En medio de los escándalos políticos de la semana pasó casi desapercibido el discurso del secretario de la Defensa, el general Ricardo Clemente Vega García, ofrecido el martes con motivo del llamado Día de la Lealtad. El general Vega hizo su discurso en torno a Francisco I. Madero, sin embargo la lectura era para aplicarse a la actualidad. En 17 oportunidades el general Vega habló de la lealtad de sus colaboradores hacia el presidente de la república, posteriormente relató la forma en que fue traicionado Madero. La pregunta obvia es si el jefe de las fuerzas armadas, está pensando en que en el poder hay traidores al presidente Fox dispuestos a ?desecharlo? y a sacrificar la ?la naciente vida democrática?.
En medio de los escándalos políticos de la semana, que van desde la toma del rancho de la familia Fox en Guanajuato hasta la confirmación pública de Marta Sahagún de Fox de que sí buscará la candidatura presidencial, según le dijo a Joaquín López Dóriga, pasando por la guerra interna del PRD reflejada en la auditoria de la gestión de Rosario Robles, en medio de todo eso pasó casi desapercibido el discurso del secretario de la Defensa, el general Ricardo Clemente Vega García, ofrecido el martes en la mañana con motivo del llamado Día de la Lealtad.
El general Vega hizo su discurso en torno a Francisco I. Madero, pero la lectura, sin duda, era para aplicarse en la actualidad, sobre todo después de lo ocurrido apenas 48 horas antes en el rancho del presidente Fox, y tendría mucha más actualidad analizando lo sucedido en la reunión del gabinete de seguridad que se realizó inmediatamente después de la propia ceremonia en el Palacio de Chapultepec.
En 17 oportunidades el general Vega habló de la lealtad de sus colaboradores hacia el presidente de la república. Casi siempre utilizó el término relacionándolo con el rechazo a la manipulación y fuera de intereses coyunturales y personales. En un momento en el que pareciera que en el foxismo han ocurrido desgajamientos muy graves, importantes, y cuando el propio partido en el poder está poniendo distancia con la administración que él mismo llevó a esa posición, el secretario de la Defensa dijo que no se puede hablar de lealtad solamente cuando "les va bien" y desecharla "cuando no responde a sus fines", manejando, agregó "un lenguaje desafortunado, incongruente con los valores, los ideales y la acción misma de la verticalidad" (castrense, agregó, pero podría haberlo omitido).
Y luego relató la forma en que fue traicionado Madero, un presidente que el propio Vicente Fox (y el PAN en múltiples ocasiones) han reivindicado como el único auténtico héroe revolucionario. De Madero, dijo el general Vega que "fue traicionado arteramente" por la maquinación entre "traidores corrompidos, ambiciosos de poder, que se conjuraron para malograr la naciente vida democrática". La pregunta obvia que surge de todo ello es si el jefe de las fuerzas armadas, está pensando en que en el poder (o ya fuera de él) hay traidores al presidente Fox que lo apoyaron cuando le fue bien y están dispuestos a "desecharlo" cuando no responde a sus fines, si en su "ambición de poder" están dispuestos a sacrificar la "naciente vida democrática".
No son preguntas sin sentido, como tampoco se trata de elucubrar sobre la actualidad de un discurso histórico. No es casualidad que apenas un día después de este discurso del general Vega García, haya sido el propio presidente Fox el que reiterara su confianza en el estado mayor presidencial (no recuerdo ninguna otra oportunidad en la cual un presidente tuviera que realizar un gesto de estas características: quizás la causa estriba en que, primero, y aunque ello quedara en un pasado lejano, el entonces candidato Fox tuvo términos muy críticos para el estado mayor presidencial y pudiera temer que de ello, ante lo ocurrido el sábado, pudiera haber quedado alguna huella; y segundo, porque resulta un poco obvio que en la feria de errores que se dieron el sábado en la invasión del rancho, el Estado Mayor Presidencial no tuvo la mayor de las responsabilidades) y agradeciera la lealtad del general José Armando Tamayo, como para dejar en claro que si se hablaba de traiciones, no sentía que fuera allí donde éstas se hubieran dado.
Yo no sé si en los más altos niveles del poder sienten que se han dado traiciones escandalosas hacia el propio presidente, pero lo que es grave es que exista ya, cuando estamos prácticamente en la mitad del mandato presidencial, esa sensación, que la misma esté permeando en diferentes sectores, dentro y fuera del poder. Que en los distintos ámbitos se esté especulando sobre quién está apostando a sus propios intereses y abandonando los de la administración y al propio presidente Fox. En este sentido, independientemente de quién tenga la razón en toda esta historia (y lo más probable es que nadie la tenga plenamente porque todos en distintos grados se han equivocado), las declaraciones que se hicieron al terminar la reunión del gabinete de seguridad que se reunió después de ese acto del día de la lealtad demuestran lo crítica que es la situación. Nadie asumió responsabilidades por lo sucedido y aparentemente, nadie pagará costos por ello: el secretario de Gobernación, Santiago Creel, dijo que a cargo de su dependencia está la información y que ésta se entregó en tiempo y forma; el secretario de seguridad pública, Alejandro Gertz Manero, dijo que él tenía mucho respeto por el Estado Mayor Presidencial y que creía que cumplía sus funciones con mucho profesionalismo y seriedad, aceptó que sí tuvo la información del Cisen pero que la PFP no actuó porque no hubo solicitud del EMP; Ramón Muñoz, jefe de la oficina de innovación gubernamental en Los Pinos, dijo que el tema estaba en manos de Creel y que él lo trataría con el presidente; Marta Sahagún reconoció que se tenían los antecedentes y que el presidente Fox tenía comunicación con el Estado Mayor y la secretaría de Gobernación; el general Macedo dijo que el Estado Mayor actúa por instrucciones y órdenes del presidente. El propio presidente, según trascendió de la reunión con su gabinete, habría ordenado que se hicieran los cambios necesarios pero que quería mantener el contacto con la gente y no quería verse rodeado por policías.
La verdad es que la preocupación del general Vega García, aunque expresada en forma elíptica en su discurso del martes, está justificada. No puede haber tal comedia de errores en términos de seguridad, de información, de inteligencia. Y seguramente en todo esto hay quienes ya están apostando al 2006, hay quienes continúan en el gobierno pero están desencantados de éste, hay falta de autoridad y dirección clara del propio presidente Fox hacia su equipo y, quizás, incluso traidores concientes o inconscientes, voluntarios o no.
Pero lo que es indudable es que lo que falla, como decíamos ayer, es el diseño institucional, el esquema de trabajo, el propio diseño del gabinete (incluyendo la separación, debemos insistir en ello, de las tareas de gobierno con las de policía que resulta un mecanismo altamente eficaz para que el propio ejercicio del poder se pulverice). Y esto no tiene nada que ver con que el presidente se pueda acercar a la gente o verse rodeado de policías. Lo que sucede es que hay demasiada poca disciplina en el equipo gubernamental, el presidente tiene una forma de ejercer el poder demasiado horizontal, demasiados funcionarios están viendo exclusivamente por lo suyo, sin apartarse un ápice del script original, demasiados están viendo, desde la propia casa presidencial, hacia el horizonte 2006 olvidándose de la terca realidad del 2004. E insistimos, no queremos ser aves de mal agüero, pero algo así, en un marco de bastante mayor orden gubernamental, ocurrió en 1993-94 y todavía estamos pagando las consecuencias.
Más de la cancillería
Reporta el Reforma que María Teresa Derbez, sobrina del canciller, Luis Ernesto Derbez trabaja en el consulado de Phoenix y gana 3 mil 500 dólares al mes. No sería nada grave, sino fuera porque el problema es que está allí para entrenarse para competir en el mundial de natación y que sepamos ningún atleta mexicano recibe una beca similar de parte de la CODEME y por supuesto la cancillería no tiene porqué ocupar una plaza en esa labor, ni siquiera con la sobrina del canciller. ¿O hay unos atletas más iguales que otros?