¿Por qué se tardó tanto el gobierno federal en aceptar que era un error mantener la intensa campaña publicitaria del presidente Fox, concebida como una cobertura publicitaria para el PAN. Nadie ha podido estimar claramente si la publicidad presidencial ha beneficiado al realmente al PAN. Pero la violación de la ley no es exclusivo del gobierno federal. Lo ocurrido con el PRD y el famoso anuncio de López Obrador, es un hecho vergonzoso para el partido del sol azteca. En el PRI no han tenido problemas graves con la publicidad pero si lo tendrán apenas concluya la paz interna que se acordó hasta la fecha de las elecciones.
¿Por qué se tardó tanto el gobierno federal en aceptar que era un error mantener la intensa campaña publicitaria del presidente Fox, concebida como una cobertura publicitaria para el PAN ante los comicios de julio próximo?¿Por qué no comprendieron que esa campaña y la lógica que la animaba era contradictoria con los principios que el propio presidente Fox había enarbolado como candidato en el 2000 y el PAN como partido a lo largo de toda su historia? Nadie ha podido estimar claramente si la publicidad presidencial realmente ha beneficiado al PAN: la mayoría de los especialistas consideran que no, pero lo que es indudable es que sí le ha generado costos inmediatos en la relación con las otras fuerzas políticas, con consecuencias que pueden repercutir en el futuro de esa relación.
El punto central es el que hemos abordado en muchas otras oportunidades: el costo que generaba mantener esa campaña no tenía recuperación. Todos los estudios serios sobre las elecciones del próximo seis de julio demuestran que no habrá cambios dramáticos en la correlación de fuerzas en la cámara de diputados, de forma tal que la campaña publicitaria del presidente no era un inversión con posibilidades de retorno pero sí con costos políticos inmediatos y, también de mediano plazo. Por una sencilla razón que los que se basan en las encuestas para elaborar políticas y estrategias no pueden comprender: al haber intentado transformar la campaña electoral en una campaña plebiscitaria o sea en un voto a favor o en contra de la gestión del presidente Fox (esa era la intención explícita de ese grupo de la presidencia de la república y así lo entendieron tanto los otros partidos como la gente cuando la campaña publicitaria del presidente se convirtió en el cimiento del proselitismo panista), cuando no existían condiciones reales, objetivas, para forzar un cambio en la correlación de fuerzas, lo que se está haciendo es endosando al presidente los malos o regulares números electorales de su partido el próximo seis de julio.
Llama profundamente la atención que se haya decidido tomar ese rumbo porque el presidente Fox y su esposa Marta, ya habían experimentado con una estrategia similar en el estado de México, entre fines de febrero y principios de marzo. Y el resultado fue claro: la votación del PAN no mejoró (entre otras razones porque la gente no termina de trasmitir la popularidad del presidente o de su esposa a su partido), pero los costos en términos de gobernabilidad crecieron.
Ahora, finalmente se logró imponer la posición de Santiago Creel y la campaña se suspendió aunque en una forma tardía. Sin duda hubiera sido mucho más práctico y menos costoso hacerlo algunos días atrás, cuando se presentó esa propuesta en la reunión de gobernadores realizada en la ciudad de México, cuando la misma fue rechazada por los gobernadores del PAN y por el ejecutivo federal. En el lapso muchos funcionarios gubernamentales defendieron los spots presidenciales, dirigentes panistas como Luis Felipe Bravo Mena y Juan Molinar Horcasitas quedaron muy malparados por la defensa que hicieron de la campaña publicitaria oficialista y los gobernadores que hace diez días habían rechazado la posibilidad de suspender la publicidad oficial ahora lo apoyaron con la diferencia de que quedó, todo, como un triunfo de la oposición y, en todo caso, como una batalla interna ganada por el secretario de Gobernación, Santiago Creel contra el área de "imagología" de la presidencia de la república.
Pero ahora, como era lógico, le han elevado la apuesta a la presidencia y los gobernadores, comenzando por Ricardo Monreal, le han pedido que no sólo se retire la publicidad oficial, lo que tendría que haber ocurrido a partir de hoy, sino que se suspendan también las giras de trabajo del primer mandatario. Y el hecho es que éstas tuvieron un tono tan electoral a últimas fechas que la demanda para ser bastante lógica. Lo cierto es que moderación o no aparte, parece ser imprescindible que se establezca con claridad la legalidad o no de estas actividades porque, sino, se estará siempre en el límite de la confrontación.
Pero la violación de la ley e incluso de los propios principios éticos no es exclusivo del gobierno federal. Lo ocurrido con el PRD y el ya famoso anuncio de López Obrador rescatado del closet partidario y emitido en las últimas semanas, es un hecho vergonzoso para el partido del sol azteca. Lo existe justificación alguna para rescatar un anuncio grabado hace seis años (por lo menos esa es la historia oficial) por el actual jefe de gobierno capitalino (entonces era presidente nacional del PRD) para emitirlo ahora en plena campaña electoral. Menos aún cuando López Obrador dice que no fue consultado al respecto. La versión, no parece ser demasiado verosímil y si lo es, estaríamos ante una crisis de enorme magnitud en el PRD: sería inconcebible que la dirección del partido utilice la figura de su principal figura pública sin su consentimiento para hacer publicidad electoral, más aún cuando es obvio que, con ello, unos y otro, partido y funcionario, están violando la normatividad electoral del DF. Entonces estamos ante una crisis o simplemente, López Obrador se deslindó del anuncio para evitar que la sanción que pagará el PRD, no lo alcance.
¿Por qué el PRD tuvo que recurrir a esa maniobra?. Porque su problema es similar al del PAN pero en una dimensión mucho mayor: mientras López Obrador se mantiene por encima del 80 por ciento de popularidad en la ciudad de México, su partido difícilmente alcanzará el 20 por ciento de la votación federal que se ha puesto como objetivo su dirección nacional. Hasta ahora el perredismo no ha encontrado el método para transferir la popularidad del jefe de gobierno del DF al ámbito partidario. Y si en el caso de Fox y el PAN esa diferencia es significativa, en el del PRD es demasiado amplia, sobre todo para sustentar las lógicas ambiciones de López Obrador de cara al 2006. Con un agravante: Rosario Robles ha dicho que renunciará a la dirección del partido si no logra el 20 por ciento de votación el 6 de julio. Paradójicamente, en la lucha interna del perredismo, debe haber muchos sectores y dirigentes que en su fuero íntimo desearían que así fuera, para proceder a un reacomodo de los equilibrios internos en el partido. Por todo eso, la apelación a un recurso tan poco admisible como la recuperación del viejo spot de Andrés Manuel. Es mucho lo que está en juego.
Berrueto no esperará el 7 de julio
En el PRI no han tenido problemas graves con la publicidad pero sí lo tendrán apenas concluya la paz interna que se acordó hasta la fecha de las elecciones. En términos electorales el priísmo sabe que cuenta con un voto duro (al que le apostó en estos comicios) y de una alianza con el Verde Ecologista que puede darle muchos beneficios. Incluso, las campañas netamente antipriistas que han lanzado el PAN y sobre todo el PRD, demuestran que es allí donde han decidido concentrarse más que en sus propias propuestas. El problema del PRI no es el 6 de julio, sino el día después. Ayer tuvo una pequeña muestra de la crisis que viene: el consejo general del IFE ratificó la inclusión, obligada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de Federico Berrueto en el lugar 17 de la lista plurinominal del tricolor en la segunda circunscripción, e inmediatamente después, el delegado del gobierno de Coahuila en el DF, procedió a presentar la demanda penal, que originalmente pensaba guardar hasta el 7 de julio, contra Roberto Madrazo por falsedad de declaraciones ante una autoridad judicial, ya que el líder priísta presentó ante el tribunal electoral una carta afirmando que Berrueto había sido retirado de las listas porque no era militante del PRI, lo que a todas luces era falso. La demanda, por supuesto, no determinará el resultado electoral ni mucho menos, ni siquiera tendrá influencia en él, pero demuestra cómo se está calentando el clima político priísta para su lucha interna post electoral.