Se rearma el rompecabezas de Los Pinos
Columna JFM

Se rearma el rompecabezas de Los Pinos

Rodolfo Elizondo, fue un buen director de comunicación social de la presidencia de la república, como antes los fueron, Marta Sahún, Francisco Ortiz, Juan Ignacio Zavala. Elizondo sumaba a su antigua buena relación con medios y periodistas, un buen trato personal, la distancia que da la experiencia política y la evidente cercanía con el propio presidente Fox.

Para Manuel Angel Núñez Soto, en esta hora tan difícil.

Rodolfo Elizondo fue un buen director de comunicación social de la presidencia de la república, como antes lo fueron, con distintos matices, Marta Sahagún (aunque su evidente relación con el presidente Fox le restó margen de maniobra en sus últimos meses en ese cargo, antes de la boda del 2 de julio del 2001) y Francisco Ortiz (que en realidad como tal no fue tan bueno pero quien cumplía con esa función era Juan Ignacio Zavala, actual cónsul en Filadelfia y sin duda una de los mejores operadores de prensa que tiene el PAN). Elizondo sumaba a su antigua buena relación con medios y periodistas, un buen trato personal, la distancia que da la experiencia política y la evidente cercanía con el propio presidente Fox. Pero, en ninguna de esas tres etapas, la comunicación gubernamental funcionó como debía, en buena medida por la falta de disciplina, sobre todo del propio presidente Fox, también de su esposa Marta Sahagún y del gabinete presidencial, que nunca ha actuado como un conjunto coherente y homogéneo, sumado a errores que, por la propia falta de coordinación interna, se cometieron en el equipo de Los Pinos.

Durante los últimos meses, fueron crecientes los enfrentamientos entre dos áreas de la casa presidencial, con diferentes opiniones sobre el manejo de los medios y del propio presidente Fox, entre Rodolfo Elizondo, Ramón Muñoz, Marta Sahagún y el secretario particular de la presidencia, Alfonso Durazo. Particularmente entre Elizondo y Durazo (que logró establecer una buena relación con la señora Fox y con Ramón Muñoz) la distancia se fue ahondando hasta hacerse casi insalvable. Después de muchas especulaciones, hoy Rodolfo Elizondo reemplazará a Leticia Navarro (que regresa a la iniciativa privada) en la secretaría de Turismo: evidentemente la batalla interna en Los Pinos se había establecido en torno a un control general de la agenda, el discurso y la comunicación, y los hechos demuestran que Elizondo fue quien perdió esa batalla y por lo tanto hoy se anunciará no sólo su nombramiento en Turismo, sino también una reestructuración en Los Pinos, mediante la cual bajo las órdenes de la secretaría particular quedarán las dos áreas de comunicación, tanto la que trabajaba bajo la responsabilidad de Elizondo, como la de imagen y encuestas, que sigue bajo la responsabilidad de Francisco Ortiz.

Pero esa secretaría particular, además de esas dos áreas de imagen y comunicación, o sea todo el trabajo con los medios, involucrará también lo que ya tiene, que no es poco: la agenda, el área de discursos, la llave, en otras palabras del acceso al presidente y el mensaje de éste. Es una acumulación de poder, que se había dado ya en los hechos el sexenio pasado con Liébano Sáenz, pero que nunca había tenido, como lo tendrá a partir de hoy, una forma explícita, institucional, a la que se suma, además, no sólo el control de la comunicación social sino también las responsabilidades de vocero del propio presidente.

¿Por qué se impuso Durazo y tendrá esos espacios? Por varias razones: primero, por el desgaste natural que tuvo Elizondo en el área de comunicación; segundo, porque cambiaron las condiciones: después de la elección federal, se fortalecieron el secretario de Gobernación, Santiago Creel y el coordinador del PAN en el senado, Diego Fernández de Cevallos: con ambos Elizondo tuvo diferencias políticas importantes sobre el destino estratégico del gobierno y ahora son, en buena medida ellos los que tendrán el control de la agenda política y la relación con las otras fuerzas políticas y con el PAN. Paradójicamente, no es con el PRI o el PRD donde la relación de Elizondo tenía mayores problemas sino con el propio PAN: Elizondo impulsó la candidatura de Carlos Medina Plascencia a la presidencia del partido en el poder y apoyó su designación como coordinador de la estrategia electoral panista para el seis de julio: el resultado de los comicios, dejó fuera a Medina Plascencia (que además cometió el error de responsabilizar públicamente al presidente de la derrota electoral) y se debilitó, también, la relación de Elizondo con la dirección del partido. No necesariamente porque se haya fortalecido Luis Felipe Bravo Mena, cuya posición también está hoy en entredicho, sino porque es evidente que el sector doctrinario del PAN, aquel de Diego, Felipe Calderón, Germán Martínez (y el propio Creel), se está quedando con el control del panismo. La pregunta es cuál es la relación de Durazo con el PAN: todo indica que, en los hechos, esa relación se mantendrá vía Gobernación y la oficina de Ramón Muñoz, mientras que Durazo se encargara de todo el espectro exterior, desde los medios hasta los partidos.
Hay razones externas también. Sin duda, viene una etapa para el gobierno donde un punto central será su relación con el PRI, para las buenas y para las malas.

Durazo, evidentemente tiene su origen político en el priismo, lo conoce y lo conocen, y su margen de maniobra, sin duda, será, en ese sentido, también muy amplio, sobre todo tratando de establecer la relación personal del presidente Fox con los principales actores políticos priistas.

Otro elemento a tenerse en cuenta es el trabajo que realizó Durazo en Sonora. Todo indica que, finalmente, no le alcanzará a Ramón Corral para ganarle a Eduardo Bours la gubernatura (le faltaron siete mil votos), pero si se toma en cuenta que Corral logró remontar en algunos meses más de 20 puntos y que en buena medida la operación política para ese repunte estuvo bajo el control de Durazo, se podrá tener una explicación del porqué de la consolidación de su espacio de poder en el entorno de Los Pinos.

No queda claro con quiénes trabajará Durazo en el área de comunicación. Se habló de Ernesto Vidal, que tuvo un desempeño eficiente y eficaz en el tiempo que trabajó junto a Marta Sahagún, antes de incorporarse a televisión Azteca. Vidal aseguraba ayer en la noche que si bien ha estado en las especulaciones de los medios, nadie se había comunicado con él siquiera para saber si estaba o no interesado en esa tarea. En el equipo de Elizondo destacaba Norberto Tapia, otro experimentado comunicador que ayer aseguró que, por lo pronto, abandonaría esa responsabilidad junto con su jefe Elizondo, sin tener decidido, tampoco, si lo acompañará en la secretaría de Turismo en el futuro. El director de comunicación del IMSS, Roberto Calleja ha trabajado en algunos aspectos de medios con Durazo y podría ser una opción, pero Roberto en muchas ocasiones ha dicho que esperaba terminar toda una etapa de su carrera en el Seguro Social. También se habló del regreso de Juan Ignacio Zavala, actual cónsul en Filadelfia, que sería una excelente opción pero se ve como una posibilidad muy lejana, además de que nunca fue parte del equipo de Durazo: al contrario, cuando estuvo en la presidencia la relación con el secretario particular fue particularmente lejana.

Lo cierto es que Durazo tendrá que crear no sólo una nueva supersecretaría privada en su entorno, sino también un equipo de trabajo en buena parte nuevo para desarrollar esas responsabilidades y si bien quedan un par de semanas de "gracia" por las vacaciones para reestructurar el organigrama y el equipo de trabajo de Los Pinos, el hecho es que no hay mucho tiempo y, como ocurre siempre en estos casos, los cambios que deban realizarse tendrán que hacerse con el tren en movimiento. De todas formas, difícilmente se puede pensar que éstas serán las únicas modificaciones que tendrán el equipo presidencial y el gabinete en estos días. Faltan muchas cosas por ver.

Se accidentó Lujambio

Algo no quiere que el consejero electoral Alonso Lujambio firme la multa que sancionará al PAN por el caso Amigos de Fox. Este fin de semana, Alonso acompañó a su hijo a una carrera de go cars, estuvo conduciendo uno de esos autos casi de juguete pero se le atravesó en la pista un niño, para evitar atropellarlo tuvo que hacer una brusca maniobra que terminó con el go car sobre la humanidad de Alonso y éste con un brazo seriamente fracturado. Fue intervenido, estará varias semanas con una férula, en rehabilitación y apenas anoche abandonó el hospital. Ojalá se recupere bien y pronto.

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