Una de las tareas prioritarias que tendrán que desempeñar Santiago Creel y Rodolfo Elizondo será tratar de garantizar una mayoría parlamentaria. Ricardo Monreal, gobernador de Zacatecas presentó una propuesta para crear un nuevo partido en el que participe el PRD junto con los sectores progresistas del PRI (y habló para ello con personajes tan disíbolos como Roberto Madrazo, José Murat y Miguel Alemán). En la transición económica Gurría podría ser el futuro secretario de Hacienda de Fox.
Una de las tareas prioritarias que tendrán que desempeñar Santiago Creel y Rodolfo Elizondo en el equipo de transición política de Fox, será tratar de garantizar una nueva mayoría parlamentaria en un contexto en el cual será por lo menos difícil mantener un equilibrio con las distintas fuerzas políticas, principalmente con el PRI y el PRD, que se encuentran embarcados en una profunda renovación interna que puede consolidarlos como partidos pero también balcanizarlos.Apenas ayer, Ricardo Monreal el gobernador de Zacatecas, cimbró al perredismo (y creo que a más de un priísta) presentando una propuesta que tiene sentido: propone Monreal que se cree un nuevo partido en el que participe el actual PRD, junto con los sectores “progresistas” del PRI (y dice que habló para ello con personalidades tan disímbolas como Roberto Madrazo, José Murat y Miguel Alemán) y las agrupaciones menores como el PDS y PCD. Esta propuesta la presentará Monreal al consejo político nacional perredista que se reunirá hacia el fin de semana.Evidentemente, se trata de una propuesta que, en el corto plazo, tendrá pocas posibilidades: ayer mismo Jesús Martín del Campo, uno de los legisladores de las alas de izquierda del PRD, rechazó, junto con otros representantes de ese sector, la propuesta de Monreal y nos imaginamos que el propio Andrés Manuel López Obrador no se sentirá demasiado entusiasmado de compartir partido con un enemigo tan acérrimo como Roberto Madrazo. En los primeros días la propuesta será, sin duda, desdeñada en el PRD. Pero en la medida en que no se puedan cerrar ciertas heridas internas y se haga evidente que tanto en el PRI como en el PRD los que tendrán poder real y presupuesto serán los gobernadores y en algunos casos los legisladores (con la agravante en el PRD de la extrema debilidad en la que quedarán sus fracciones parlamentarias si no apuestan a obtener acuerdos con los partidos mayoritarios), si la división interna subsiste, puede producirse un natural acercamiento de sectores moderados del PRD con sectores duros del PRI para conformar una alianza como la propuesta por Monreal, lo que podría convertirlas hacia mediados del año próximo, si los procesos internos no se catalizan, en esa tercera vía de la que hablan tanto Monreal como Madrazo.El gobernador de Zacatecas sabe que tendrá rechazos para su propuesta, como cuando impulsó en el PRD la tesis de aliarse con Fox, pero sabe también que su partido se encuentra en una situación difícil y que habrá sectores, sobre todo de poder, que pueden sentirse inclinados hacia ella en el mediano plazo. Pero la apuesta de Monreal, parece dirigida, sobre todo, a profundizar en la ruptura interna del PRI.Ayer mismo comenzó una reunión de ex presidentes del PRI (por cierto, ¿qué les pasa a hombres como Humberto Roque Villanueva o Gustavo Carvajal Moreno que sienten que su momento de protagonismo regresó? ¿cómo puede Roque Villanueva decir que Zedillo no permite que madure ningún proyecto político en el PRI cuando llegó a la presidencia de ese partido en virtud, exclusivamente, de su amistad -que entonces presumía- con Ernesto Zedillo y con la consigna de dejar sin contenido el único proyecto realmente colectivo que intentó enarbolar en los últimos años el priísmo: la 17 asamblea? ¿olvidó el resultado de la elección del 97 o su festejo por el aumento del IVA en 95?) que buscarán otorgarle un esquema de gobernabilidad interna a su partido. Ayer también tomó posesión el nuevo CEN priísta que tiene algunos aciertos pero que estuvo muy lejos de dejar satisfechos a la mayoría de los priístas.Y ayer mismo Madrazo envió a Dulce María Sauri una carta que constituye, en realidad, una suerte de plataforma básica para su nueva corriente interna. Madrazo se presenta en ese texto, hacia fuera, como un político conciliador y preocupado por encontrar una vía de entendimiento con las distintas fuerzas políticas y el nuevo gobierno, lejos de cualquier discurso antifioxista. Para adentro su consigna, que resalta el boletín de prensa que se distribuyó junto con la carta, es bastante clara: “renovación democrática integral o gatopardismo fulminante” .En muchos sectores aún hegemónicos del PRI se insiste en que las posiciones de Madrazo son minoritarias: que no tiene apoyo entre el grueso de los gobernadores ni de los legisladores y lo ejemplifican con lo que sucedió en la reciente elección de los coordinadores parlamentarios para los diputados y senadores. Puede ser verdad, pero también lo es que, mientras Madrazo exhibe opciones, enarbola propuestas, trabaja ante la opinión pública y sigue haciendo amarres dentro y fuera de su partido, sus adversarios parecen desconcertados y temerosos de siquiera dar la cara. ¿Cuántos gobernadores que son supuestamente adversarios internos de Madrazo han salido a debatir públicamente con el tabasqueño? ¿ese silencio se debe a que son demasiado tímidos, a que no tienen nada que decir, a que prefieren que el tiempo coloque las cosas en su lugar o están esperando a ver qué sucede después del primero de diciembre para adoptar una posición pública real?.Los adversarios internos del tabasqueño están especulando, además, con la posibilidad de que no gane las elecciones en su estado y recuerdan lo buen candidato que es Raúl Ojeda, registrado por el PRD, olvidando que Raúl (que sin duda es un buen candidato) dejó el PRI hace unos meses harto de tantas maniobras internas, pero sin mostrar, en la ruptura, que hubiera podido arrastrar a las bases de ese partido consigo. Pero es más difícil aún que las oposiciones derroten a Manuel Andrade, el delfín de Madrazo, porque los candidatos del PT y del PAN también son ex priístas: Héctor Arguello, que fue presidente estatal del partido hasta romper con Madrazo y José Antonio de la Vega, que fue hasta unas semanas la mano derecha de Arturo Nuñez. Enfrentarse contra tres ex priístas fortalece, paradójicamente las opciones de Madrazo y Andrade. Habría que comparar ese escenario, por ejemplo, con el de Chiapas, donde Sami David debe enfrentar a un Pablo Salazar que es el candidato único de la oposición.Pero fuera de esas especulaciones, en la dirección del PRI deben dejar de dar señales equivocadas. Hoy, por ejemplo, se reunió un hombre que sigue siendo priísta y que incluso buscó la precandidatura tanto a la presidencia de la república como al gobierno del DF, el secretario de Hacienda, José Ángel Gurría con Vicente Fox, para analizar la transición económica, en un contexto en el cual se señala, un día sí y otro también, que Gurría podría ser el futuro secretario de Hacienda de Fox. Ambos, Fox y Gurría están en su derecho a llegar a un acuerdo de este tipo y muy probablemente sea bueno para ambos y para la futura administración. Pero ¿qué ocurre con los priístas de base, los que dejarán posiciones menores en la administración pública porque perdió su partido, cuando al mismo tiempo y saliendo de la toma de posesión del nuevo CEN se le pregunta a Dulce María qué sucede con aquellos que se están reuniendo con Fox y si podrían aceptar puestos en la nueva administración y la presidenta del PRI se limita a decir que pueden hacerlo sólo a título personal, sin ningún contexto global de cuál será la relación con el foxismo? ¿no comprenden que, para muchos militantes de base del PRI -que son a los que se dirige Madrazo, no a sus dirigentes- la victoria de Fox es concebida como parte de una entrega consciente del poder?. Lástima por ellos si no entienden que ése es el sentimiento -aunque no sea verdad- que priva en muchos priístas, porque Madrazo o Monreal ya lo descubrieron y están decididos a explotarlo.