En Septiembre de 1990, era la primera visita oficial de Carlos Salina de Gortari a Buenos Aires, donde el entonces presidente de México se encontraría por primera vez con Carlos Saúl Menem, su homólogo argentino, famoso por sus extravagancias y escándalos. Desde entonces se dieron varios desencuentros entre ambos mandatarios, y algunos paralelismos obvios; ambos aplicaron programas de liberalización económica, ambos mantuvieron muy buenas relaciones con Estados Unidos, pocas veces dos políticos han sido de personalidades e historias tan diferentes, se han llevado políticamente tan mal. Solo una cosa los unía: la lógica implacable del poder.