Lo que ha impedido que México se hunda en una crisis institucional y política como la de Argentina y otras naciones latinoamericanas, ha sido su andamiaje institucional. La del priísmo pudo haber sido, la “dictadura perfecta”, se consolidaron instituciones que permitieron, durante 20 años de crisis permanente, avanzar en la transición política. Hoy el peligro está en que esas instituciones no en todos los casos se han sabido adaptar a los cambios.