La semana que acaba de concluir puso de manifiesto la debilidad de las instituciones y de la simple autoridad para hacer cumplir la ley. Lo ocurrido el 20 y 21 de noviembre es incomprensible e inadmisible. Un grupo de 200 campesinos morelenses bloquearon por 30 horas la carretera federal México-Cuernavaca. Hubo pérdidas económicas, un camión al ser desviado se desbarrancó causando la muerte de varias personas, miles y miles vieron afectados sus intereses. Y no pasó nada, los manifestantes no tuvieron sanción alguna y se llevaron subsidios por 15 millones de pesos.