Ayer, Santiago Creel decía que no hay ingobernabilidad en el país, que lo que hay son grupos provocadores que esperan una reacción violenta del gobierno. Ayer se dieron dos hechos que son muestras de esa lógica de provocación. A las cuatro de la mañana, un grupo de encapuchados, identificados como miembros del CGH, tomó la torre de rectoría de la UNAM y pedía que se quitaran los procesos penales que hay contra dos de sus compañeros. Horas después, Fox fue al congreso de la CTM para la reelección de su dirigente y no sólo fue abucheado sino agredido e insultado verbalmente. En buena medida Creel tiene razón, pero el gobierno para no caer en la provocación no muestra la firmeza suficiente para evitar que se sucedan y reproduzcan esas provocaciones que dan una imagen de ingobernabilidad.