La primera gira internacional por países del cono sur de Vicente Fox ha sido un examen que el futuro presidente ha aprobado. Por lo que han dicho los interlocutores de Fox en Chile y Argentina, éste prácticamente presentó a Santiago Creel como el futuro secretario de Gobernación. Fox y su gente tenían clarísimo que el tema del aborto era un bromaren que podría golpear su candidatura y el inicio de su gobierno. Rosario Robles presentará una inciativa de ley para despenalizar el aborto en caso de problemas de salud para la mujer en el DF. México, sin duda, podría establecer un acuerdo de libre comercio con los países del Mercosur, pero de ahí a integrarse a ese bloque debe mediar una profunda reflexión.
Al momento de escribir estas líneas Vicente Fox está a punto de dejar Montevideo con dirección a la ciudad de México, concluyendo así su primera gira internacional como presidente electo por los países del cono sur: Chile, Argentina, Brasil y Uruguay. La misma ha sido un examen que el futuro presidente ha aprobado, no sin mostrar que aún son muchas las cosas que están sueltas en el proyecto foxistas y en su operación política.
En realidad, la gira habría que dividirla en tres grandes capítulos: por una parte, la forma en que la ausencia de operación política del equipo de transición en México repercutió en la agenda nacional y generó costos para el propio Fox: ello fue notable, sobre todo, en el controvertido tema del aborto. Segundo, en el plano de la presentación en sociedad de Fox, donde los resultados fueron sin duda exitosos, salvo en los capítulos de las definiciones donde, en países, políticamente mas ideologizados que el nuestro, como Chile y Argentina, esa declaración del presidente electo aceptándose como un político de izquierda y de derecha, debe haber sido tomada con mucha cautela. Pero lo cierto es que Fox fue recibido como lo que es: el representante de un proceso electoral inédito en América Latina que catalizó una transición democrática que tenía más de 20 años de iniciada y que no se percibía cómo concluiría. En el tercer capítulo de la gira internacional de Fox se inscribe lo inherente a ella: los contactos diplomáticos, los movimientos que se realizaron y los objetivos que comenzaron a apuntarse.
En el primer aspecto, los de la agenda interna, resultaron evidentes dos cosas: primero, por lo que han dicho los interlocutores de Fox en Chile y Argentina, éste prácticamente presentó a Santiago Creel como el futuro secretario de Gobernación y se podría argumentar que hubo confusión en un país pero en los dos sería demasiado. Sin duda, esa fue una buena señal, porque el ambiente para Creel en el ámbito nacional es muy positivo. Pero en esta semana se pusieron de manifiesto también los problemas que deberá enfrentar Fox y la falta de suficientes mecanismos de amarre y operación para evitar ser involucrado en problemas que están fuera de su agenda inmediata.
Fox y su gente tenían clarísimo desde hace meses que el tema del aborto era un boomerang que podría golpear su candidatura y el inicio de su gobierno. Desde entonces se realizó, hay que reconocerlo, un intenso esfuerzo, en la campaña y en los niveles de dirigencia del PAN, para sacar el tema de la agenda y mostrar un rostro de tolerancia y apertura que no lo etiquetara con la derecha extrema. Lo logró Fox en la campaña cuando hubo un estricto control sobre todos los movimientos de la misma. En ese sentido, el único desliz fue la difusión del decálogo dirigido a los hombres de la iglesia católica que fue objeto de controversia y que generó muchas dudas a la hora de decidir o no por Fox entre sectores liberales y de centroizquierda. El propio Fox puso todo su empeño para tratar de convencer de que no había nada que temer en ese sentido si él ganaba las elecciones. El 2 de agosto, recibió la declaratoria como presidente electo y volvió a reiterar su disposición a gobernar por consensos y a no generar conflictos gratuitos con sus adversarios políticos. Pero resultó que apenas un día después, la provocación contra el propio Fox, surgió de donde menos lo esperaba el guanajuatense: del propio grupo parlamentario panista en su estado, que dio un albazo legislativo a sus opositores votando una reforma al código penal que castigaba hasta con tres años de cárcel a la mujer que abortara aún en casos de violación. Guanajuato, la tierra de Fox, se convertía así en el único estado de la república en contar con una reglamentación penal de este tipo.
A partir de allí vino la confusión: Fox se fue el domingo de México, pero hasta ese día no reaccionó, a pesar de que ya habían comenzado las manifestaciones contra esa medida; los legisladores panistas del estado del Bajío pensaron que tenían el visto bueno de Fox y sus explicaciones comenzaron a generar más rechazo que la propia reforma al código penal local, mientras que los dirigentes nacionales panistas parecían desconcertados. El lunes hubo manifestaciones en la sede del partido y allí comenzó la reacción: Margarita Zavala, futura senadora, esposa de Felipe Calderón y hermana de Juan Ignacio Zavala, se reunió con las manifestantes y les dijo, con toda claridad, que el CEN no compartía la posición de sus compañeros de partido en Guanajuato; un día después, el nuevo secretario general del partido, Jorge Ocejo Moreno, se reunió con los diputados locales y no llegó a acuerdo alguno; éstos dijeron que harían modificaciones al código pero manteniendo el castigo al aborto en caso de violación. Felipe Calderón y Diego Fernández de Cevallos aparecieron en Televisa diciendo que ellos se oponían a ese castigo y que la posición de su partido estaba con las víctimas, con las mujeres violadas, y que no apoyaba a los diputados locales. Fue hasta el miércoles en la noche, una semana después de que se votara esa reforma penal, cuando Fox hizo una declaración explícita en la gira por Brasil, pero ni siquiera así los diputados locales han dado marcha atrás.
El problema se profundizará y obligará a sentar posiciones más firmes, porque la jefa de gobierno del DF, Rosario Robles, redobló la apuesta en este sentido y presentará una iniciativa de ley para votar en un periodo extraordinario en la ALDF, para despenalizar el aborto en caso de problemas de salud para la mujer en el DF. En otras palabras, buscará profundizar las contradicciones.
El tema del aborto ya lo hemos abordado en otras oportunidades, lo que asombra es que un capítulo de estas características de la agenda nacional se haya salido de curso desde el propio seno del panismo, provocando una confrontación en buena medida gratuita y polarizando posiciones cuando el foxismo necesita, sin duda, un amplio consenso legislativo para sacar adelante sus proyectos. Y más asombroso es que a pesar de que Fox y los principales dirigentes panistas trataron de darle otro curso a los acontecimientos, no hayan podido con un grupo de diputados locales que le deben, en buena medida, al propio Fox, estar hoy en esa posición. Insistimos: faltan mecanismos de control y capacidad de respuesta rápida, porque casos como éste del aborto, con todas sus secuelas, deberán ser afrontados por el foxismo durante todo el periodo de transición.
Respecto al segundo capítulo de la gira internacional, sin duda Fox fue bien recibido en el Cono Sur: ha generado, como dijo Madelaine Albraight en Estados Unidos, una mezcla de “intriga y fascinación” que sin duda lo benefician, y deja mucho mejor dispuestos a sus interlocutores. En el ámbito netamente diplomático, los resultados también fueron, aparentemente, buenos, aunque habría que analizar con mayor precisión muchas de las propuestas que se presentaron en la gira.
Por ejemplo, se le propuso a Fox que México se integrara al MERCOSUR y éste aseguró que con Estados Unidos no habría ni imposición ni sumisión, enfatizando que miraría mucho más hacia el sur para evitar las acusaciones de que nuestro país se enfocaba demasiado hacia el norte desde la firma del TLC. El diagnóstico es cierto y, sin duda, hay que mirar mucho más hacia el sur, pero tampoco se pueden tomar decisiones que se muestran como positivas pero que quizás no lo son tanto: México, sin duda, podría establecer un acuerdo de libre comercio con los países del MERCOSUR pero de allí a integrarse a ese bloque debe mediar una profunda reflexión. Por ejemplo, España tiene amplios, profundos acuerdos con el Mercosur, pero evidentemente su propio bloque regional está en Europa. Y el nuestro, independientemente de la relación cultural, social, política y diplomática que existe con las naciones latinoamericanas, está en el mercado de América del Norte. En todo caso lo que hay que hacer, y que no se hizo en estos años, es utilizar el potencial que genera la integración con Estados Unidos y Canadá para fortalecer los lazos económicos, aún débiles, con América latina. Se debe asumir, nos guste o no, cuáles son los diferentes tipos de lazos que se pueden establecer con cada bloque económico regional del mundo.
Por cierto, mucha atención con la próxima gira de Fox a Estados Unidos, porque allí el recibimiento será, sin duda, mucho más estruendoso que en el Cono Sur, pero las presiones serán, también, mucho mayores. Dos temas serán centrales en este sentido: narcotráfico y telecomunicaciones.