta la secretaría de Comunicaciones y Transportes, la información fue enviada como oficial y así estuvo circulando todo el viernes y hasta bien entrada la tarde del sábado.
Un día después, cuando ya la SCT había enviado un escueto comunicado diciendo que si bien Carvajal Moreno había renunciado no era verdad que Ramón Aguirre había sido designado en su lugar, el todavía jefe de prensa del organismo, Segundo González, reconoció ante un reportero que los teléfonos desde los que se había enviado la información eran de la Dirección General de Capufe. Finalmente, concluyó que todo era "una bronca interna y que así se va a solucionar".
Evidentemente, se trató de una trampa y de un burdo intento de madruguete. Pero son especialmente preocupantes varios aspectos: en primer lugar, que se suceden ya varios acontecimientos similares y cada uno de ellos alcanza nueva cotas en ámbitos de la información oficial. Hace un año, el propio director de Notimex, Jorge Medina Viedas envió un comunicado ratificado por la secretaría de la Reforma Agraria, anunciando que había sido designado coordinador de asesores del secretario de la SRA, Eduardo Robledo. Incluso se filtró, como ahora, que su sucesor en la agencia sería el ex director de El Nacional , Guillermo Ibarra. Días después se supo que siempre no, que Medina continuaría en su puesto y que ni se iba de Notimex ni llegaba a la Reforma Agraria.
Ha habido varios otros incidentes menores, pero uno mayor, el ya citado de la supuesta designación de Carlos Reta en comunicación social de la presidencia de la república, que fue atribuido a un hacker que logró entrar en la página de internet presidencial. En realidad, el designado, días después fue Marco Provencio. Llama la atención por la evidente cercanía de Reta Martínez con el propio Ramón Aguirre, ya que trabajaron juntos el DDF en el sexenio de Miguel de la Madrid.
Unos días después, la misma agencia envió, desde Washington, un cable atribuyendo declaraciones a Vicente Fox en el sentido de que ya había logrado un acuerdo con Manuel Camacho y Porfirio Muñoz Ledo, respecto a que ambos declinarían de sus candidaturas presidenciales para apoyar al guanajuatense. Nunca quedó muy claro de donde surgió esa información (aparentemente habría sido dicha por Fox en una reunión privada) pero lo cierto es que el propio Fox la desmintió un par de horas después de que fuera enviado el controvertido despacho de prensa. En ese marco, se dio, también, el debate sobre la decisión de convertir a Notimex en una suerte de comercializadora de publicidad, como una labor adicional de sus labores como agencia gubernamental de prensa. La medida, se anuló luego de la reacción de algunos medios nacionales y de la Sociedad Interamericana de Prensa, reunida en aquellos momentos en Cancún. Muchos argumentan que en realidad la medida era bien intencionada. Puede ser, pero nunca ha dado buena impresión el ligar la venta de publicidad oficial con la generación de información en un mismo organismo público.
Pero el punto va más allá en el caso de Capufe. Primero, una oficina de prensa, por alguna razón, se atreve a lanzar una información a todas luces falsa y a inventar un acto y un discurso de toma de posesión, de un nombramiento que no se había realizado. Segundo, esa misma oficina filtra y amplía la información. Tercero, los involucrados directamente, comenzando por Ramón Aguirre, a pesar de que la nota estuvo circulando durante todo un día, jamás la desmintieron aunque, es evidente que sabían que no había tal nombramiento. Cuarto, ninguna de las instituciones involucradas, incluyendo la presidencia y la SCT y siguiendo por la propia Notimex, descubrió que la información era falsa y cuando lo descubrieron tardaron 28 horas en desmentirlo públicamente. El caso, con todo, no ha quedado en una simple "bronca interna" como esperaba el jefe de prensa de Capufe: los funcionarios involucrados ya están siendo citados por la Contraloría de la Federación y podrían recibir serias sanciones por esta evidente maniobra. Pero las cosas irán, deben ir, más allá.