La decisión de la Suprema Corte de Justicia de negar el amparo al argentino Ricardo Miguel Caballo, para permitir su extradición a España para ser juzgado por los delitos de genocidio y terrorismo, es un hecho inédito y que abre nuevos cauces al procesamiento de delincuentes internacionales. El ex director del Renave, quiso huir de México e intento regresar a Argentina porque sabía que allí las controvertidas leyes de punto final lo protegerían de cualquier denuncia.
La decisión de la Suprema Corte de Justicia de negar el amparo al ex militar argentino Ricardo Miguel Cavallo, para permitir su extradición a España para ser juzgado por los delitos de genocidio y terrorismo (aunque inexplicablemente la Corte lo amparó en el más documentado de los delitos que cometió Caballo, el de tortura), es un hecho inédito y que abre nuevos cauces al procesamiento de delincuentes internacionales que, como Cavallo, participaron de la violación de los derechos humanos como una política de Estado.
El ex director del Renave, cuando quiso huir de México, apenas se dio a conocer su identidad, intentó regresar a Argentina porque sabía que allí las controvertidas leyes de punto final lo protegerían de cualquier denuncia. Casi lo logra: fue detenido porque José Gutiérrez Vivó lo localizó en su celular cuando estaba a punto de abordar un vuelo de Mexicana hacia Buenos Aires. Para la mala suerte de Cavallo el vuelo hacia una escala en Cancún y allí, por una decisión política en la que mucho tuvo que ver el entonces secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, se lo detuvo antes de que prosiguiera vuelo hacia la capital argentina.
La lista de violaciones a los derechos humanos cometidas por Cavallo es demasiado amplia para analizarla en este espacio. Como integrante de los grupos de tareas de la tristemente célebre Escuela de Mecánica de la Armada (uno de los campos de concentración más crueles de la dictadura argentina en el periodo 1976-1983) las labores de Ricardo Miguel Cavallo, apodado Sérpico (por él mismo, claro), y de otro capitán de marina de aquellas fechas, Alfredo Astiz, fueron ignominiosas: se dedicaron a infiltrarse en organizaciones de derechos humanos, Cavallo participó en los secuestros de opositores al gobierno militar, éstos fueron torturados y asesinados. El propio Cavallo participó en los secuestros y, particularmente en las torturas, brutales, sobre todo contra las mujeres que secuestraba. Sí estuvo, como él lo declaró, en la embajada argentina en París, al igual que Alfredo Astiz, pero la función de ambos fue infiltrarse en las organizaciones de exiliados y, desde allí organizar distintas acciones represivas dentro y fuera de Argentina.
¿Cómo hizo Cavallo su fortuna?. Muchos de los recursos que se canalizaron después en la empresa Talsud mediante las cuales quedó con la dirección del Registro Nacional de Vehículos, en México, provinieron de una actividad muy lucrativa que desarrollaron Cavallo y otros miembros del llamado grupo de tareas en aquellos años: la apropiación de todos los bienes de los secuestrados, incluyendo, por supuesto, el traspaso bajo tortura de bienes, cuentas bancarias, inversiones y hasta pequeñas empresas. En muchas ocasiones los secuestrados nada tenían que ver con la oposición política: simplemente sufrían esa suerte para quedarse con sus bienes. Así hizo su fortuna Cavallo.
Es interesante recordar, además, que este hombre llegó a México como parte de una empresa que tenía ya experiencia en el manejo de registro vehiculares en algunas provincias argentinas y en El Salvador. En uno y otro lugar, se hicieron de esos contratos por las relaciones establecidas durante el gobierno militar argentino. En El Salvador la participación de militares argentinos en el asesoramiento de la lucha antiguerrillera en los años 70 y 80 fue amplísima. Esos contratos fueron parte de la recompensa obtenida por esa participación. Pero lo que resulta desconcertante y nunca se ha aclarado es cómo la empresa que encabezaba Cavallo, denominada Telsud, terminó haciéndose cargo de la operación del Renave, en condiciones, además, tan ventajosas.
En este contexto, se debe relacionar, inevitablemente, el descubrimiento de la identidad de Ricardo Miguel Cavallo, con el suicidio, días después, del entonces subsecretario de Comercio y responsable de ese Registro, Raúl Ramos Tercero, en un hecho que nunca ha sido explicado plenamente. Ramos Tercero, pocos días después de la detención de Cavallo, estuvo en una reunión en la que participaron el entonces secretario, Herminio Blanco, el concesionario directo del Renave, Henry Davis y otros funcionarios de la SECOFI. De esa reunión salió Ramos Tercero, fue a su oficina, anunció que no iría a comer a su casa, tomó la carretera a Toluca, escribió varias cartas de despedida y allí mismo, de una forma extrañísima, con un cutter, supuestamente se quitó la vida. La muerte de este funcionario nunca fue plenamente investigada, la tesis del suicidio se aceptó de inmediato e incluso, aceptando la posibilidad de que Ramos Tercero se hubiera suicidado, nunca se indagó a fondo las causas reales que lo llevaron a tomar esa decisión. Evidentemente, eso se desprende de las cartas, Ramos Tercero se suicidó como consecuencia de lo sucedido con el Renave: la pregunta que no se ha llegado a responder es ¿por qué?. Como tampoco, insistimos, ha quedado en claro cómo un personaje como Cavallo llegó a dirigir el que sería el registro vehicular del país, por qué no se investigaron sus antecedentes y los de la empresa que dirigía, Telsud.
Por cierto, quizás se trató de una casualidad, pero en los países en los que esa empresa operó el registro vehicular, el crimen organizado en su vertiente de robo de automóviles tuvo una expansión notable.
Lo cierto es que Cavallo se irá extraditado en un par de meses a España, en un hecho inédito: que un país extradite a otro, a un hombre que está acusado de cometer sus crímenes en un tercer país. Cavallo cometió sus crímenes de lesa humanidad en Argentina, fue detenido en México y será juzgado en España. La causa es la no prescripción de los delitos de lesa humanidad y la justicia española ha basado su acusación en el secuestro, tortura y asesinado, la desaparición, de ciudadanos españoles en la época de la dictadura argentina. Y existen testimonios de que Cavallo participó personalmente en esos hechos. Con ello se ha considerado que existen elementos suficientes para juzgarlo, y en el caso mexicano para autorizar su extradición. Algo que, por ejemplo, el gobierno británico no se atrevió a hacer cuando tuvo detenido al dictador chileno Augusto Pinochet y terminó negando su extradición a España.
Es un bueno día para las víctimas de Cavallo que reclamaron su castigo y para los familiares de los que murieron por su causa. Es un buen día, como lo sostuvo ayer Human Right Watch para la justicia y es un buen ejemplo que genera un antecedente para otros casos similares y otras naciones.
La crisis del IFE
El abierto enfrentamiento entre los consejeros del IFE como consecuencia del nuevo reglamento de acceso a la información del Instituto tendrá muchas repercusiones. En primer lugar, resulta lamentable que una institución que ha alcanzado los mayores niveles de credibilidad entre la ciudadanía esté, ahora, en medio de un vendaval provocado por sus propios integrantes. Es verdad que las diferencias internas no son nuevas, pero también que nunca antes los consejeros se habían encontrado en una situación tan difícil, compleja, como la actual; que nunca habían tenido en sus manos un caso tan delicado como lo es el de Amigos de Fox, en un contexto donde sus posibilidades de ahondar en las investigaciones se contraponen con la lentitud y parsimonia con que está actuando la justicia para ¿esclarecer? este caso. Pero además, porque por primera vez el IFE se acerca a una renovación total de su consejo general, que tendrá que producirse antes del 31 de octubre próximo, en un clima de tanta incertidumbre política y con intereses personales de cara al futuro tan disímiles entre sus integrantes. La pregunta es si, en este contexto, habrá posibilidades de que el caso Amigos de Fox pueda estar, en el IFE, concluido antes de esa fecha, cuando este consejo general concluya sus labores.