En el casi constante corto circuito que se vive en el PAN y el gobierno federal, el papel de Luis Felipe Bravo Mena es cada vez más importante, no se le puede negar su integridad personal, ni su militancia panista ni capacidad de análisis político, pero algo sucede porque en los hechos, su gestión al frente del panismo, está generando, problemas graves en la relación del partido y el gobierno.