Sin duda, la credibilidad del presidente Fox quedó, por lo menos, magullado, por la divulgación de la plática supuestamente privada que mantuvo con Fidel Castro. Fue un error, y un error que tendrá costos o que mejor dicho, sus opositores le cobrarán en el futuro. La crisis que se ha generado en torno a cuba debería servir al gobierno para evaluar objetivamente su desempeño y el de su equipo de trabajo.