Lo realizado por los panistas y por el presidente de la mesa directiva de la cámara de diputados, Juan de Dios Castro, es una torpeza increíble, todo se hizo con el beneplácito de Los Pinos , el Presidente Fox se puede ir olvidando del programa de reformas que presentó el pasado primero de septiembre. Juan de Dios Castro aceptó convertir al pleno de la cámara en tribunal pare el juicio de procedencia de Ricardo Aldana buscando su desafuero.
Lo realizado por los panistas y por el presidente de la mesa directiva de la cámara de diputados, Juan de Dios Castro, hacia el fin de la semana pasada, es de una torpeza increíble y si como dijo Francisco Garfias el sábado en su columna Arsenal, todo eso se hizo con el beneplácito de Los Pinos, el presidente Fox se puede ir olvidando del programa de reformas que presentó el pasado primero de septiembre.
No se trata de apoyar o no al senador Ricardo Aldana, que no goza de mis simpatías, pero el hecho es que los tiempos en la política no pueden obviarse y los acuerdos tampoco. Juan de Dios Castro, que se equivocó una y otra vez como director jurídico de la presidencia (perdió tres controversias constitucionales con la Suprema Corte) aceptó convertir al pleno de la cámara en tribunal para el juicio de procedencia de Ricardo Aldana buscando su desafuero. Legalmente parece ser una acción incorrecta, porque ni siquiera está constituida la sección instructora que pudiera analizar ese proceso, pero políticamente es peor, porque son muchas las versiones que aseguran que parte de la negociación que permitió que Castro fuera presidente de la mesa directiva es que, precisamente, iba a reponer el proceso en el caso de Aldana, mientras que el PRI no presionaría para que el caso de Carlos Romero Deschamps, ya sin fuero, transcurriera por los caminos legales. Al mismo tiempo, todo el esquema de acuerdos legislativos que se estaba intentando construir se rompió con la decisión de Castro, a sólo tres días del inicio de las sesiones que, de una u otra forma, pareciera que lo que busca es que no haya acuerdo alguno.
Se ha dicho que Castro no tenía otra opción que hacer lo que hizo: no es verdad. Legalmente el tema está sujeto a interpretación y es tan válida, por ejemplo, la que dio Castro como la que ayer exhibió Enrique Jackson, líder del senado, protestando por la violación de por lo menos tres artículos constitucionales con el proceder de Castro. Había tiempo, por lo tanto, de analizarlo y de estudiarlo. No lo hizo y en su primera acción como presidente de la cámara rompió la posibilidad de los acuerdos. La pregunta es porqué lo hizo.
La respuesta puede estar en una suerte de revancha particular de Francisco Barrio Terrazas para el caso pemexgate que lo legitime en su debilitado liderazgo del panismo en la cámara. Si es así, Barrio (y Castro siguiendo las órdenes de su coordinador) están repitiendo exactamente los mismos errores que cometieron en su momento cuando boicotearon la reforma hacendaria para sacar adelante, a como diera lugar el pemexgate. En aquel entonces, incluso desde la PGR se le advirtió al entonces contralor que la denuncia por lavado de dinero no pasaría, que no existía fundamento para ello. El secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz le pidió que se esperara hasta sacar adelante la reforma hacendaria para luego tomar una decisión. La respuesta de Barrio fue aquella de que no cambiaría "cacachuates por lingotes de oro", se lanzó con el pemexgate sin tener todos los hilos legales en la mano y desde entonces la denuncia se ha ido desinflando progresivamente. Pero eso no es lo más importante: lo verdaderamente trascendente es que desde entonces no se ha logrado avanzar en nada. El gobierno federal apostó a una carta que no pudo sostener y que ahora resucita…aparentemente para enterrar lo que proclamó hace apenas una semana.
En su informe el presidente habló de priorizar y darle todo el peso a la política, habló de buscar sobre todo los acuerdos, de lograr una mayoría legislativa clara, habló de la necesidad de que su equipo se coordinara. Y en una semana hizo exactamente lo contrario: se podrá argumentar que el que tomó la decisión fue Castro o el propio Barrio, pero si el gobierno federal no puede poner en orden a su grupo parlamentario, poco es lo que podrá mostrar en estos tres años.
No sé si realmente en Los Pinos están satisfechos con la medida: si lo están sería absurdo. Es como pegarse un tiro en un pie para comenzar a prepararse para una maratón y pensar que así pueden ganarla. El que ganó, de todas, todas, fue el coordinador legislativo del PRD, Pablo Gómez, que con una simple propuesta, la del juicio de procedencia, logró romper todo lo que supuestamente habían avanzado en la cámara el PAN y el PRI para sacar adelante los acuerdos legislativos, sin el PRD. Pablo debe estar feliz: Castro cayó en la jugada y el grupo parlamentario del PRD, con esa simple acción, logró desarticular todo un andamiaje que tenía como objetivo conformar una mayoría legislativa que los excluía. Ahora todos desconfían de todos: los panistas, que ya deben haber comprendido que se equivocaron, dejan con las manos contra la puerta a sus dos precandidatos viables, a Santiago Creel y a Felipe Calderón, a uno con las reformas políticas a punto de salir y al otro con apenas dos días en el cargo, sabiendo que en ese clima la reforma energética es imposible. Al presidente Fox lo dejan como a un mandatario que no cumple con su palabra. A los priístas obligados a irse por su sector más duro, dejando en el olvido la posibilidad de una división interna a la hora de votar por los temas estratégicos. Quien quiera negociar en esta circunstancia será marcado como un traidor, mientras que los duros, aquellos que consideran que cuanto peor le vaya a Fox mejor le irá al PRI, se legitiman porque su tesis de que el gobierno quiere acabar con el PRI adquiere fuerza. Si el día de mañana llegan a un acuerdo se pensará, con o sin razón, que se negoció con la ley y no con las iniciativas legislativas. El PRD se coloca así otra vez en el escenario, pero si el PAN negocia con ellos tendrá que hacerlo con base a un programa completamente diferente al pensado por Fox y siempre está la posibilidad de que el PRI saque los acuerdos de la mano con el perredismo, simplemente para exhibir al gobierno federal. La lista de tonterías políticas podría aumentar sustancialmentee, lo increíble es que no se haya analizado desde los más altos niveles del gobierno federal y se haya puesto orden en algo que sin duda lo requería.
La pregunta queda pendiente: ¿y si todo es provocado por un sector del PAN, por el que perdió las elecciones y a sus precandidatos, aquel que llamaba a endurecer la posición del gobierno y obligar a que la opinión pública "presionara" al congreso?¿si se trata de los que en las últimas reformas en el equipo presidencial se quedaron sin posiciones, y que ahora buscarían el fracaso de sus compañeros de partido más proclives al diálogo para recuperar posiciones, de cara al 2006, en el 2004?. Barrio y Castro eran de ese grupo, quizás la elucubración no es tan descabellada.
Mientras tanto, los costos aumentarán: de aquí al 17 de septiembre ni se piense en sacar adelante nada y después quién sabe. La distribución de comisiones que estaba casi concluida ha dado reversa en forma automática. En el PRI la posición de los duros se fortalecerá. La posibilidad de que Juan de Dios Castro sea removido de su cargo y reemplazado por un legislador del PRI o de alguno de los partidos menores también crece y no debería descartarse, y para defenderlo la única opción que tendría el PAN sería un acuerdo de fondo con el PRD. Pero pronto saldrá la resolución del caso Amigos de Fox en el IFE y Pablo Gómez, que fue quien presentó la denuncia, se irá con la misma lógica que ahora contra los implicados en ese caso comenzando por la nueva diputada Gabriela Ruiz del Rincón, tesorera del PAN en la campaña del 2000, pidiendo obviamente su desafuero, y la investigación podría llegar en el ámbito legislativo hasta el presidente. Porque ¿descartaría alguien en ese ambiente una comisión bicamaral para investigar incluso al propio presidente Fox sobre el financiamiento de su campaña?. No lo deseche desde ahora, todo es posible. Algún genio abrió la caja de Pandora y habrá que ver cómo meten nuevamente a los demonios en su interior.