Las acechanzas del crimen organizado contra instituciones son múltiples, pareciera que se está transgrediendo un límite en las presiones de estos grupos contra algunas autoridades. El presunto atentado que habría sufrido Natividad de la Concha Macedo, madre del procurador. Ayer por la tarde se publicó que no había habido atentado alguno, pero lo cierto es que si hubo una amenaza real. Nuevamente nos encontramos con que los ex agentes judiciales que son despedidos terminan en la mayoría de los casos participando de una u otra forma con el crimen organizado. Ello es preocupante aún por los vacíos que comienzan a presentarse en diversas áreas con salidas, por diferencias internas, de personajes con tanto peso en la historia reciente de estas instituciones.
Las asechanzas del crimen organizado contra las instituciones son múltiples pero pareciera que se está transgrediendo un límite en las presiones de estos grupos contra algunas autoridades. Ayer, supimos del presunto atentado que habría sufrido Natividad de la Concha de Macedo, madre del procurador Rafael Macedo de la Concha. Ayer mismo en la mañana se dijo que el automóvil en el que viajaba la señora De la Concha había recibido un disparo de un agresor. En la tarde se publicó que no había habido atentado alguno, pero lo cierto es que si hubo una amenaza real que no llegó a mayores por la intervención de la custodia de la madre del procurador.
Platicamos con Macedo de la Concha al mediodía y lo que nos dio fue una versión más inquietante aún. Ese día, el 6 de febrero, el procurador general de la república estaba haciendo su primera visita de trabajo oficial a Estados Unidos y reuniéndose, entre otros, con los directores de la DEA y del FBI. Dice que en el transcurso de una de esas reuniones, le informaron que había habido un incidente de tránsito con su madre, al que no le dio, asegura, mayor importancia, sin embargo pidió que se investigara a la persona involucrada. Y días después se enteró el procurador que no había sido todo tan simple: una persona que tripulaba una camioneta Silverado, acompañado de una mujer comenzaron a seguir a la señora Natividad saliendo de un supermercado al sur de la ciudad, la escolta que acompaña a la madre del procurador se percató de esa situación y de que la persona que tripulaba esa camioneta trataba de encerrar el vehículo donde viajaba la señora, la escolta se interpone y evita que lo alcance, sigue el recorrido y por segunda ocasión trata de encerrar al automóvil de la señora Natividad, se vuelve a interponer la escolta y el conductor saca un arma e intenta comenzar a disparar contra ellos. Antes de que pudiera hacerlo, es detenido por la propia custodia y allí comenzó la investigación del caso.
Primero se pensó, efectivamente, que había sido un incidente de tránsito, pero rápidamente la persona detenida se acreditó como agente judicial, cuando se investigan sus datos resulta que se trata de un ex elemento de la policía judicial federal, que había trabajado a la fiscalía antidrogas, cuyo último destino había sido Tijuana y que fue dado de baja por presuntos contactos con el crimen organziado. Además de portar un arma reglamentaria sin permiso y credenciales de la PJF actualizadas (aunque ilegales), este individuo portaba también llaves maestras para distintos tipos de automóviles. Más tarde se le encontraron vehículos de los cuales no se podía acreditar su procedencia (unos diez aproximadamente), lo mismo que distintas propiedades.
En otras palabras, la persona que persiguió a la señora De la Concha no disparó contra ella ni iba en una moto como se dijo, sino en una camioneta y sí intentó hacer disparos, pero al ser detenido, se descubrió que, quizás sus intenciones podrían haber sido otras, pero que evidentemente se estaba ante un personaje ligado al crimen organizado, que había sido agente antidrogas en Tijuana y que ahora ostentaba propiedades y automóviles de lujo. La reflexión es obvia: nuevamente nos encontramos con que los ex agentes judiciales que son despedidos terminan en la mayoría de los casos participando de una u otra forma en el crimen organizado, a veces como simples operadores (como la mujer que atentó contra el gobernador Patricio Martínez) a veces como jefes del mismo, y que al mismo tiempo que la PGR y las otras instancias de seguridad pública se están vaciando ya sea por renuncia de los funcionarios, por temor, por limpieza decretada desde arriba o por diferencias con sus nuevos mandos, el crimen organizado se está nutriendo de unas policías que parecieran funcionar más como escuelas de cuadros de la delincuencia que como custodias del orden público.
Ello es más preocupante aún por los vacíos que comienzan a presentarse en diversas áreas con las salidas, por diferencias internas, de personajes con tanto peso en la historia reciente de estas instituciones como Wilfrido Robledo Madrid, comisionado de la PFP que luego de su renuncia comenzó a trabajar en el área de seguridad de Carlos Slim, de José Trinidad Larrieta, cabeza de la unidad de lucha contra el crimen organizado, de Alfonso Navarrete Prida, subprocurador de coordinación de la PGR, que ayer mismo decidió renunciar y de Jorge Tello Peón, subsecretario de seguridad pública y un hombre calve para la construcción del Cisen y del sistema nacional de seguridad pública. Se podrá argumentar que en última instancia en el cambio de administración se deben cambiar también los cuadros que encabezan esas áreas tan delicadas. Y es verdad, pero también lo es que lo que está ocurriendo es que la mayoría de las personas a los que se les ha propuesto reemplazar a esos hombres no lo han aceptado porque, como me decía Macedo “prefieren no arriesgarse, prefieren mantener su prestigio profesional y no asumir los riesgos que esta tarea involucra”. Paradójicamente cuadros importantes que dejaron por estas causas la SSP pasaron a la PGR y algunos que dejaron la PGR han sido reincorporados por la SSP.
En los hechos, el incidente o presunto atentado que sufrió la madre del procurador Macedo, demuestra que, primero, el crimen organizado está rompiendo sus propias reglas y ya están acosando incluso a las familias de los funcionarios encargados de combatirlos; segundo, que la política de despedir a los policías sospechosos o corruptos y enviarlos a la calle, sin profundizar en las investigaciones y sin darles seguimiento, lo único que logró es incrementar las filas del crimen; tercero, que la creciente intimidación que están ejerciendo los criminales contra las autoridades tiene muchas intenciones: atemorizar a los principales mandos, evitar que personas honestas de la sociedad se incorporen a ese tipo de tareas, y evitar, también, que las miles de vacantes que existen en los niveles operativos de la PGR y la SSP puedan ocuparse con personal limpio y dedicado a su tarea. En el terreno de la seguridad siguen los desafíos.
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Sucedió en Monterrey y allá es la comidilla de distintos sectores políticos y sociales, pero por alguna razón no ha trascendido al resto del país. Resulta que en el día internacional de la mujer, el congreso regiomontano convocó a la respectiva celebración y entre los invitados a hacer uso de la palabra estuvo el diputado local panista, Jorge Ruiz García, que es, nada más y nada menos que el presidente de la Comisión de educación, cultura y deporte del Congreso local. Y su discurso dejó atónitos a casi todos los presentes. El legislador del blanquiazul, al mismo tiempo que el presidente Fox estaba instalando el consejo de la mujer en Los Pinos, aseguró que “los hombres son valientes, fuertes, recios como una roca, pero su cualidad sobresaliente es que son seres indefensos y eso le da a la mujer, esa aturdida que no puede abrir un frasco de conservas, la certeza de que ella es indispensable”. Y continuó: “¿qué es una mujer?” se preguntó, porque todo indica que no lo sabe, el legislador. Y decimos que no lo sabe porque escuche su respuesta: “una mujer es alguien incapaz de manejar una regla de cálculo o leer un mapa de carreteras en un viaje, que siempre olvida las reglas del juego de canasta y que no sabe con precisión la marca o el modelo de su automóvil”. Y agregó el diputado Ruiz García: “los hombres son terminantes (registre usted como utiliza siempre la tercera persona al hablar de los hombres).Sobre la marcha deciden si conviene o no fusionar su compañía con otra o usar un lema de publicidad o reducir la producción o hipotecar sus propiedades para conseguir dinero para una empresa de mayor alcance. Sin embargo, asegura el diputado del PAN de Nuevo León, han de recurrir a su esposa para que los ayude a escoger la corbata que va con su traje azul o el regalo de cumpleaños de su madre”. Y estamos hablando de un diputado, dirigente de un partido en el poder, hablando en una reunión del día internacional de la mujer sobre equidad de géneros. Debemos proponerlo para la medalla Jorge Serrano Limón.