El PAN o la teoría de la navaja de Occam
Columna JFM

El PAN o la teoría de la navaja de Occam

Al momento de escribir estas líneas, el PRI estaba a punto de lograr, con el voto mayoritario en el pleno de la cámara de diputados, que se repusiera el procedimiento mediante el cual, el panista Juan de Dios Castro, había ordenado la constitución de ésta como jurado de procedencia para votar el desafuero del senador Ricardo Aldana. Si la votación resulta como se esperaba, y el PRI tiene mayoría, la derrota del PAN marcará buena parte de su desempeño en esta legislatura.

Al momento de escribir estas líneas, el PRI estaba a punto de lograr, con el voto mayoritario en el pleno de la cámara de diputados, que se repusiera el procedimiento mediante el cual, el jueves pasado, el panista Juan de Dios Castro, presidente de la mesa directiva de la cámara de diputados, había ordenado la constitución de ésta como jurado de procedencia para votar el desafuero del senador priista Ricardo Aldana. La propuesta tricolor es la que se tendría que haber aplicado, si hubiera imperado la lógica política, el jueves 4: enviar el asunto a comisiones, para que allí se conforme la nueva sección instructora que analice el caso y emita su resolución. Mientras tanto, se vería cómo evoluciona en tribunales la denuncia contra el líder petrolero y coacusado en este capítulo del pemexgate junto con Aldana, el ex diputado Carlos Romero Deschamps, que desde el pasado primero de septiembre ya no goza de fuero. Si Romero en enjuiciado y consignado, nadie, dentro o fuera del PRI podría haberse opuesto al desafuero de Aldana. Pero hoy el caso Romero aún está en veremos.

Si la votación resulta como se esperaba ya entrada la noche del jueves, y el PRI tiene mayoría, la derrota del PAN marcará buena parte de su desempeño en esta legislatura, Si con los votos perredistas el PAN llegara a ganar la votación, entonces será una victoria pírrica porque, como quedó en claro a lo largo de toda la semana, el 17 de septiembre se logrará el desafuero de Aldana pero se perderán tres años de reformas. Los panistas han dicho a lo largo de toda la semana, que la ley no le daba a Juan de Dios Castro otra opción que actuar como actuó: no es verdad. El tema era sujeto de controversia y cómo tal podía haber sido estudiado. Tampoco es verdad que con ello se abstuvieron de negociar con la ley. Simplemente había una zona gris de la ley en un proceso que, independientemente de los juicios morales y éticos, desde el punto de vista jurídico sigue estando bastante poco claro, en el cual de una u otra forma se terminó negociando y probablemente, perdiendo la negociación. Y cualquier hubiera podido preverlo.

Tanto ha sido el desgaste que desde principios de la semana se ha insistido en que todo lo ocurrido ha sido consecuencia de una decisión unilateral de Francisco Barrio y Juan de Dios Castro y que el presidente Fox, como le dijo el miércoles en Cancún a López Dóriga, no sabía nada. Si es así, podría ser más grave aún que si el propio presidente hubiera sabido y autorizado ese movimiento: el presidente de la república no puede no estar enterado de una decisión tan importante como la que tomaría su ex asesor jurídico que actúa como presidente de la cámara de diputados y eso nada tiene que ver con la separación de poderes y el respeto del ejecutivo por el legislativo. Además no parece ser verdad: el mismo miércoles, pero en la mañana, entrevisté en CNI noticias de la mañana al vicecoordinador de la bancada panista, Juan Molinar Horcasitas y le pregunté si el presidente Fox estaba enterado o no de lo que iba a suceder. Juan me contestó que el presidente sí estaba enterado del "curso de acción" que tomaría la bancada del PAN sobre el tema. Lo inquietante es porqué, entonces, el presidente el miércoles 3 en una reunión privada con los dirigentes del PRI había asegurado que no se presentaría el tema, y porque el mismo jueves, al mismo tiempo que Castro anunciaba en tribuna la decisión de convocar al juicio de procedencia, el propio secretario de Gobernación, Santiago Creel le estaba diciendo a Elba Esther Gordillo que ello no sucedería.

Las teorías han sido muchas. Lo más probable es que haya habido información de todas las partes y, una vez más, ausencia de disciplina y coordinación en la operación política, jugando Barrios y Castro una suerte de ejercicio de prueba y error, algo siempre temible a la hora de buscar resultados políticos. Un lector me dice que Barrios y Castro hicieron los políticamente correcto y quizás es verdad, pero en política, lo correcto no siempre se correlaciona con los resultados. En realidad, lo políticamente correcto, en este caso parece ser, como dijo esta semana Federico Reyes Heroles, una simple "trampa infantil", en la cual el gobierno "anda a la caza de una reivindicación simbólica que pareciera importar más que la realidad cotidiana de los mexicanos". Otra vez, digamos nosotros, los lingotes de oro del pemexgate contra los cacahuates de las reformas fiscales y energéticas. No sé si será políticamente correcto lo decidido aquel jueves por el presidente de la cámara, sé que políticamente ha sido absurdo. O quizás, como también me recuerda otro lector, en lugar de conspiraciones o desacuerdos hay que recurrir a la llamada tesis de la navaja de Occam y no atribuir a grandes conspiraciones, lo que se puede explicar por simple estupidez.

Lo cierto es que todo esto ha tenido un costo muy alto, demasiado cuando había tenido el presidente Fox un buen inicio de mes, sobre todo para una administración que no está en condiciones de dilapidar capital político ni capacidad de acuerdos con sus oposiciones en ejercicios de prueba y error. El PAN, suceda lo que suceda en las próximas horas, tendrá que interpretar esto como una derrota y asumir los costos, no tendrá otra forma de poder avanzar en lo que debe ser su principal objetivo en la cámara de diputados: lograr acuerdos que le faciliten la gobernabilidad y los resultados a Vicente Fox. Y el presidente tendrá que comprender que tiene que poner orden de verdad en su equipo y en su gente: si cada uno continúa operando con base en su propia agenda, no habrá resultados y sus oposiciones seguirán acumulando triunfos.

Porque no nos engañemos: en esto, sin duda, el PRI ha terminado fortalecido en términos de la negociación legislativa. Pero también se ha fortalecido el PRD, porque simplemente, para los observadores, lo que hizo Juan de Dios Castro el jueves 4, fue doblegarse a una presión, esa sí políticamente correcta para los intereses del PRD, del coordinador de ese partido, Pablo Gómez. Castro no resistió la presión y pagó los costos (algunos panistas aseguran que Gómez le advirtió a Castro que si no presentaba el caso como lo hizo, demandaría juicio político en su contra y que eso fue lo que le hizo tomar la decisión de convocar el pleno como jurado de procedencia), mientras que el que recibió los beneficios fue el muy abusado dirigente perredista, que incluso perdiendo gana.

Falta mucho por ver: desde el reparto aún inconcluso de comisiones hasta las decisiones para la conformación del nuevo consejo general del IFE, pasando por los acuerdos posibles sobre las distintas reformas pendientes. Pero el PAN ya parte, sea cual fuera el resultado del debate que se estaba escenificando en la noche de ayer en San Lázaro, con una desventaja política importante.

Otro asesinato inexplicable

A fines de los 70 viví unos años en Suecia. Entonces uno podía, por ejemplo, llegar a la casa de Olof Palme, el mítico líder socialdemócrata, tocar el timbre y si el señor Palme estaba desocupado, sentarse a platicar un rato con él. O se podía ver a la reina Cristina, sin custodia alguna, hacer las compras en una famosa tienda departamental. Precisamente en la misma tienda en que Anna Lindh fue asesinada el miércoles en Estocolmo. Era la mujer, dedicada a la política, más admirada de su país, era la actual canciller socialdemócrata y estaba casi destinada a convertirse en la primera ministra de la nación escandinava en las próximas elecciones. Hace 17 años, el entonces primer ministro sueco, Olof Palme, salía cerca de la medianoche junto con su esposa de un cine, sin custodia alguna como es común entre los altos funcionarios estatales suecos, y fue asesinado de dos disparos. Ahora la señora Lindh recibió varia puñaladas mortales mientras, también sin seguridad, hacia las compras. Los dos, Palme y Lindh, fueron personajes notables, progresistas, liberales en el mejor sentido de la palabra, partidarios de una estrecha relación de su país con el mundo y particularmente con Europa, con conocimiento y amistad genuinas hacia América Latina. La sociedad sueca, que tantos ejemplos nos ha dado de civilidad y sensatez política tendrá que preguntarse si estos crímenes la obligarán a revisar, desgraciadamente para mal, su historia de libertad y sencillez ciudadana de sus dirigentes. No puede seguir perdiendo a sus mejores hombres y mujeres en las manos de asesinos anónimos.

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