El presidente Fox y el PAN siguen encontrando un punto central difícil de resolver. El hecho es que ninguno de los dos se siente plenamente satisfecho con el otro. El presidente siente que el PAN no lo apoya lo suficiente, que lo presiona y en ocasiones termina más cerca de sus adversarios que del propio gobierno foxista. En el PAN ven las cosas diferentes. Si el gobierno federal no avanza lo suficiente, la responsabilidad es por la ausencia de una política clara para gobernar.