Ahora que el congreso del PEN club internacional está en México, Nadine Gordimer, la esctirora sudafricana, ganadora del premio Nobel de Literatura, dice que ?ciertos hombres viven con éxito, y ni siquiera tienen el valor de fracasar en el intento de cambiarlo. La frase viene a cuento en una semana clave para tratar de dejar todo como está: los partidos no quieren ni cambios ni reformas, ni movimientos que se puedan transformar. Esta será la semana de la megamarcha, convocada por Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Bartlett acompañados por distintos sindicatos de la UNT que encabeza Francisco Hernández Juárez.
Ahora que por el congreso del PEN club internacional está en México la maravillosa escritora sudafricana Nadine Gordimer, sería un buen momento para recordar algunas de esas frases lapidarias que sostienen su trabajo y que la llevaron a ganar, merecidamente, un Nobel de Literatura. Dice la señora Gordimer que "ciertos hombres viven con éxito en el mundo tal como está, pero ni siquiera tienen el valor de fracasar en el intento de cambiarlo".
La frase viene a cuento en una semana que será clave para tratar de dejar todo como está: los partidos no quieren ni cambios ni reformas, ni movimientos ni nada que pueda transformar, en el sentido que sea, las cosas: ellos viven muy bien en el mundo tal como está, en un sistema creado para que tengan la suma del poder y en el cual su natural papel de correas de transmisión con la sociedad lo están supliendo por una suerte de reemplazo de los impulsos y deseos sociales que los aleja cada día más de la gente.
Esta será la semana de la megamarcha, esa que convocan Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Bartlett acompañados por distintos sindicatos de la UNT que encabeza Francisco Hernández Juárez. Será la semana también en la cual los priistas tendrán que definir qué harán con la reforma hacendaria y cuando deberán tomar decisiones sobre su propio futuro. Se podrá argumentar que las "no reformas" son una forma de impedir que el país se dirija hacia rumbos inconvenientes para nuestro desarrollo. Es una falacia: los partidos, o buena parte de ellos y de sus dirigentes, simplemente están defendiendo intereses particulares o de poder y lo que quieren es que nada cambie para que todo quede igual, no se permiten ni siquiera un leve cambio gatopardista en la estructura del país.
El 27 será la megamarcha (así la denominan su convocantes) en contra de la "privatización" de la CFE y la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. A pesar de ser convocada por hombres políticamente tan capaces como Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Bartlett parten de un supuesto equivocado o, lisa y llanamente falso. No se está planteando la privatización de la CFE, por lo menos no en las iniciativas presentadas, tampoco el de la CLyFC aunque el nivel de incompetencia y la deuda acumulada por esta empresa la haría inviable para cualquier empresario privado si tuviera que independizarse. Los trabajadores de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro agrupados en el SME se oponen a cualquier reforma en ese ámbito (paradójicamente los de la CFE no se oponen a la participación privada en la generación de energía) porque aseguran que así se privatizará el servicio, pero aunque no lo dicen, se están oponiendo a ello porque cualquier cambio tendría que modificar un status que pocos sindicatos tienen en el país, con una ausencia de eficiencia que lleva a que una compañía monopólica, estatal, que no tiene competencia alguna para generar y aprovisionar de energía a todo el centro del país, tendrá que recibir este año 19 mil millones de pesos de subsidio oficial para poder completar sus cuentas.
Si la CFE es una empresa en muchos sentidos ejemplar, la CLyFC sencillamente es la muestra de lo que no se debe hacer: si fuera una empresa privada habría quebrado hace ya muchos años. Y el eje de sus dirigentes sindicales, algunos de ellos muy respetables en lo personal pero regularmente equivocados en sus manejos políticos, se ha basado en los últimos quince años en evitar una reforma, una transformación de la empresa para conservar sus prerrogativas, aunque eso lleve a la quiebra a la propia empresa. En ese camino en 1988 y con el compromiso de que la CLyFC no sería privatizada ni fusionada con la CFE (como lo indicaría el sentido común), hicieron una alianza con Carlos Salinas de Gortari a quien hoy responsabilizan de todos los males del sector y de estar detrás de las reformas foxistas, pero a quien ellos apoyaron, por quien votaron y a quien llevaron al poder. Muchos años después se acercaron al PRD, pero el pacto que tuvieron con Salinas se cumplió durante todo ese sexenio, tanto que, a pesar de su déficit crónico, la empresa fue mantenida en el ámbito estatal en plena ola privatizadora.
Paradójicamente, el líder sindical que fue mostrado en el mundo en aquellos años como el prototipo del nuevo dirigente en el México del salinismo, fue Francisco Hernández Juárez, que en muchos países del mundo habló sobre y puso el ejemplo de cómo se podía pasar de una empresa pública a una privada, en Teléfonos de México, modernizando la empresa y conservando los derechos sindicales. Hoy Hernández Juárez encabeza la oposición a una política de la que fue beneficiario y que él mismo, durante años ensalzó como una vía para el desarrollo del país (y la pregunta es obvia: ¿funciona mejor Teléfonos de México hoy que hace diez años?, por supuesto que funciona mejor y nadie puede decir que se ha perdido con ello soberanía, ¿porqué entonces la participación privada no puede aplicarse en otros sectores estratégicos?). Lo que sucede es que se trata de una bandera útil para otros objetivos y éstos están puestos no en la marcha del 27 sino en una fecha mucho más lejana, por allá del 2006.
Los priistas, mientras tanto siguen anonadados y habrá que ver con qué regresan de su "puente de reflexión" sobre las reformas hacendarias y eléctricas. No deja de llamar la atención que, en privado, casi todos los dirigentes y gobernadores priistas coinciden en la necesidad de ambas reformas, pero en público todos tienen miedo de pagar costos, dudan, no quieren comprometerse con nada, se dejan presionar por otros dirigentes que tienen nombre y pasado, pero que en el presente reflejan poco y nada en términos políticos. El presidente del PRI, Roberto Madrazo sigue sin definirse en algún tema, incluso en el de la reforma eléctrica que pareció encabezar con aquellos anuncios que hoy ha dejado en el olvido. La secretaria general y coordinadora parlamentaria, Elba Esther Gordillo parece desgastada por un fuego amigo en el que los tiradores se van rotando para abrirle cada día un nuevo frente, a lo que se suma sus propios errores de operación. Los gobernadores, salvo Murat, están dispuestos a trabajar en las reformas, pero ni quieren establecer un frente común para imponerlas ni quieren, por supuesto que no cuando vienen 14 elecciones el año próximo, arriesgar nada, salvo algunas muy honrosas excepciones.
Están desperdiciando una oportunidad: pueden demostrar que tienen capacidad de poder y de gestión, y hoy no están utilizando ni una ni otra. Son los gobernadores priistas lo que pueden encontrar la respuesta a los dilemas en los que se encuentra su partido: no se trata de respaldar la postura del gobierno o cualquier otra, sino de que demuestren que pueden construir una propuesta propia desde el poder (lo tienen), configurando así el tipo de país que proponen para el futuro. De ello y no de las inseguridades y frivolidades de algunos dependerá que el electorado le dé o no una segunda oportunidad al PRI.
Provida y sus 30 millones
La secretaría de Salud ha actuado con generosidad: ha entregado, sin concurso ni comprobación alguna de objetivos, nada menos que 30 millones de pesos a Provida para que ésta organización financie sus "albergues". El secretario Julio Frenk tiene formación y perfil como para aspirar a cosas mejores que comprar con dinero a la cuestionable organización que encabeza Jorge Serrano Limón. Quizás él, como muchos otros, también deberían leer a Nadime Gordimer: "pertenecemos a una generación que deposita sus cargas en Freud del mismo modo que nuestro padres eran exhortados a depositar las suyas en Jesús, pero no creo que el código de la vida familiar decorosa, la amabilidad con los perros y los vecinos, las limosnas a los criados agradecidos, nos haya proporcionado mucho más que perplejidad". Y sí, secretario Frenk, estamos perplejos.