En la reunión de la conferencia nacional de gobernadores de Tlaxcala, aparentemente, el gobierno federal logró sacar adelante una suerte de punto de acuerdo que no es despreciable: el apoyo implícito, que después de la reunión del martes con el presidente Fox podría consolidarse, a la reforma eléctrica. Pero el compromiso, la contraparte de ese principio de acuerdo deberá pasar por un capítulo, el presupuesto y con ello el gobierno federal deberá despojarse de una parte de uno de sus instrumento de poder más importantes.