¿Para qué votar por México Posible?
Columna JFM

¿Para qué votar por México Posible?

Ninguno de los partidos que están buscando su registro ha tenido un éxito tan notable como México Posible. En un desplegado publicado el día de ayer en los principales periódicos del país, un numeroso grupo de intelectuales de izquierda y ligados durante mucho tiempo al PRD, otros, menos, miembros del PRI, anunciaron que votarán para diputados federales por México Posible, es un logro indiscutible de este partido. Así lo manifestaron mentes brillantes, como Carlos Monsiváis, Rene Drucker, Cristina Pacheco, Lorenzo Meyer, Sara Sefchovich, Ángeles Mastretta, Fernando del Paso, Julieta Fierro, entre muchos otros.

Ninguno de los partidos que están buscando su registro ha tenido un éxito tan notable como México Posible para posicionarse, prácticamente desde la nada, en el panorama político nacional. No sé si México Posible alcanzará el registro el próximo seis de julio, 700 mil votos -los que aproximadamente se necesitan para garantizar el 2 por ciento- no son pocos, pero lo que ha logrado va más allá de lo que cualquiera, originalmente, hubiera esperado.

El desplegado publicado ayer en los principales periódicos del país, donde un numeroso grupo de intelectuales, la gran mayoría de izquierda y ligados durante mucho tiempo al PRD, algunos otros, menos, miembros del PRI, anunciaron que votarán, la mayoría de ellos, por los partidos en los que militan o con los que simpatizan en distintas instancias electorales pero que, para diputados federales lo harán por México Posible, es un logro indiscutible de este partido. Allí están muchas de las mentes más brillantes de México: desde Carlos Monsiváis hasta René Drucker, desde Cristina Pacheco hasta Lorenzo Meyer, desde Sara Sefchovich hasta Angeles Mastretta, desde Fernando del Paso hasta Julieta Fierro, entre muchos otros.

Algunos perredistas se han ofendido seriamente por esta toma de posición de buena parte de lo que fue su clientela histórica en el mundo intelectual. No tendrían porqué estarlo. Primero, porque el PRD lleva años despreciando la agenda que plantean fuerzas como México Posible en aras de ganar mayores espacios de poder. Es verdad que el PRD es una opción de poder, que controla el gobierno de varios estados y de la capital del país, pero también es verdad que en la lógica de las tribus internas, de la parcelación del poder, de aglutinar fuerzas con otros sectores en su búsqueda, su agenda, como la de todos los grandes partidos se ha ido desdibujando. Un ejemplo: se podrá compartir o no la posición adoptada por México Posible respecto al proselitismo de los ministros de culto, pero es una posición coherente y que ha defendido con consistencia, llevando el tema hasta la cima de la agenda política nacional. El PRD ha hecho muchas declaraciones sobre el tema, pero el mismo día que salía publicado el desplegado de apoyo de muchos de sus simpatizantes a México Posible, anunciaba en El Universal, vía su secretario de Relaciones Políticas y Alienzas, Ramón Sosamontes, que está buscando un acercamiento con sectores religiosos "porque si queremos ser gobierno en el 2006 necesitamos mantener buenas relaciones con ellos, debemos ser tolerantes". Lo que dice Sosamontes es verdad: un partido que aspira al poder debe terminar acercándose a los verdaderos factores de poder. Por eso la cercanía de Andrés Manuel López Obrador con Carlos Slim y otros empresarios o ahora del PRD con las iglesias, pero el punto es que en esa lógica, los derechos de las minorías no son respaldados por nadie. Y México Posible ha tenido la virtud de poner en la agenda de estas elecciones el tema del derecho de las mujeres, de los derechos humanos, de las causas indígenas, de la diversidad sexual, del medio ambiente, de los discapacitados y la protección a los animales. No es la suya una agenda para el poder: no creo que un partido con la agenda de México Posible pueda disputar hoy el poder real en México. Pero es una agenda imprescindible para que desde el poder, y desde los tres grandes partidos, se atiendan los intereses de las minorías, de la pluralidad y de la tolerancia que se pierden precisamente en la lógica de los grandes juegos del poder.

¿Qué mejor ejemplo de ello que lo que está sucediendo en esta campaña electoral?¿qué mejor ejemplo que el PAN retomando como propios los argumentos que hace apenas tres años esgrimían los priístas o éstos defendiendo los que entonces planteaba el PRD o un perredismo apostando a los acuerdos con los empresarios?¿dónde están, en esa lógica, los temas de la pluralidad y la tolerancia en la agenda de los tres grandes partidos?. No aparecen y no hay interés porque aparezcan.

La segunda razón por la cual no tendrían que estar tan molestos en el perredismo por el apoyo de este importante grupo de intelectuales a México Posible, es por el propio escenario electoral. Todas las encuestas demuestran que los actuales equilibrios entre las tres grandes fuerzas no se modificarán sustancialmente: el PAN está cayendo respecto al 2000 pero no tendrá un derrumbe, el PRI conservará su voto duro y, sin duda, de la mano con el Verde Ecologista, se quedará con la mayoría, aunque sea relativa, de la cámara de diputados y ya tiene la de senadores. El PRD crecerá respecto al 2000, pero sobre todo por la votación en el DF y el área conurbada, en el resto del país sus números siguen dejando mucho que desear, y crecerá en su número de diputados porque en esta ocasión no hizo las alianzas absurdas con tantos minipartidos que nada le aportaban y que le quitaron tantos diputados en los últimos comicios presidenciales. Además sería por lo menos desconcertante que el PRD, que le dio graciosamente el registro a partidos como el PSN o el PAS, ahora se queje de que el voto de la izquierda se fraccione.

Ayer escuchaba a nuestro amigo Ciro Gómez Leyva en su noticiero en radio fórmula y Ciro le preguntaba a Elena Poniatowska, una de las firmantes del desplegado de apoyo a México Posible, si no era más benéfico para la izquierda un partido con 30 diputados que un bloque con 28 de un partido y dos de otro. Elena le dijo que no sabía pero que ella votaba por intuición y que creía que lo correcto era votar por la lista de diputados de México Posible. Por lo menos en este caso el instinto es probable que no la haya traicionado a la señora Poniatowska: en el actual contexto electoral no tiene sentido optar, necesariamente, sólo por alguno de los tres grandes partidos: quizás como nunca antes el voto diferenciado puede transformarse en voto útil.

Como no habrá, y todas las encuestas lo están demostrando, cambios importantes en el equilibrio de fuerzas entre el PRI, el PAN y el PRD, es una buena oportunidad para votar por opciones políticas con agendas diferenciadas que presionen para colocar en la agenda del congreso temas que, de otra forma serán ignorados. Y ellos es válido tanto para México Posible como para los otros nuevos partidos, sobre todo para los que sí tienen una agenda propia significativa, como Fuerza Ciudadana o Convergencia. La diferencia, quizás, es que México Posible tiene una dirigente con carisma, como Patricia Mercado (¿quedarán todavía dudas en alguno de los que fueron dirigentes o simpatizantes del partido de la Democracia Social en el 2000, de que si la candidata en esa elección hubiera sido Patricia Mercado el resultado hubiera sido mucho mejor que el obtenido por Gilberto Rincón Gallardo, con todo y el indudable mérito político que tuvo su campaña?) y que ha sido mucho más preciso en una agenda social que los demás partidos sólo han tocado marginalmente o han ignorado para no molestar a ciertos sectores de poder.

Pero, además, seamos sinceros: independientemente de la unidad en torno a una dirigencia formal o una siglas, ¿qué tan unido ha sido el PRD (o el PRI o el PAN) a la hora de votar en el Congreso? Si la preocupación es la existencia de un polo de centro izquierda de amplio espectro, la existencia de otros actores no le genera costos al PRD; si la lógica por el contrario, es fortalecer un polo de poder interno, la situación, obviamente es diferente. Y, si la buena política se impone, incluso, de cara al 2006, al perredismo le convendría que hubiera otras opciones con registro con las cuales pudiera buscar una verdadera coalición.

En lo personal no comparto toda la agenda de México Posible. Pero, como los firmantes del desplegado de ayer, sí creo que es una opción necesaria, importante, en el espectro político del país, que puede ayudar a fortalecer la tolerancia y la diversidad. No es poca cosa ante el actual panorama partidario.

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