¿Quién determina el interés público de una información? ¿qué tanto derecho tiene la sociedad de informarse de los asuntos públicos? ¿qué tanta confidencialidad requiere la labor de gobierno?. El lunes en el seminario México contra la corrupción, el consejero especial anticorrupción del departamento de estado de los Estados Unidos, Richard Werksman, decía algo que puede sonar mal políticamente incorrecto, pero que no puede obviarse. Decía que ?debía buscarse un equilibrio entre la transparencia y la confidencialidad, porque la trasparencia es por definición, luz que la luz produce calor y que bajo demasiado calor ningún gobierno es capaz realmente de funcionar.