Hasta hace unos días, Cuauhtémoc Cárdenas no tenía decidido ir a la UNAM. Ya otros candidatos lo habían intentado con malos resultados, el ambiente en la Universidad Nacional estaba demasiado cargado y varios de los dirigentes del CGH seguían detenidos. Carlos Imaz, ex dirigente estudiantil y actual líder del PRD en el DF, junto con las corrientes perredistas en la Universidad, una vez liberados los dirigentes del CGH, lograron convencer al candidato de la Alianza por México de que, en plena recta final del proceso electoral y a escasos seis días de cerrar su campaña, debería visitar el campus de la Universidad y, efectivamente Cárdenas estará en la explanada de rectoría el próximo jueves en la mañana.
Hasta hace unos días, Cuauhtémoc Cárdenas no tenía decidido ir a la UNAM. Ya otros candidatos lo habían intentado con malos resultados, el ambiente en la Universidad Nacional estaba demasiado cargado y varios de los dirigentes del CGH seguían detenidos. Carlos Imaz, ex dirigente estudiantil y actual líder del PRD en el DF, junto con las corrientes perredistas en la Universidad, una vez liberados los dirigentes del CGH, lograron convencer al candidato de la Alianza por México de que, en plena recta final del proceso electoral y a escasos seis días de cerrar su campaña, debería visitar el campus de la Universidad y, efectivamente Cárdenas estará en la explanada de rectoría el próximo jueves en la mañana.
Sin duda, el único de los candidatos que hubiera podido visitar la UNAM sin mayores problemas es Cárdenas, pero ni siquiera así la apuesta es segura. Cárdenas ya no puede ganar las elecciones presidenciales: las tendencias no le son favorables como para eso. Pero también es verdad que el tres veces candidato presidencial, ha logrado levantar el caudal de votación de la Alianza por México y hoy está ya en los márgenes de la votación histórica de su partido, en torno al 20 por ciento, lejos de ese catastrófico 8 o 9 por ciento que se preveía en abril pasado. Algunos podrán pensar que es demasiado poco, pero la verdad es que el voto perredista está demasiado localizado en el centro y el sur del país, mientras que su presencia en el norte es casi inexistente y ello, sin duda, afecta sus posibilidades, a lo que se suma el daño que le hace al cardenismo la candidatura de un Vicente Fox que, para muchos se ha convertido en la única alternativa de cambio, demeritando la opción por Cárdenas.
Pero precisamente porque Cárdenas ha logrado ubicarse en este escenario, resulta incomprensible que ahora haga una apuesta tan alta como ir a la UNAM, donde tiene la mayoría de los votos estudiantiles, pero donde se encuentran, a la derecha y a la izquierda del PRD, muchos fervientes enemigos del cardenista. En los hechos, si a Cárdenas le va bien en la UNAM no ganará mucho: ya tiene el voto de la mayoría de los universitarios. Si le va mal, tiene mucho que perder, quizás lo que ha ganado en las últimas semanas con muchos esfuerzos, particularmente de la mano con Andrés Manuel López Obrador en el DF. La decisión es más desconcertante porque este próximo fin de semana será el cierre de campaña de ambos candidatos en el Zócalo, donde Cárdenas y López Obrador piensan demostrar porque están tan seguros de que ganarán con amplia mayoría la capital.
La apuesta es muy alta por tres razones: primero, porque como quedó en claro durante la gira del fin de semana de Vicente Fox por Veracruz, para éste, quitarle votos a Cárdenas es el objetivo central de campaña de estos últimos días de proselitismo. En Veracruz, llamó mucho la atención que Fox le pidiera públicamente a Cárdenas que "ya que no ayudaba, por lo menos no molestara", y, además, que llamara al candidato a senador de la Alianza por México, el ex gobernador Dante Delgado, a que lo apoyara y que su gente votara por él, por Fox, para la presidencia en lugar de por Cárdenas. En los círculos cercanos a Fox se había dicho que en estos días podría haber algún último llamado formal hacia Cárdenas, pero no sólo éste no se ha producido sino que, por el contrario, la polarización entre ambos se ha profundizado. Y a Fox no le vendría nada mal, para reforzar su discurso, que a Cárdenas tuviera dificultades ante su público "natural" en la UNAM.
Un segundo aspecto que hace demasiado alta la apuesta de Cárdenas es la presencia en la UNAM de grupos provocadores de ultraderecha, porriles, que no por minoritarios deben ignorarse a la hora de prever provocaciones. Pero quizás más desafiantes que éstos, para Cárdenas, son las huestes del CGH que ya han declarado que rechazan la visita. Mario Benítez, el profesor de economía, líder del CGH que acaba de ser liberado, dijo que Cárdenas no era bienvenido, porque el PRD piensa hacer de la Universidad una plataforma política, calificó a la visita de provocación y agregó que Cárdenas no puede pedir la confianza de los universitarios cuando no logró ningún cambio positivo en la capital cuando la gobernó. No se trata de un connotado priísta ni de un fanático foxista: es el dirigente histórico de una de las ramas ultras del CGH que, aunque parezca mentira, acusa ahora a Cárdenas de provocador y de utilizar a la universidad con fines políticos (como si la corriente que representa hubiera utilizado alguna vez de otra forma a la UNAM): son los mismos que agredieron en su momento a Gilberto Rincón Gallardo y que podrían repetir la dosis, o por lo menos intentar amargarle el día, a Cárdenas. Finalmente no habría que olvidar otro aspecto: la comparación de esta visita con aquella de 1988 será inevitable.
Para los miembros del CGH es una doble oportunidad porque, pese a que la UNAM está lejos de haber recuperado la normalidad, no cabe duda que la situación es diametralmente diferente a cómo se encontraba hace seis meses. Ahí están los supuestos padres de los estudiantes procesados (en realidad en su enorme mayoría militantes del Frente Francisco Villa) bloqueando los accesos a rectoría con una veintena de personas, pero la universidad está trabajando, todos los detenidos en febrero ya han recuperado la libertad y, pasado el 2 de julio, será hora de comenzar a preparar seriamente el congreso universitario. Y el CGH ha reconocido que está debilitado y su capacidad de operación es muy escasa. Una llamada de atención en la visita de Cárdenas, aunque sea una provocación, del ala ultra del CGH podría ser, desde su punto de vista, una suerte de demostración de fuerza.
En otras palabras: la provocación durante la presencia de Cárdenas en la UNAM es algo más que una posibilidad. Y hoy, Cárdenas no parecería tener necesidad de correr el riesgo de que ésta se produzca. E insistimos, tiene mucho más que perder que lo que podría ganar.
Archivos recuperados
Una de las acusaciones que más han molestado a Vicente Fox y a su equipo de campaña, es el de su supuesta relación con la secta Moon. No sólo niegan terminantemente cualquier tipo de apoyo de ésta, sino que además la desconocen. Algunos contactos, sin embargo, ha habido: Fox ha estado en Miami en una seminario organizado por ese grupo empresarial, político, religioso, encuentro en el que participó, también, el entonces presidente argentino Carlos Saúl Menem (un hombre que le debió, literalmente, mucho a la secta Moon cuando fue elegido presidente por primera vez, con el que Fox platicó en esa ocasión sobre el esquema que Menem aplicó en su país para "pulverizar" las acciones de la empresa petrolera estatal YPF, un modelo que Fox ha insistido que podría ser una salida para Pemex, sin tener que recurrir a privatizarla) y ha habido algunos otros encuentros menores. Sin embargo, no existe prueba alguna de que la secta Moon, como se ha dicho, esté financiando a Fox. Por eso mismo, el propio Fox comete un grave error al utilizar, como fuente de ataque a Labastida, los textos del periódico propiedad de la secta Moon en Estados Unidos, el Washington Times (no confundir con el prestigiado Washington Post), para tratar de demostrar el hipotético involucramiento del candidato priísta con el narcotráfico.