Las autoridades capitalinas están siendo rebasadas por los propios monstruos que crearon. Andrés Manuel López Obrador tiene la mira puesta más en un lejano objetivo presidencial en el 2006, que en tomar las riendas de una ciudad que se le escapa de las manos. López Obrador esta más preocupado en criticar al presidente Fox o a Santiago Creel, al PRI o al PAN y se ha olvidado que gobierna la ciudad más importante del país, provocando la irritación de una población que, ve que no se cumplen las expectativas que se generaron ya no sólo con su llegada al poder, sino también en los casi cuatro años de administraciones perredistas.