La impunidad de la que goza el movimiento de maestros desidentes de la Coordinadora de Trabajadores de Educación (CNTE) para realizar todo tipo de desmanes, es una de las peores señales que se están dando desde el gobierno del Distrito Federal. Hace un par de semanas los maestros tomaron por la fuerza las instalaciones del sindicato de maestros: en una batalla campal, utilizaron bombas molotov, bombas de ácido y penetraron al edificio demoliendo paredes y puertas de acero.