En el año 2002 el gobierno federal tuvo un notable subejercicio presupuestal en casi todas las ramas del gasto social y sobre giró su gasto en todas las secretarías que tienen un fuerte gasto corriente, lo que confirma lo dicho por muchos legisladores, y por el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, respecto a que el gobierno gasta poco y mal. El conflicto legal que enfrenta al Ejecutivo Federal con la Duditoria Superior de la Federación va mucho más allá del debate político.
En el año 2002 el gobierno federal tuvo un notable subejercicio presupuestal en casi todas las ramas del gasto social y sobre giró su gasto en todas las secretarías que tienen un fuerte gasto corriente, eso es lo que se desprende de un somero análisis de la Cuenta Pública del año pasado, que confirma que lo dicho por muchos legisladores anteriormente, y esta semana por el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, respecto al que el gobierno gasta poco y mal, es correcto. Con la diferencia de que, en algunos rubros gasta mucho y también mal.
La forma en que se ejerce el gasto público se ha convertido un grave problema institucional, cuya trascendencia, con el conflicto legal que enfrenta al Ejecutivo Federal con la Auditoria Superior de la Federación va mucho más allá del debate político: en el centro de éste está el ejercicio del gasto público y son muchos los capítulos que por inexperiencia, incapacidad, confusión o por una acción deliberada del Ejecutivo, deben explicarse porque la forma en que el gobierno federal está ejerciendo el gasto vulnera el presupuesto aprobado por el Congreso de la Unión. Si en la Cuenta Pública del 2001 se encontraron 340 mil millones de pesos que merecen observaciones (un tercio del presupuesto federal), en la recién presentada Cuenta Pública del 2002, es imposible hacer aún un cálculo específico de cuanto suman las observaciones o irregularidades, pero el gasto excesivo en capítulos como la comunicación, la asesoría, el gasto corriente, en reuniones como la reunión de la APEC en Los Cabos o la Cumbre de Monterrey, se contradice en forma notable con la caída, el subejercicio en el gasto social, en todas sus dimensiones. Un análisis somero de la Cuenta Pública 2002 demuestra el porqué de la queja de tantos empresarios como Carlos Slim.
Veamos, muy rápidamente, algunos de los capítulos irregulares del gasto del gobierno durante el año pasado. Por ejemplo las secretaría de Gobernación, Relaciones Exteriores y Hacienda incrementaron su gasto: la SG tenía presupuestado 5 mil 70 millones y gastó 5 mil 190 millones, casi 120 millones de pesos de más respecto a lo autorizado, un incremento real respecto al 2001 de casi 14 por ciento. Relaciones Exteriores sobrepasó su gasto pero en menor cantidad, sólo 2 millones cien mil pesos. Pero el incremento del gasto en Hacienda respecto a la originalmente presupuestado es altísimo: de 21 mil 930 millones que le había autorizado el Congreso, la SHCP gastó 69 mil 616 millones, o sea 47 mil 686 millones de más, un incremento respecto al año anterior de 183 por ciento.
Mientras tanto, casi todas las dependencias relacionadas con el gasto social subejercieron su presupuesto durante el 2002. Por ejemplo, la secretaría de Agricultura tenía un presupuesto de 35 mil 580 millones y gastó sólo 34 mil 299, o sea que dejaron de ir al gasto social en el campo, mil 281 millones de pesos. La secretaría de Educación Pública tenía presupuestado 110 mil millones de pesos, pero gastó solo 107 mil 991 millones, lo que quiere decir que no ejerció 2 mil 385 millones de pesos (¿cuántas escuelas se podrán construir o equipar con más de dos mil millones de pesos?). La Secretaría de Salud tenía, para sus necesidades, un presupuesto raquítico: 21 mil 995 millones, pero gastó solamente 20 mil 127 millones, o sea que dejó de ejercer mil 868 millones. A la Sedesol se le presupuestaron, en forma directa (hay programas que tienen su propia asignación) 19 mil 54 millones de pesos, pero se gastaron 17 mil 887 millones, o sea que se dejaron de destinar al gasto social en esa dependencia mil 167 millones. En Seguridad Pública se presupuestaron 7 mil 320 millones, pero se gastaron 6 mil 389, o sea que no se ejercieron 931 millones.
Cuando se analiza el gasto por secretaría surgen muchos datos interesantes. Por ejemplo el presupuesto de la agencia oficial de noticias, Notimex, es cada vez menor: en el 2001 fue de 160 millones de pesos, para el 2002 se le asignaron 126 millones, pero sólo se utilizaron 119 millones. La única conclusión que se puede sacar es que, como se ha dicho, Notimex está en vías de liquidación.
En Hacienda hay sobre giros en muchos ramos: está el costo de la liquidación de Banrural que sumó 48 mil 878 millones de pesos que no estaban presupuestados en la SHCP. Pero también un gasto de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores que duplica los presupuestado: el Congreso le había aprobado un gasto de 886 millones y erogó mil 646 millones.
Cuando se analiza el gasto de la secretaría de Agricultura aparecen varios detalles significativos. Como dijimos hubo un subejercicio en la Sagarpa de mil 281 millones de pesos. Pero la mayoría de ese subejercicio se dio en las áreas sociales más sensibles de la secretaría: por ejemplo para servicios y apoyos a la comercialización agropecuaria se habían destinado 18 mil 467 millones y se ejercieron sólo 16 mil 966 (¿tan bien estuvo el campo que no se pudieron gastar todos los subsidios al sector y se dejaron mil 500 millones en la caja?). Incluso los recursos destinados a la Alianza Contigo no se ejercieron a plenitud: se presupuestaron 6 mil 596 millones y se gastaron 6 mil 438, unos 158 millones de pesos no ejercidos. Ahora bien: no había recursos presupuestados para gastar en el fondo de empresas expropiadas del sector azucarero, pero allí se aplicaron, de todas formas 995 millones de pesos extras.
En Salud llama profundamente la atención la magnitud del subejercicio porque es una de las dependencias que más sufrió con su asignación presupuestal en el 2002. En IMSS Oportunidades se tenían presupuestados 4 mil 482 millones, se gastó 4 mil 22. En casi todos los hospitales importantes hubo subejercicios relativamente pequeños pero en todos los casos significativos para las carencias de esos centros de salud: en el Instituto de Pediatría se dejaron de ejercer 16 millones de pesos, en el Infantil de México 34 millones, en el Juárez poco más de 20 millones; en el Instituto Nacional de Nutrición unos 40 millones de pesos; en el Instituto de Cancerología se gastaron unos 20 millones menos de lo originalmente asignado. Para los Centros de Integración Juvenil había un presupuesto de 183 millones de pesos, se gastaron sólo 154 millones. Para el Instituto Nacional de la Senectud se habían autorizado recursos por 77 millones, se gastaron sólo 22 millones. La lista podría continuar con varias otras instituciones.
En la secretaría del Medio Ambiente hubo subejercicios en la Comisión Nacional del Agua (cien millones de pesos), en la Comisión Forestal (167 millones), en el Instituto Nacional de Ecología (81 millones de pesos menos) y en el programa de empleo temporal que tenía destinados 106 millones y se gastó 52 millones, la mitad.
En la secretaría de Economía destaca en forma notable el sobregiro registrado en la reunión de la APEC en Los Cabos. Había un presupuesto de 292 millones y se gastaron 377 millones, mientras que se subejerció el gasto en los programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, en sus distintas vertientes, en 149 millones.
En Sedesol casi todos los programas de desarrollo regional y urbano que son ejercidos por delegaciones estatales tuvieron un ejercicio menor al presupuestado: empleo temporal, 22 millones de pesos menos; programa de ahorro y apoyo para vivienda casi 300 millones de pesos menos y porcentajes equivalentes en el programa Oportunidades, en el desarrollo de pueblos indígenas (180 millones de pesos menos a los presupuestado), en el programa de microregiones, en el de atención a jornaleros y otros. El subejercicio total en el sector fue de mil 167 millones de pesos.
Otras dependencias como Pemex, la secretaría de Energía y Comunicaciones y Transportes tuvieron también subejercicios importantes: Petróleos Mexicanos tenía asignados 112 mil 508 millones y gastó 104 mil 530 millones; Energía 92 mil 735 millones y gastó 84 mil 647; Comunicaciones y Transportes tenía asignados 861 millones y gastó 777 millones.
Finalmente, los gastos de presidencia muestran datos muy significativos: por ejemplo, el presupuesto ejercido en campañas publicitarias, en el 2002, fue de 94 millones 518 mil pesos, un incremento de más de 20 millones 600 mil pesos respecto al presupuesto original, un 27.9 más de lo presupuestado. Ese sobregiro se explica en la cuenta pública por "la aceptación del 63.8 por ciento de la población de esas campañas". Allí se consigna algo ya divulgado: el costo del programa Fox Contigo, fue de 47 millones 259 mil pesos, o sea un costo de más de 900 mil pesos por programa (un comparativo: el presupuesto mensual del noticiero nacional de Guillermo Ortega en MVS, o sea de unos 22 programas al mes de cuatro horas cada uno, es de un millón 200 mil pesos: estamos hablando de 88 horas de programación comercial que cuestan casi lo mismo que una hora de trasmisión del programa presidencial de los sábados), de todas formas el presupuesto de Fox Contigo se excedió en el 2002, un 28 por ciento respecto al presupuesto original. En la Cuenta Pública se dice que las metas se cumplieron porque se alcanzó el objetivo de un punto y medio de rating, aunque se acepta que no tiene cobertura nacional.