El fin de semana pasado los priístas tuvieron elecciones locales en dos estados tan lejanos geográfica como social y culturalmente: Quintana Roo e Hidalgo (el primero, se dice, comprometido con Roberto Madrazo, el segundo con Beatriz Paredes. El PRI volvió a ganar por un amplio margen las elecciones. En Quintana Roo el affaire Mario Villanueva dejó un PRI lastimado y dividido, en Hidalgo el muy controvertido operador electoral José Guadarrama, abandonó al tricolor y formó su propio partido.