El martes el presidente Fox estará viajando a Nueva York, a la sede de la ONU, donde será orador en la Asamblea General de esa organización y el secretario de Gobernación Santiago Creel comparecerá ante la cámara de diputados de San Lázaro. No será una semana sencilla, en los dos casos, el gobierno federal tendrá que presentar a sus auditorios definiciones que podrían marcar la gestión de la administración Fox, en todo este cierre de año.
El martes el presidente Fox estará viajando a Nueva York, al edificio sede de la ONU, donde será orador en la Asamblea General de esa organización, prácticamente al mismo tiempo que el secretario de Gobernación, Santiago Creel comparecerá ante la cámara de diputados en san Lázaro. No será una semana sencilla y, en los dos casos, el gobierno federal tendrá que presentar a sus auditorios definiciones que podrían marcar la gestión de la administración Fox, en todo este cierre de año.
El presidente Fox, que anunció que hoy visitará las zonas inundadas de Guanajuato (¿porqué se tardó tanto el presidente en visitar las zonas afectadas por las inundaciones en varios estados, incluyendo el suyo?) y el martes parte a Nueva York con una comitiva formada, entre otros, por distintos senadores a los que se les ha dicho, expresamente, que el presidente quiere platicar durante el viaje, con ellos, sobre los temas de las reformas, particularmente la energética y la fiscal. Eso será, seguramente en los traslados, pero la señal más importante que tendrá que dar el presidente Fox en este viaje es mostrar si respalda o no al representante de México en Naciones Unidas, Adolfo Aguilar Zínser. Durante una declaración insólita para su estilo, el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, dijo la semana pasada, luego de reunirse con el canciller Luis Ernesto Derbez, que había un amplio espíritu de colaboración de éste y "que esperaba" que "el representante de México en la ONU" también adopte una actitud de colaboración con Estados Unidos.
El mensaje es claro, en estos mismos días, en el consejo de seguridad de la ONU se tendrá que votar a favor o en contra de la resolución estadounidense que solicita a las Naciones Unidas apoyo humano y material para mantener la ocupación en Irak, pero bajo mandato de Washington, no de la ONU (el sábado se publicó en El País de España una entrevista con el general Wensley Clark, un poderoso precandidato demócrata a la presidencia en el 2004, impulsado claramente por William Clinton, donde éste, sumamente crítico de la estrategia política y militar de Bush, dice que el problema que tiene Washington en este momento, es que por el sistema de rotación de sus tropas, en unas pocas semanas tendría que regresar la mayoría de los elementos que tiene desplegados en Irak y, simplemente, no tiene con quién reemplazarlos: de ese nivel es el interés de Washington por la próxima resolución que tendrá que votar el consejo de seguridad de la ONU). Derbez no ha dicho una palabra sobre el tema, pero Aguilar Zínser ha impulsado, públicamente, la posición de que esa colaboración material y humana de otros países tendría que darse dejando esas tropas y recursos bajo control de la ONU. Estados Unidos ha dicho públicamente que no aceptará esa situación, pero también es un hecho que si esa ayuda no es aprobada, se generará una nueva y aguda crisis en Naciones Unidas. El presidente Fox no tendrá más alternativa en su presentación en la ONU que apoyar una u otra posición. Si cambia la línea que ha impulsado Aguilar Zinser hasta este momento en la ONU, éste tendría, prácticamente, que dejar esa responsabilidad por quedaría muy debilitado. Por otra parte, si se realiza una cambio de postura de esa magnitud, las repercusiones internas podrían ser muchas y desagradable. Si se mantiene la actual posición habría un gesto de congruencia, pero la relación con Estados Unidos tendrá un nuevo retroceso. No será fácil para el presidente Fox tomar una decisión.
Pero mientras Fox esté viajando a Nueva York para hablar ante el pleno de la ONU, en el mucho menos sofisticado ambiente de San Lázaro, Santiago Creel estará compareciendo ante los diputados. Las comparecencias de Creel no han sido sencillas. Hace dos años, le tocó al mismo tiempo que se producían los atentados contra las torres gemelas y el pentágono, y el año pasado, en un hecho inédito, los diputados del PRI (y algunos panistas) no se presentaron en la sesión y la comparencia debió suspenderse, un símbolo del desencuentro que existía en esos momentos entre el legislativo y el ejecutivo. Ahora le toca con la nueva legislatura con la cual, aparentemente, habría acuerdos básicos más sólidos que en el pasado. Pero en los hechos, luego de los desencuentros que se han generado, y de la quincena perdida por el caso Aldana, el martes Creel tendrá que presentar, oficialmente, la posición del gobierno respecto a muchos temas y sobre todo respecto a la agenda legislativa.
Entre los temas que los partidos ya le han adelantado a Creel que abordarán el martes, hay varios difíciles y complejos para el gobierno. Uno de ellos será el de los amigos de Fox, incluyendo la posible participación del actual secretario en la recepción de recursos para su campaña del año 2000 en la ciudad de México. El tema no puede separarse de dos cosas: primero, la inminente decisión del IFE sobre la sanción que recibirá el PAN (y probablemente también el Verde) por los malos manejos de Amigos de Fox, y segundo, porque Creel debe evitar ser relacionado con ese tema para no resultar afectado en su implícita búsqueda de la candidatura presidencial (por cierto en Gobernación cayó muy bien la encuesta de Mitofsky, sobre candidatos presidenciales que pone a Creel en primer lugar entre los panistas, incluso varios puntos por sobre Marta Sahagún, que siempre había tenido esa posición entre los panistas). Pero si la respuesta del caso Amigos de Fox puede limitarse a la aseveración de que está en el IFE y en tribunales y que allí es dónde se tomará la decisión, hay otros temas más complejos, como el de las Muertas de Juárez, que está en la agenda de casi todos los partidos de oposición.
Habrá, lo anunció el presidente en su informe, un coordinador de los esfuerzos que se realizan entre distintas dependencias y niveles de gobierno para atacar, hasta ahora con pocos éxitos, el caso de las mujeres asesinadas en Juárez. Creel tomó la coordinación de ese programa desde hace unos meses, cuando se presentó en Juárez, y será difícil que lo suelte. Incluso una de las versiones que se manejan es que esa de coordinación podría quedar en manos del subsecretario José Luis Durán Reveles (buena parte de cuyas tareas relacionadas con medios y comunicación, en los hechos, han quedado ya en manos del equipo de Alfonso Durazo en la presidencia de la república). Lo que es un hecho es que, sea Durán o no el coordinador, Creel difícilmente podrá diferir ese anuncio para después de su comparecencia.
Otros dos temas, serán preocupantes para el secretario de Gobernación. Uno de ellos involucrado con la relación con Estados Unidos: la situación en las fronteras. Allí deberá responder a un tema contradictorio: porqué al mismo tiempo que el gobierno federal y el propio gobierno estadounidense, a través del secretario de seguridad interna, Tom Ridge, aseguran que la colaboración en aspectos de seguridad ha sido muy eficiente, porqué entonces pareciera que ese control, sobre todo en el sur del país, se ha perdido o la frontera parece ser más porosa que nunca para el contrabando, por ejemplo.
Tendrá que responder Creel también sobre la reforma del estado, establecer con claridad su agenda y la del gobierno en estos temas (porque no se puede aspirar a todo en un periodo ordinario, sino localizar el interés en aspectos muy concretos y relacionados en su principio a temas electorales) y dentro de ello, el PRD insistirá en el tema del voto de los mexicanos en el extranjero, una propuesta que Creel ha defendido en forma recurrente pero que puede adoptar las formas y las proporciones más diferentes y en donde, fuera de las declaraciones, será complicado encontrar un mecanismo operativo que permita que se ejerza ese voto y que, al mismo tiempo, sea electoralmente viable. En otras palabras, de aquí al miércoles el gobierno federal tendrá que contestar muchas preguntas. Habrá que ver si tiene las respuestas.