La conclusión es sencilla: Roberto Madrazo no está a la altura de liderazgo que requiere el principal partido de oposición en el país. El líder de un partido que, además de querer regresar al poder en el 2006, gobierna hoy la mayoría de los estados del país, tiene la mayoría en la cámara de diputados y senadores, luego de 71 años no puede contradecirse en esa forma. Estoy lejos de sustentar como un todo la leyenda negra de Madrazo, creo que es un político, como muchos otros, que ha cometido errores, que ha tenido aciertos, que ha cometido abusos, que ha sabido utilizar en ocasiones con eficacia el poder.
La conclusión es sencilla: Roberto Madrazo no está a la altura del liderazgo que requiere el principal partido de oposición en el país. El líder de un partido que, además de querer regresar al poder en el 2006, gobierna hoy la mayoría de los estados del país, que tiene la mayoría en la cámara de diputados y de senadores y una inserción indudable en la mayoría de las instituciones del Estado, luego de gobernarlo durante 71 años no puede contradecirse de esa forma. El principal dirigente de un partido de esas características no puede, en un tema neurálgico, tan delicado para el futuro del país como lo es la reforma fiscal y hacendaria, tener dos posiciones públicas diametralmente diferentes con apenas cinco días de diferencia.
Estoy lejos de sustentar como un todo la leyenda negra de Madrazo: creo que es un político, como muchos otros, que ha cometido errores y que ha tenido aciertos, que ha cometido abusos y que también ha sabido, en ocasiones, utilizar con eficacia el poder. Pero cada vez comprendo mejor porque en diez años Roberto Madrazo tuvo trece presidentes en el PRI tabasqueño, porque hoy todos los dirigentes de oposición en ese estado provienen del PRI y de desprendimientos ocasionados durante la gestión de Madrazo, porque perdió las recientes elecciones municipales y legislativas en ese estado y porque resulta un buen opositor interno y un pésimo constructor de opciones. Madrazo no sabe decirle que no a nadie, no tiene posiciones públicas firmes, depende de cómo le hayan presentado algo para ver si le da o no su apoyo y, además, no sabe soportar las presiones. Ya se podrá analizar cuál de las dos posiciones que adoptó Madrazo sobre la reforma hacendaria es más correcta (o menos mala), si la que avaló el 18 de noviembre o la del domingo 23, pero el hecho es que resulta por lo menos poco serio que con sólo cinco días de diferencia presente dos posturas completamente diferentes respecto al mismo tema y se contradiga hasta en los términos más elementales.
Por supuesto que existen posiciones divergentes en el priismo sobre el tema de la reforma hacendaria, pero las mismas existían ya desde el pasado día 18 cuando el propio Roberto Madrazo se presentó ante los medios para avalar plenamente y recomendar la misma propuesta que descalificó el domingo pasado. Lo que el martes 18 era una propuesta inteligente que respondía a los reclamos de los legisladores, los gobernadores y el consejo político nacional de su partido, el domingo 23 se convirtió en una propuesta de un grupo de legisladores que le estaban haciendo el trabajo al gobierno. Las dos cosas no pueden ser verdad. Y en este caso Elba Esther Gordillo tiene razón: Madrazo está mintiendo o si se quiere ser más delicado, no está diciendo la verdad: la propuesta del 18 podrá ser acertada o no, pero él mismo la avaló y respaldó públicamente, ahora no puede llamarse a engaño.
En su comunicado del domingo, Madrazo dice que "el desorden dentro del gobierno, las posiciones disímbolas y contradictorias de sus funcionarios han dañado la economía del país, han generado confusión y desconfianza y erosionan permanentemente las opciones de recuperación que la ciudadanía necesita y exige". Es verdad, pero si a esa frase le quitamos la palabra "gobierno" y la cambiamos por "PRI" podríamos afirmar exactamente lo mismo y no nos equivocaríamos en lo más mínimo: el desorden, las posiciones disímbolas y contradictorias de los priistas, han generado confusión y desconfianza y están erosionando las posibilidades de recuperación económica del país. Si Madrazo y los muchos ideólogos del comunicado del domingo quieren una confirmación la pueden encontrar en cualquier casa de cambio de la república: el dólar, gracias a la oportuna declaración del presidente del PRI, llegó ayer a 11.49 pesos por unidad. Todo un logro del líder de la oposición.
No en vano los mercados han respondido de esta manera. La cantidad de superficialidades que se dicen en sólo cuatro cuartillas espantan proviniendo del dirigente de un partido con tantos espacios de poder como el PRI. Enumeremos sólo algunas: dice que el gobierno no ha presentado una propuesta de reforma a las finanzas públicas. Lamentablemente a Madrazo parece aquejarlo el mismo mal que al presidente Fox cuando dijo que no había propuestas formales sobre el tema de desincoporaciones: ahí está la propuesta de paquete económico para el 2004 que presentó oficialmente el gobierno federal hace ya tres semanas. A Madrazo le puede o no gustar, pero no puede decir que no existe.
Avala lo dicho por algunos militantes de su partido de que "ningún partido de la oposición en el mundo le hace el trabajo impositivo al gobierno". Otra vez se equivoca: que simplemente haga un recorrido por Chile o Brasil para analizar como salieron las reformas recientes reformas hacendarias y de pensiones de esos países y comprobará que su dicho es falso, fuera de que el PRI no es un simple partido de oposición, fue el que gobernó, hasta el 2000, durante 71 años en forma ininterrumpida. Pero, además, el "trabajo impositivo" progubernamental del que ahora habla es el mismo que él presentó hace exactamente una semana diciendo que era coherente con las propuestas de su partido.
Dice que la política económica "es un todo" y se queja de que de la del gobierno sólo se queda la "obcecación por la estabilidad de precios y el control del déficit". Efectivamente, la política económica de la administración Fox ha fallado en muchos, demasiados aspectos, pero en lo único que ha acertado es precisamente en lo que critica Madrazo: "la estabilidad de precios y el control del déficit". ¿Acaso propone el presidente del PRI una economía con inflación alta y déficit público?. Asegura que el "acolchonamiento" de la economía "es obvio": ¿de verdad piensa eso Madrazo?¿cree que aún existe un amplio colchón para amortiguar golpes en las finanzas públicas?
Madrazo habla de una política económica integral ¿y qué propone al respecto?: nada. Sus seis puntos se limitan a proponer identificar 50 mil millones de pesos que se gastan "sin utilidad social ni productiva". ¿Cuáles son, de dónde sale esa cifra, cómo se pueden reorientar?. No lo dice. Segundo, habla de facilitar la competitividad de las empresas nacionales para que puedan generar más empleos y mejor remunerados. ¿Cómo? Con una propuesta que ya se ha planteado y que fue parte de la negociación del PRI con el gobierno: reducir el ISR a las personas morales a 30 por ciento. Luego, regresa al rechazo al IVA en alimentos y medicinas, a reducir la tasa del IVA del 15 al 13 por ciento, exentar de ISR a las personas que ganen hasta seis salarios mínimos, y reducir el ISR al 25 por ciento: todo eso lo había presentado el 18 de noviembre, pero ya no habla del famoso impuesto a la producción y a la intermediación: ¿lo apoya o no?¿es parte del mismo paquete hacendario o no?. En el documento no se define y en lugar de presentarlo como lo hizo el martes pasado como una propuesta del PRI, ahora lo deja como una propuesta del gobierno a "algunos de nuestros legisladores".
Y termina con una frase de antología: "en tiempos de mandos únicos (se refiere, nos imaginamos a los gobiernos priistas) una (no sabemos si la economía o la política) subordinó a la otra, ese fue nuestro error en el pasado, lo asumimos y ya pagamos los costos (¿cree Madrazo que con haber perdido el 2000, el PRI ya pagó todos los costos y puede recomenzar su historia como si fuera una hoja en blanco?), en la alternancia con gobiernos divididos, ambas deben acompasarse".
En realidad se trata de simple verborragia. Creo que Madrazo está utilizando los errores de operación que ha tenido Gordillo para ajustar cuentas con su coordinadora parlamentaria (¿para hacerla caer antes de que termine el periodo ordinario?) y porque se muere de ganas por estar en la movilización del jueves próximo, al lado de Cárdenas, Bartlett y Murat. Ilusamente cree que así estará dando un paso hacia su candidatura presidencial y hacia la victoria en el 2006. No comprende que, en esa lógica, a quien le allana el camino, ya lo demostró en Tabasco, es a su enemigo histórico, Andrés Manuel López Obrador que sin duda ha demostrado ser mucho más coherente en toda esta historia. La pregunta que sigue pendiente es dónde están los gobernadores del PRI: la mayoría de ellos tienen propuestas y saben cómo pueden dirigirse las reformas que el país necesita. ¿Seguirán cada uno atendiendo su juego y esperando recoger los pedazos de su partido antes del 2006?