Toda la política es local, decía ?y así tituló un libro sobre sus experiencias políticas-, quien fuera el sempiterno, líder demócrata en el Senado de Estados Unidos Tip O?Neill. Con una fuerte tradición centralista, la política local siempre ha sido menospreciada, tanto por los medios nacionales como por los propios centros del poder político. Pero ese menosprecio no sólo ha inducido a una creciente desigualdad regional, sino que, además, ha ido de la mano con un retiro de derechos y responsabilidades que han dejado mucho más débil al Estado mexicano para afrontar sus desafíos.