La recomendación que elevó ayer la Comisión Nacional de Derechos Humanos que encabeza José Luis Soberanes al presidente Fox sobre el caso de los detenidos desaparecidos, sobre todo en la llamada guerra sucia de los años 70, no sólo es inédita porque se trata de la primera ocasión en que el propio poder ejecutivo federal recibe una recomendación de la CNDH, sino también porque es una suerte de inicio de ajuste de cuentas con el pasado que resulta imprescindible para restaurar plenamente la salud pública del sistema político. Y también para comenzar a cerrar los capítulos siempre abiertos de nuestra historia reciente.