Para buena parte de nuestra sociedad y sobre todo para los sectores de izquierda y progresistas, el dos de octubre, no estaría de más recordar por lo que se luchaba (y se moría) en aquellos años. Qué ha pasado después de tres décadas con las banderas de aquel movimiento cívico. Buena parte de la responsabilidad histórica de la actual situación internacional es de la propia izquierda, que no supo a partir de 1989, con la caída del Muro de Berlín, redefinir sus objetivos históricos, ni tampoco asumir la realidad de los bloques regionales y la globalización.