La crisis del PRI: sin inteligencia ni generosidad política
Columna JFM

La crisis del PRI: sin inteligencia ni generosidad política

Hoy se decidirá el futuro de la bancada prisita en la cámara de diputados. Todo indica que Elba Esther Gordillo será reemplazada de esa posición. El hecho es que todo apunta en que a partir de mañana tendremos dos grupos parlamentarios priistas. Los aspirantes reales a ocupar esa posición terminan siendo sólo dos: Enrique Burgos, Emilio Chuayffet.

Hoy a las nueve de la mañana se decidirá el futuro de la bancada priista en la cámara de diputados. Todo indica que Elba Esther Gordillo será reemplazada de esa posición aunque la estrategia que estaban llevando sus partidarios será boicotear, por considerar ilegal, esa reunión y evitar así que exista el quórum para la misma. Evidentemente, los sectores que se oponen a Elba Esther ya lo saben y su argumento es que si la mayoría de los legisladores la desconocen no se vale utilizar argumentos "legaloides".

El hecho es que todo apunta a que a partir de mañana tendremos, si no se toman medidas urgentes para disminuir (evitarlos ya es imposible) los daños, dos grupos parlamentarios priistas. Y a partir de mañana la gente de Elba Esther le hará a quien sea el nuevo coordinador exactamente lo mismo que le hicieron a la todavía coordinadora: boicotearle sus propuestas, sobre todo si el nuevo coordinador (no hay mujeres entre los precandidatos reales) tiene un perfil madracista demasiado marcado. Luego del inteligente descarte de Manlio Fabio Beltrones, los aspirantes reales a ocupar esa posición terminan siendo sólo dos: Enrique Burgos, el ex gobernador de Querétaro, y el también ex gobernador y ex secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet.

Ambos son políticos con mucho oficio pero con perfiles muy diferentes: Burgos es un hombre muy conciliador, de diálogo fácil que muchos confunden con debilidad (y la verdad, como político, Burgos es cualquier cosa menos débil), que prefiere el bajo perfil y la operación sin reflectores. Chauyffet es un hombre, se ha dicho muchas veces, brillante, lo cual, como en otros de su generación, se transforma a veces en su peor enemigo. Chuayffet tiene mayores posibilidades sobre todo porque los elbistas boicotearán la reunión y el mexiquense tiene dos elementos a su favor: primero, su origen: si finalmente la gente de Arturo Montiel no se hubiera volcado a favor de la destitución, los madracistas probablemente no hubieran tenido mayoría; y segundo, porque Chuayffet puede mostrarse como una víctima de Elba Esther y una demostración personal de los métodos utilizados para configurar los grupos de poder internos en la bancada. Gordillo no le dio nada a Chuayffet cuando era obvio que éste pretendía la comisión de gobernación y puntos constitucionales siendo, como es, uno de los priistas que más capacitados están en ese tema. Un poco de generosidad de Gordillo y mayor inteligencia política en el reparto de esas comisiones le hubieran ahorrado muchos problemas y enemigos que, como Chuayffet, estaban equidistantes tanto de ella como de Madrazo hubieran tenido un comportamiento diferente. Ahora es muy probable que Emilio Chuayffet obtenga algo más que esa comisión: la coordinación de una de las dos bancadas en las que se dividirá hoy el priismo.

La otra, ya lo anunció la propia Elba Esther, quedará bajo su mando. No se trata de una fuerza menor. Si el PRI tienen 223 diputados y si más o menos 123 firmaron la carta pidiendo la destitución de Elba, eso quiere decir que ella mantiene el control de un centenar de legisladores, mantiene el control de sindicato de maestros y del ISSSTE y con ello en buena medida de la FSTSE, también de la secretaría general del PRI, de donde buscarán destituirla en estos mismos días, argumentando que no puede ser legisladora y contar con un cargo en el partido simultáneamente, además de que por lo menos 15 gobernadores le anunciaron a Madrazo que no estaban de acuerdo con la forma en que procesó la salida de Gordillo antes de la reunión de la comisión permanente del lunes en la noche. No implica que esos gobernadores sean partidarios de la maestra, pero tampoco están con Madrazo.

En esa división y en esa tercera posición de la mayoría de los gobernadores se encuentra el secreto de lo que puede suceder a futuro en el priismo. El hecho es que, como hemos insistido, si tomamos en cuenta que Madrazo y Gordillo ganaron por escaso margen la dirección de su partido sobre Beatriz Paredes, ahora que están divididos y convertidos en acérrimos enemigos, ninguno de ellos tiene la mayoría del partido. Los gobernadores, habían apostado en su gran mayoría por Beatriz Paredes (que dio una muestra de cómo manejar sin rupturas el grupo parlamentario en la pasada legislatura) que obtuvo casi la misma cantidad de votos que Madrazo y Gordillo. Sumado a ello, Beatriz Paredes continúa figurando en todas las encuestas nacionales, como una (o la principal) figura del priismo en términos de credibilidad y reconocimiento personal.

Si en todo este sainete por el poder interno que han protagonizado los dos ex aliados, hubiera habido algo menos de rencores personales y más de sentido político, si cada uno de ellos, comenzando por Madrazo y Elba, hubiera tenido un poco más de inteligencia y generosidad política (¿cuándo comprenderán muchos que en la política como en todos los ámbitos de la vida, el sectarismo, el miedo al otro, la competencia con base en el exterminio o el aislamiento del otro son estrategias condenadas, más temprano que tarde, al fracaso porque implican la propia aniquilación ante el menor cambio en la correlación de fuerzas?), hubieran incorporado a los órganos del partido, a los grupos parlamentarios, a ese otro PRI que representaba hasta la elección interna a la mitad del PRI. No lo hicieron: así se conformaron las listas de candidatos, los órganos de dirección, salvo excepciones en un reparto de partidarios de uno u otro. Y por eso hoy están afrontando las consecuencias de sus errores: las sufre Elba Esther, pero también Madrazo, porque su victoria de esta semana terminará siendo pírrica a la vuelta de los días.

El PRI hoy terminará el día con dos grupos parlamentarios y buscando un secretario general que reemplace a Elba Esther. Si no vuelcan la mirada a personajes que realmente pueden enviar un mensaje de unidad con hechos, no con discursos, del tipo Beatriz Paredes, irán rumbo a la confrontación total y el autoaniquilamiento recíproco. La salida para el priismo, debemos insistir en ello, no es Roberto o Elba: es ni Roberto ni Elba, ni ninguno de sus personajes más sectarios y ultras al frente de su partido o de sus grupos parlamentarios. Claro, si es que son concientes de que necesitan no sólo una salida política coyuntural sino también figuras con credibilidad para competir en el 2006.

Se complicó el reemplazo en la Corte

El jueves, el senado aprobó por amplia mayoría la designación José Ramón Cossío Díaz como nuevo ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en reemplazo del ex presidente de la corte, Vicente Aguinaco. Fue y es una buena noticia: Cossio Díaz es un hombre joven, con una visión del derecho y de la justicia que ayudará mucho a airear los vientos del máximo tribunal de nuestro país. Es un triunfo, también, de quienes consideraban que era importante que hubiera fuerzas de fuera del propio sistema que, conociendo éste en profundidad, pudieran ayudar a renovarlo. Y Cossío Díaz es uno de ellos. Pero ayer la otra designación se atoró. Las bancadas del PRI y el PRD en el senado apoyaron a Margarita Beatriz Luna Ramos, una mujer integrante del Consejo de la Judicatura y quien era, en realidad, de los tres propuestos, quien mejores cartas tenía para integrarse a la Corte, pero el PAN insistió en una propuesta con todo el sello foxista y guanajuatense: Elvia Rosa Díaz de León, una mujer que, independientemente de sus méritos, parecía de un perfil más bajo que Luna Ramos. Pero como priistas y perredistas no alcanzaron los dos tercios de votos, el proceso debe reponerse. Ahora el presidente Fox tendrá que enviar una nueva terna al senado (excluyendo a los tres aspirantes incluidos en la terna rechazada) y si la cámara alta no se pone de acuerdo en un nombre, entonces el presidente tendrá la posibilidad de designar directamente a quien reemplace en la Corte a Juventino Castro y Castro, el otro ministro que se retira con este periodo. Parecía sencillo, para en el gobierno les gusta complicarse las cosas. Por cierto ¿para cuándo esperan enviar la ratificación o el reemplazo de Guillermo Ortiz en el Banco de México?

PD: un saludo fraternal al buen amigo Javier Solórzano por el fallecimiento de su señora madre, María Emilia Zinser viuda de Solórzano.

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