En el PAN muchos todavía se están preguntando porqué Francisco Barrio Terrazas salió a hacer sus declaraciones sobre Marta Sahagún. Su afirmación de que se ?trataría de una continuidad familiar que no es prudente para el PAN?, recuerda, a aquella en la que comparó el pemexgate con ?lingotes de oro? que no se podían cambiar por ?cacahuates?, refiriéndose a la reforma fiscal. Barrio Terrazas es, sin duda, un muy buen hombre y político, que abrió horizontes democráticos y le permitió ganar la elección de Chihuahua.
En el PAN muchos todavía se están preguntando porqué Francisco Barrio Terrazas salió a hacer sus declaraciones sobre Marta Sahagún. Su afirmación de que la hipotética candidatura de la esposa del presidente "se trataría de una continuidad familiar que no es prudente para el PAN", recuerda, por la falta de oportunidad, a aquella en la que comparó el pemexgate con "lingotes de oro" que no se podían cambiar por "cacahuates", refiriéndose a la reforma fiscal que tanta urgencia generaba (y genera) en el gobierno federal.
Barrio Terrazas es, sin duda, un muy buen hombre y un político al que se le debe reconocer la terca lucha que dio en 1986 por la gubernatura de su estado, que abrió horizontes democráticos y le permitió ganar la elección de Chihuahua seis años después. Pero en los últimos tiempos ha acumulado muchos, demasiados desaciertos, en buena medida derivados de su muy poco oportuno sentido político. Cuando fue gobernador hizo una desafortunadísima declaración cuando prácticamente responsabilizó a las jóvenes que salían de noche y usaban minifaldas, de provocar lo que ahora conocemos como los asesinatos de mujeres en Juárez. Hace seis años perdió, primero, la elección interna del PAN que terminó lanzando en Chihuahua, para suceder al propio Barrio, a uno de los peores candidatos que se le recuerdan, Ramón Galindo, un enemigo del gobernador, que fue designado para esa posición precisamente porque éste no había logrado liderar la clase política de su estado. Como contralor general de la república acertó en muchos movimientos administrativos, pero cometió errores políticos muy graves, como anunciar la detención de "peces gordos" (que siguen gozando de absoluta libertad), se confrontó con el priismo con el pemexgate (donde tampoco obtuvo resultados), se enfrentó por ese tema con el secretario de Gobernación, Santiago Creel, con el de Hacienda, Francisco Gil Díaz, y con el procurador general de la república, Rafael Macedo de la Concha. Pronunció aquella frase de los lingotes de oro y los cacahuates, con un costo político altísimo. Cuando fue enviado a la cámara de diputados se lo hizo bajo un esquema mediante el cual se pensaba, en Los Pinos, que el PAN obtendría la mayoría (o la primera minoría) en San Lázaro y que ello iría de la mano con un movimiento en el senado que permitiera desplazar a Diego Fernández de Cevallos por Carlos Medina Plascencia, fortaleciendo el panismo duro y más cercano, se suponía entonces, a Vicente Fox. Los resultados electorales no fueron los esperados y ya en la cámara, el panismo cometió muchos errores y, en ese contexto, Barrio anunció que, por una dolencia cardiaca, dejaba su posición durante los meses clave de las negociaciones de las reformas estructurales, que finalmente no se aprobaron. Desde entonces, la de este martes, descalificando a Marta Sahagún, es la primera declaración importante que se recuerda de Barrio. Y está destinada a romper con el sector de poder (el propio foxismo) que lo llevó a la posición que actualmente ocupa.
Esa es una de las paradojas que no se entienden de lo que está ocurriendo en el PAN. Quienes más duros han sido con Marta Sahagún de Fox son dos personajes llevados a puestos claves del panismo por los partidarios del propio presidente Fox: Manuel Espino, el secretario general del partido, y Barrio Terrazas. Ambos muy cercanos al senador Carlos Medina Plascencia, que es uno de los que antes de las elecciones de julio pasado (cuando aún era coordinador electoral del PAN) estaba decidido a buscar la candidatura presidencial, una determinación que muy probablemente no ha perdido y que podría explicar el cambio de rumbo de sus aliados como Barrio y Espino.
Pero ello estaría demostrando también otro tipo de fractura más profunda. Porque al mismo tiempo que Barrio hacia esa declaración, en la secretaría de Gobernación prácticamente era presentado en sociedad quien será (como aquí adelantamos hace algunas semanas) el próximo subsecretario de normatividad y medios de comunicación, el ex embajador en Costa Rica, Ricardo García Cervantes, quien es otro integrante de esa misma corriente del PAN, otrora duramente enfrentada con Santiago Creel, que es quien designó para esa posición a García Cervantes. El dato duro que hay que retener en este sentido, es que Ricardo salió de la cámara de diputados en la anterior legislatura en el marco de un durísimo pleito político, una verdadera disputa por el liderazgo, con Felipe Calderón, entonces coordinador panista y ahora secretario de energía (y precandidato presidencial).
¿Cuál es el sentido de la designación de Ricardo García Cervantes en Gobernación? No es su conocimiento del área de medios porque nunca estuvo relacionado con esa labor: si esa hubiera sido la intención hubieran llegado allí Héctor Villareal o, como también se había especulado, desde la presidencia, Ernesto Vidal. Si se trataba de tener una buena comunicación con Los Pinos en ese ámbito hubiera ido Gustavo Casillas, el muy eficiente secretario particular de Alfonso Durazo. Cualquiera de ellos, hablamos de Vidal o de Casillas, hubieran garantizado, además, una buena relación con Marta Sahagún, que sigue pesando y mucho en la comunicación gubernamental. La designación de García Cervantes, en el contexto de las declaraciones de Manuel Espino y Francisco Barrio contra Marta Sahagún, implican no sólo una distancia muy amplia de toda esa corriente con Marta, sino también la idea de que en la búsqueda de la candidatura para el 2006, Santiago Creel haya decidido buscar una alianza con ese grupo, el de Medina Plascencia. Pero precisamente porque no estaba en el script la ruptura con Marta, ayer mismo fue Creel quien tuvo que salir a defender a la propia señora Fox y a su derecho de buscar la candidatura.
En todo caso, pareciera que estos movimientos terminaron girando hacia una dirección no deseada: el objetivo de ese tipo de acuerdos (y la designación de García Cervantes no admitiría dudas en ese sentido) no podía ser confrontarse con Marta Sahagún, sino con Felipe Calderón. Allí estaba localizado el enfrentamiento interno de los panistas y por ello mismo, la convulsión que generó en estos días la aceptación de Marta de que podría buscar la candidatura, precisamente porque alteró ese equilibrio y terminó, como ocurrió, catalizando pero también confundiendo las alianzas. En todo caso, Germán Martínez, como decíamos ayer, fue mucho más sensato: no rechazó la posibilidad de Marta, pero colocó en el templete de la sucesión, además, a Creel, a Calderón y a Josefina Vázquez Mota…y dejó afuera a Francisco Barrio y a Medina Plascencia, casi provocando una reacción del primero quien, además, es su jefe en la cámara de diputados.
Lo que en todo esto se olvida es un dato clave: en mayo próximo habrá una asamblea nacional del PAN que, entre otras cosas, deberá definir dos asuntos. Primero, si adelanta o no la elección de un nuevo presidente en el partido; segundo y más importante las reglas para elegir en el 2005 a su candidato presidencial. Y esa historia no será ya como en el 99 cuando nadie se enfrentó a Vicente Fox. El punto es que hasta ahora, la elección del candidato presidencial se realiza sólo por los militantes acreditados del panismo y existe la propuesta, que será muy difícil de contrarrestar, de que en esta ocasión, el candidato presidencial sea designado por elección directa de la ciudadanía. Y si se abre la elección y Marta Sahagún decide participar, el cuadro cambiaría dramáticamente, lo mismo para ella como para cualquier candidato que recibiera su apoyo. Si todos los movimientos anteriores a las declaraciones del viernes y lunes pasado de Marta se basaban en una confrontación de Creel contra Calderón, fue su emergencia como posible candidata combinada con la fuerte posibilidad de que en mayo se decida tener una elección abierta de candidato, lo que ha convulsionado las cosas en el panismo. Y hoy, muy probablemente, ya nada es como era hace apenas una semana.
Afirmaciones negativas
¿Para qué gastar tanto en head hunters si nadie le puede decir al presidente Fox que al utilizar una afirmación negativa, al decir que "no era lacayo" de Bush, el efecto sería exactamente el contrario al deseado, que todos leerían al revés la frase?