La semana pasada estuve en Buenos Aires, la situación de lo que ocurre en ese país sólo puede calificarse de una forma: es desesperanzadamente catastrófica. No sólo se trata de la crisis económica que vive Argentina, sino de la falta de opciones y de salidas inteligentes. No hay un proyecto de país: el proyecto de los años 50 y 60 se agotó. Se ha tratado de incorporar a Argentina a nuevo orden económico internacional, donde esa nación no encuentra su espacio idóneo.