El Verde se desinfla y cambia el 2006
Columna JFM

El Verde se desinfla y cambia el 2006

La crisis del Partido Verde puede modificar el esquema de trabajo de los partidos de cara al 2006, en el marco de la sucesión adelantada. En realidad, la seguidilla de escándalos en las que se han visto involucrados varios de los principales actores políticos lo que están haciendo es, con base en ellos, rediseñar el panorama sucesorio mientras nos alejan cada vez más de la verdadera agenda nacional. El Verde es o era una pieza angular para la estrategia del PRI, entonces uno de los aspectos interesantes a analizar para el futuro inmediato, mientras se desinfla el Verde, es ver quién puede representar mejor el papel de partido bisagra.

La crisis del Partido Verde puede modificar el esquema de trabajo de los partidos de cara al 2006, en el marco de la sucesión adelantada. En realidad, la seguidilla de escándalos en las que se han visto involucrados varios de los principales actores políticos lo que están haciendo es, con base en ellos, rediseñar el panorama sucesorio (no nos engañemos, la enorme mayoría de estos escándalos tienen relación directa con la sucesión adelantada) mientras nos alejan cada vez más de la verdadera agenda nacional pendiente.

El Verde es (¿habrá que decir era?) una pieza angular para la estrategia del PRI, pero ésa es una pieza que cada día le costaba más cara al propio priismo y le costaba cara en recursos, en posiciones y ahora, si se mantiene el actual acuerdo, en desprestigio (porque será por lo menos difícil que en ese capítulo el Verde pueda revertir la imagen que el video de Jorge Emilio González aceptando un soborno, ha dejado en la gente). En otras palabras, el Verde, por el propio equilibrio de fuerzas, y porque el PRI sabe que es más manejable su propia imagen cuando va aliado con otras fuerzas que cuando va solo, se estaba sobrevendiendo, está costando caro aliarse con él, y más caro aún sale el inevitable proceso posterior de ruptura, porque se queda con más cargos de elección popular que los que su propia fuerza representa.

Ello le permite sobrevenderse también a la hora de recibir recursos públicos: el financiamiento del Verde a nivel federal hoy es de más de 200 millones de pesos anuales (o, como dice Ciro Gómez Leyva medio millón de pesos diarios para financiar a un partido y un dirigente que está utilizando su posición para impulsar negocios privados) y en el 2006 el financiamiento público que recibirá el Verde (si no hay cambios en la legislación electoral) será superior a los 500 millones de pesos.

Lo sucedido con Jorge Emilio González deja al PRI en una disyuntiva: puede servirle para ponerle un freno, aunque no rompa la alianza que mantiene con él actualmente, pero al mismo tiempo, si deja pasar esa posibilidad y continúa en el control del priismo el grupo madracista, no existe ninguna otra fuerza que podría terminar aliada con el tricolor para los próximos comicios estatales y la elección federal. Además hay una cuestión de lealtades (aunque sabemos que en ese sentido ni unos ni otros son muy confiables): se debe recordar que fue el Verde, y particularmente Jorge Emilio González, el que impidió, con su voto, que avanzara el juicio político contra Roberto Madrazo cuando éste era gobernador de Tabasco, a cambio de ello se impulsó la reforma constitucional que disminuyó la edad para ser senador y le permitió a González Martínez llegar a la cámara alta. Por una de esas paradojas del destino, o de la política, fue Arturo Núñez quien operó aquel acuerdo, según él mismo ha declarado, y luego terminó siendo traicionado, dice Núñez, por Madrazo, en un crudo enfrentamiento entre ambos tabasqueños.
Para el Verde también es importante porque sus opciones son pocas a la hora de establecer alianzas. Ni el PAN ni en el PRD aceptarán ya ir aliados con los verdes y en el contexto de una elección presidencial se ve difícil que pueda encontrar un candidato presidencial atractivo (¿se imagina al Niño Verde en una campaña presidencial?) y evidentemente, la continuidad de este escándalo lo afectará políticamente.

Entonces uno de los aspectos interesantes a analizar para el futuro inmediato, mientras se desinfla el Verde,es ver quién puede representar mejor el papel de partido bisagra. Y todo comienza a indicar que ese papel lo empezará a jugar Convergencia, sobre todo si sus resultados en Oaxaca y Veracruz son buenos, y en ambos estados, podrá ganar o no las elecciones, pero sin duda el partido de Dante Delgado será protagonista con un esquema de alianzas agresivo pero que, a diferencia del Verde, suele estar basado en una propuesta programática bastante clara. La otra diferencia es que no se percibe que, en las actuales condiciones, Convergencia estuviera dispuesto a buscar una alianza con el PRI. Al contrario, lo que vemos es que cada vez más esas alianzas de Convergencia se están dando con el PRD y en algunas entidades también con el PAN pero en contra del PRI.

Mientras tanto, todos comienzan a reacomodarse. Hay y habrá más movimientos: en el PRI, Manuel Angel Núñez Soto ya ha dado a conocer públicamente la creación de sus Amigos, encabezados por el ex embajador Eduardo Robledo. Se espera que la próxima semana será muy importante para Arturo Montiel, que podría, ahora sí, anunciar oficialmente que buscará la candidatura de su partido. Los gobernadores Enrique Martínez y Tomás Yarrington, que también han hecho públicas sus aspiraciones, tendrán que decidir entre apostar fuerte (como está haciendo Núñez Soto) para dar el estirón político y poder estar en términos de opinión pública en esa disputa o apoyar a alguno de los otros participantes. Enrique Jackson debe estar viendo con agrado que otro senador cercano suyo, Fidel Herrera, es candidato en Veracruz, mientras que Roberto Madrazo, cuando todos sus adversarios internos están haciendo un esfuerzo por posicionarse, está consolidando el poder interno en su partido, convencido de que su apuesta debe basarse en el voto duro del priismo.

Pero si en el PRI hay muchos aspirantes, con una oferta muy dispersa, en el caso del PRD, mientras todos los reflectores están puestos sobre Andrés Manuel López Obrador, un hecho que pasó desapercibido (una vez más por el escándalo de González Martínez) fue la presentación del programa México para Todos que presentó Cuauhtémoc Cárdenas, con la tesis de contrarrestar la estrategia de la imagen con la de un programa y propuestas políticas y económicas (un mecanismo que también busca comprometer a los distintos aspirantes, incluyendo los del PRD, con un programa, con una serie de propuestas concretas). Otro rumor que ha crecido en los últimos días es que el propio Andrés Manuel López Obrador podría dejar su cargo en las primera semanas del 2005 para lanzarse de lleno a la campaña evitando que no se genere el natural desgaste que le puede generar la labor de gobierno.

En el PAN las definiciones se darán hasta la última semana de abril, cuando se reúna la asamblea nacional, y se comience a definir la sucesión panista a partir del reemplazo que se dará en la dirección de ese partido. Y los candidatos a presidir el PAN son dos: el diputado Germán Martínez y el subsecretario de gobernación, Humberto Aguilar, el primero muy cercano a Felipe Calderón y el segundo a Santiago Creel, que si creemos que Marta Sahagún ya no participará en la lucha por el 2006, son los dos únicos aspirantes panistas sólidos, con un crecimiento en las encuestas en las últimas semanas de Creel que no puede ignorarse (eso no quita que, cuando se habla del propio partido, posiblemente Calderón tenga mayor o por lo menos igual peso interno que Creel).

¿Y dónde queda en este escenario el Verde?. Se desinflará inevitablemente: será difícil que el senador González pague legalmente por lo sucedido, pero el costo político será alto. La enorme diferencia de este escándalo con otros es que el soborno al Niño Verde se vio en vivo y en directo en todas las televisoras, se escuchó en todas las estaciones de radio, y esa loza será imposible que la pueda levantar.

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